Historia 5 Bimestre
Pepe1993 de Septiembre de 2014
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En este “trabajo de evaluación” lo que haremos es simular que somos un historiador que redacta un libro sobre la historia de México, desde la época prehispánica hasta el siglo XVII. Para esto tenemos que consultar en diferentes fuentes.
En el libro se nos dan algunos archivos y temas que nos pueden ser de gran utilidad.
ARCHIVOS
A. El mundo prehispánico.
B. La llegada de los conquistadores.
C. Los primeros proyectos coloniales.
D. Los años formativos de la Nueva España.
E. Nueva España y sus relaciones con el mundo.
F. Arte y cultura.
G. La llegada a la madurez colonial.
Para hacer este trabajo consideraremos algunos temas que vienen dentro de esos archivos, por ejemplo en el primer archivo que es “el mundo prehispánico”, se nos indican temas como: La triple alianza y las culturas del periodo clásico mesoamericano. Después otro tema es “la llegada de los conquistadores” que abarca desde el choque entre dos culturas, la española y la azteca y la conquista de Michoacán. Y así seguiremos con los demás archivos.
LAS CULTURAS DEL PERIODO CLASICO MESOAMERICANO
El Periodo Clásico de la civilización mesoamericana está marcado por la consolidación del proceso urbanístico que se venía gestando desde el Preclásico Tardío y luego el posclásico, lo cual ocurre hacia el siglo III d.C. Durante la primera parte de esta época, Mesoamérica será dominada por Teotihuacán. A partir del siglo VII d.C., esta ciudad comenzará un largo proceso de decadencia que permitirá el florecimiento de las culturas maya, zapoteca y de los llamados centros regionales del Epiclásico.
Los inicios del Periodo Clásico (Teocrático) pueden fijarse alrededor del año 300 d.C y su conclusión hacia el 900 d. C. Sin embargo, la cronología varía en cada área cultural. Los antecedentes de este periodo se hallan en la última fase del Período Preclásico, a partir del año 400 d. C., cuando gracias a un incremento en la eficiencia de las técnicas agrícolas, ocurrió una transformación en las sociedades de la época (crecimiento demográfico, mayor división del trabajo y especialización, y el incremento del intercambio comercial). Los cambios tecnológicos que hicieron posible esta transformación fueron condicionados por factores específicos de cada región mesoamericana. Una actividad importante para los mayas, zapotecas y teotihuacana fue la religión.
En este periodo tuvo lugar también una bifurcación de tradiciones en el área mesoamericana: una encabezada por Teotihuacán, y la otra por las ciudades mayas del norte. Tal diferenciación es visible sobre todo en rasgos centrales del complejo mesoamericano, como el calendario y los sistemas de escritura. Uno y otros fueron llevadas a su máxima complejidad en el Área Maya. De acuerdo con López Luján y López Austin (2001), si Teotihuacán, la ciudad más importante de la época, no desarrolló a fondo estos elementos culturales fue por el condicionamiento relativo al socio-político que privó en el Centro de México.
Lejos de lo que se suponía en buena parte de los primeros textos sobre las culturas del clásico, hoy se sabe que tanto Teotihuacán como los estados mayas fueron pueblos guerreros, aunque nunca al grado alcanzado por las culturas del Posclásico. La guerra parece ser un asunto central en la historia del Área Maya, como lo develan las estelas de la época y las representaciones iconográficas de escenas bélicas que se han descubierto en sitios como Bonampak y Toniná. En aquella región florecieron varias ciudades-estado hostiles entre sí. Por su lado, Teotihuacán no pudo haber llegado a ser el gran centro político y económico que fue sin hacer uso de la fuerza, como también lo atestigua la iconografía de la ciudad; aunque parece que las mismas dimensiones del poder teotihuacano libraron a la ciudad de hostilidades de otros Estados en competencia. Igualmente, Monte Albán se impuso en los Valles Centrales de Oaxaca por medio de acciones bélicas, según demuestran las estelas de conquista del Edificio J de esa ciudad.
El comercio jugó un papel importante como elemento de cohesión entre los mesoamericanos. Teotihuacán tuvo un papel importante como centro articulador de la mayor parte de los intercambios. Tras su colapso, la red comercial decayó también, tras lo cual surgieron centros regionales que no alcanzaron a tener la posición que había ocupado antes Teotihuacán.
Otro de los rasgos principales del clásico fue el urbanismo. Las ciudades eran cuidadosamente planificadas y trazadas. Las ciudades, además de ser centros administrativos y religiosos, fungieron como complejos productivos y nodos comerciales.
Como último dato, es necesario recalcar que en el clásico se ‘cristalizaron’ la mayor parte de las deidades del panteón mesoamericano, y que la religión ocupó un lugar importante en la estructura social como auxiliar del poder político. Presumiblemente, el clero monopolizaba el conocimiento de la astronomía, la matemática, la escritura y hasta el comercio y la política.
