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Historia de la Literatura Dominicana.


Enviado por   •  17 de Abril de 2017  •  Documentos de Investigación  •  3.047 Palabras (13 Páginas)  •  760 Visitas

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HISTORIA DE LA LITERATURA DOMINICANA

Las veces que frecuentó, sin embargo, el campo de las bellas letras, lo hizo con tal fervor, que cada uno de sus escritos contiene algo que revela sublimidad de su espíritu verdaderamente inspirado. Los versos que escribió carecen de artificio y recuerdan, por su simpleza y sencillez, muchos de los mejores versos de Martí, quien también vivió una vida de angustia por la patria y quien también cantó con la lira apoyada sobre las rodillas de los ángeles.

Las poesías de Duarte, escritas sin pretensiones literarias no estaban destinadas a la publicidad y en su mayor parte desaparecieron en el destierro con el resto de sus papeles íntimos. Entre las que han sido salvadas por sus discípulos y divulgadas después de su muerte, figuran varios romances, y un himno en que se siente latir la poderosa fibra patriótica del gran dominicano:

Por la cruz, por la patria y su gloria denodados al campo marchemos! Si nos niega el laurel la victoria del martirio la palma alcancemos!

De sus trabajos en prosa se conservan varias cartas en que alude a la salvación de la patria, centro de sus preocupaciones, o en que reafirma, frente al grupo cada vez más nutrido de los anexionistas, su fe en la supervivencia de la República y en su soberanía absoluta. .Merece también citarse, entre los escritos en que recogió sus pensamientos políticos o en que dejó testimonio de sus convicciones doctrinarias, el proyecto de Constitución que redactó en vísperas del golpe del 27 de febrero, donde rechaza toda forma de imposición extraña y aboga por la existencia de una nación constituida al margen de todo, intervención extranjera. La impresión que se desprende de esas cartas, de esos manifiestos, de esos proyectos de reforma constitucional, de esas exhortaciones dirigidas a sus compatriotas, de esos versos patéticos y sencillos en que su alma se muestra en toda su desnudez dolorosa, es la de que el Padre de la Patria fue un espíritu superior de quien se podría decir, como se ha dicho de Marco Aurelia; que estuvo en todo más cerca-dé la Divinidad que del hombre.

Rosa Duarte (1819-^888), hermana del Padre de la Patria, escribió unos Apuntes para la historia de la isla de Santo Domingo, y para la biografía del general dominicano Juan Pablo Duarte y Diez.; Se trota de-una serie de notas, a Veces incoherentes, enlazadas sin método y compuestas sin ningún escrúpulo do estilo, pero de ¿normé interés histórico por la fidelidad con que ilustran ciertos detalles del movimiento separatista y por la emoción con que la autora habla de Duarte y de la República nacida de su inspiración y de su fe.

Entre los que fundaron con Duarte la sociedad secreta "La Trinitaria'*, se destacaron, por su afición a las letras, los próceres Francisco del Rosario Sánchez, quien adquirió fama en su época como defensor público, y José María Serra (1819-1888), autor de unas Lecciones de. Gramática Castellana publicada en Santo Domingo en la imprenta de García Hermanos en 1887, en colaboración con Manuel María Arroyo, y de un importante trabajo de carácter histórico que dio a la estampa en Mayagüez, bajo el epígrafe de Apuntes para la historia de los trinitarios.

FELIX MARIA DEL MONTE

La primera figura literaria de la generación dé la independencia fue Félix Moría del Monte, considerado como "el padre de la literatura de la República independiente". Nació en la antigua ciudad de Santo Domingo, el 20 de noviembre de 1819. Hizo sus estudios bajo la dirección del padre Gaspar Fernández y del sabio dominicano José Vicente Moscoso. Asociado a Duarte y a los demás próceres de "La Trinitaria", participó en los trabajos preparatorios de la independencia nacional. El 27 de febrero de 1844, se halló entre los héroes de la Puerta del Conde, y el l9 de marzo, mientras prestaba servicios como teniente de la Guardia Nacional, en la Fortaleza, improvisó el primer himno dominicano. En 1845, fundó un periódico literario, "El Dominicano", en colaboración con Manuel María Valencia, José María Serra y Pedro Antonio Bobera. En 1848 presidió la Cámara del Tribunado. En 1854 fundó, con el poeta y magistrado Nicolás Ureña de Mendoza, el periódico "El Porvenir", y fue poco después elegido diputado al Congreso Revisor qué dictó la Constitución del 25 de febrero de 1854.

Durante la segunda administración dé Báez, desempeñó los despachos de Relaciones Exteriores y de Justicia e Instrucción Pública, desde el 9 de octubre de 1856, hasta el 13 de julio de 1858. En abril y mayo de 1858, tuvo también a su cargo la cartera de Guerra y Marina.

Con las labores de la vida pública compartió las del profesorado. En 1852 ingresó en el Colegio de San Buenaventura, como profesor de literatura, y en 1875 en el Instituto Profesional como catedrático de literatura y jurisprudencia. Murió en su ciudad natal, en 1899.

La labor intelectual de Félix María del Monte fue extraordinaria para su época: poeta, escritor, jurisconsulto, periodista, orador parlamentario, autor dramático, dejó en todas esas actividades huellas de su inteligencia prodigiosamente cultivada.

Como poeta cultivó el color local, en composiciones donde describe, aunque en forma esquemática y vaga, el paisaje nativo: su composición El banilejo y la jibarita, compuesta en lo isla de Saint Thomas, lugar donde residió algún tiempo en calidad de desterrado, contiene la primera versión literaria del valle de Baní, sin duda la porción de la república que ha inspirado acentos más tiernos a la poesía dominicana. En Las Vírgenes de Galindo, reconstrucción poética de uno de los más tétricos episodios de la ocupación haitiana, intentó popularizar un nuevo género de poesía, el poema breve inspirado en tradiciones locales. Pero le cuerda que mejor vibró en su lira, fue la de la poesía patriótica, caldeada por la llama de la inspiración nacional, como en el himno en que anunció el nacimiento de la República y que fue como el primer grito de su conciencia embrionaria:

Sepa el mundo que o nombres odiosos acreedores jamás nos hicimos porque siempre que gloria quisimos nuestro carro la gloria arrastró.

¡Al arma, españoles!

¡Volved a la lid!

¡Tomad por divisa vencer o, morir!

Como autor dramático escribió una zarzuela titulada Ozema o la Virgen Indiana, y las tragedias El mendigo de lo Catedral de León. El último abencerraje. Un vals de Strauss, El premio de los pichones y Duvergé o las víctimas del 11 de abril, inspirada

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