Historia De Los Acontecimientos

Peter Burke. “Historia de los acontecimientos y renacimiento de la narración”. En Peter Burke (ed). Formas de hacer historia. Madrid, Alianza Editorial, 2003: 325-343.

Peter Burke señala que desde el periodo de la ilustración, ya existía una controversia, concebir a la historia como una narrativa de acontecimientos, eso suscitaba ya una serie de ataques; Voltaire y Jhon Millar, entre otros tenaces atacantes de esta hipótesis.

Lopold Von Ranke en el siglo XIX se percibe como más bien una contrarrevolución por el hecho de poner en el ojo del huracán a la narración de acontecimientos; sin embargo, ya en el siglo XX, se retoma de nueva cuenta con la posición antagónica de la narrativa de acontecimientos, pues la postura de los Ingleses Lewis Namier y R.H. Tawney, proponen que “los historiadores antes de narrar acontecimientos debería de analizar las estructuras…”.

En Francia las posiciones fueron más radicales puesto que rechaza categóricamente lo que denomina peyorativamente “historia de los acontecimientos” por alusión a la narrativa; y esta en contraposición a la historia de las estructuras.

Dos posiciones encontradas en un mismo objetivo, el describir con autoridad los acontecimientos recientes o pasados, la opción de recurrir a la descripción o narrativa de los acontecimientos es criticada pues deja de soslayo los acontecimientos de tipo social, económico y la vida común de la gente común-corriente; los historiadores pueden utilizar la narrativa cultural para describir acontecimientos de personajes importantes, descritos con la riqueza de la novela, película o periódico; sin embargo, en otra posición es la del análisis de las estructuras que recogen mucho de los acontecimientos mencionados anteriormente y se recomienda a los historiadores que tomen más en serio las estructuras que los acontecimientos; en otras palabras los historiadores no deberían ser contadores de historias.

Así también, la historiografía señala que los historiadores estructurales deben de complementar su posición con elementos microhistóricos y/o macrohistóricos para tener en la puerta la historia total.

Con las posiciones encontradas en contra a la narrativa la misma historiografía ha perdido una gran riqueza por el abandono de la narración y se buscan nuevas formas de relatar los acontecimientos que los historiadores serán los encargados de relatar, esas nuevas formas de narrar acontecimientos en esta parte de la historia bien merece la atención de los historiadores para que en su búsqueda se complementen tanto la narrativa moderna como el análisis estructural de esos acontecimientos.

Hasta ahora, utilizar la narrativa moderna para describir la problemática social de mi trabajo se me hace una “herramienta” interesante, me crea como objetivo una búsqueda en donde se yuxtapongan las posiciones estructurales y las narrativas, puesto que se debe desde mi punto de vista sería, abordar las condiciones de la gente común y corriente, y los problemas sociales, económicos, políticos, etc. Con una narrativa que describa los acontecimientos tanto micro, como macrohistóricos pues es una forma pertinente de enriquecer las realidades históricas de mi competencia.

Es dentro de la narrativa moderna que se podrá hacer uso de otras herramientas como el análisis de datos para describir de manera clara los procesos en donde la problemática objeto se desarrolla; narrar acontecimientos de la vida cotidiana es tomar como otro elemento más al análisis de las estructuras que la complementa.

No es la pura mención de los acontecimientos en traje de época, si no que concretar los hechos históricos dentro de realidades que se pueden considerar como verdaderas.

Es posible también utilizar procesos de narraciones densas, para tratar no solo una serie

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