Existen textos mayas esculpidos y pintados, que se han identificado como cronológicos, astronómicos e históricos, aunque no son la fuente principal para el conocimiento de los mayas, pues están realizados en su compleja Escritura maya que aún está en proceso de desciframiento. El Clásico, que abarca del año 200 d. C. al 900 d. C., se caracteriza por un notable florecimiento cultural.
LA TRIPLE ALIANZA
La Triple Alianza (o Ēxcān Tlahtōlōyān en náhuatl1 ) fue la última confederación de estados indígenas ubicados en el valle de México, durante el período posclásico mesoamericano, conformada por México-Tenochtitlan, de filiación étnica nahua, Tetzcuco (castellanizado como Texcoco) de filiación acolhua y Tlacopan de tradición otomiana,2 luego de la derrota de Azcapotzalco por parte de estos tres señoríos en 1430. Aunque se cree que surgió en el siglo XV, en realidad su existencia es de siglos antes, siendo parte del régimen zuyuano el cual es una estructura ideológica que sustenta los gobiernos de este periodo histórico. Dicha formación política tenía repercusiones en el tributo, la impartición de justicia y las campañas militares. De hecho su existencia no se limita al altiplano mexicano, pues es conocido que otras etnias las conformaban, como los tarascos con Tzintzuntzán-Ihuatzio-Pátzcuaro, los mayas con Uxmal-Chichen Itzá-Mayapán (Liga de Mayapán) o los mixtecos con Tilantongo-Teozacoalco-Zaachila.
El cronista Ixtlilxóchitl habla de una primera alianza entre Topiltzin (882-959), penúltimo señor de Tollan (Tula) y otros dos gobernantes, Iztaccuauhtzin y Maxtlatzin, aunque de estos no dice donde regían. Chimalpahin es más preciso y menciona que la primera Triple Alianza en el valle de México estaba formada por Tollan-Xicocotitlan, Otompan y Colhuacan. En esa época, la triple alianza tenía como rivales a la confederación formada por Xaltocan, Coatlinchan y Azcapotzalco. Tras el declive de Tollan-Xicocotitlan, la segunda Triple Alianza fue integrada por tres pueblos ribereños del lago de Texcoco: los colhuas de Colhuacan, los tepanecas de Azcapotzalco y los acolhuas de Coatlinchan. Sus rivales fueron la liga conformada por Xaltocan, Tepotzotlán y Cuauhtitlan.
En 1272 surge la alianza otomíana de Metztitlan-Tepepolco-Tototepec, que apoyando a Yacanex señor de Tepetlaoztoc -quien pretendía controlar el Acolhuacan- inicia la guerra para destituir a Huetzin, elegido como tlatoani de Coatlichan (la cabecera del Acolhuacan). Huetzin al ser apoyado por sus tíos de Tenayocan (Tenayuca) y derrotar a sus adversarios, cede a favor de Texcoco para que sustituya a Coatlinchan en la Triple Alianza. La cuarta conformación se da en 1344, cuando Azcapotzalco comienza a manipular la política del centro de México, utiliza a sus tributarios y mercenarios, los mexicas, para que conquisten a Colhuacan en este año y lo reemplacen, de esta manera los tepanecas controlarían dos sedes, quedando la confederación Texcoco-Tenochtitlan-Azcapotzalco. A la expansión tepaneca se le opondrá la confederación norteña de Toltitlan-Tepotzotlan-Cuauhtitlan, aunque no por mucho tiempo, pues junto con Xaltocan son sometidos en 1367.
Tezozómoc tlatoani de Azcapotzalco deseaba el control de todo el centro de México, por lo que decide conquistar a Texcoco la tercera cabecera de la alianza, lo que logra por fin en 1418. A partir de entonces se disuelve la Excan Tlahtoloyan. Con el ascenso de Maxtla en 1426 y por causa de su política despótica, Nezahualcoyotl de Texcoco e Itzcóatl de Tenochtitlan unen fuerzas para acabar con el señorío de Azcapotzalco, al lograrlo en 1430 deciden restablecer la Triple Alianza, formándose así la quinta y última en la que incluyeron a Tlacopan para conservar los pueblos del poniente y las relaciones que mantenían con los mazahuas y matlatzincas. A partir de 1454 se conformará una alianza enemiga, compuesta por Tlaxcallan-Huexotzinco-Cholollan.
La conformación tripartita fue un fenómeno social común en el Posclásico tardío, dado que implicaciones religiosas e ideológicas estuvieron involucradas en el concierto social y en los linajes del poder y estos pueblos creyeron en el orden cósmico como esquema para el terrenal y se apoyaba en la idea del dios del fuego Xiuhteuctli, de composición tripartita. También influía la concepción de un universo equilibrado, dividido en tres niveles; el cielo (ilhuicatl, topan), la tierra (tlalticpac)
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