Imperio Romano
yeconiga10 de Abril de 2015
9.526 Palabras (39 Páginas)209 Visitas
LA RELIGIONAntes del cristianismo, Roma ideo una religión de carácter politeísta. Si se sitúa de manera cronología, esta habría tenido su desarrollo arcaico durante las décadas anteriores a la legendaria fundación de Roma, situada por la tradición en el año 753. Los primeros dioses romanos fueron de acorde a las necesidades de Roma, según una serie de leyendas, el primer dios fue Saturno, quien arribo a la colina del Capitolio y enseño a los latinos el cultivo de la tierra. Pero no solo el era una deidad de esa época, habían otras como Pamona, Pale, Jano y Fauno.
La mitología arcaica acabo cuando el reinado del segundo rey de Roma inicio, este fue Numa Pompilo, el cual desarrollo el comercio general de la ciudad, tanto fue que llego al contacto con los griegos del sur, adoptando parte de su cultura. Para difundir su religión, más amplia y de carácter griego, fundo en la cima del Capitolio el primer Panteón, dedicado a Júpiter, Juno, Minerva y Saturno. A pesar de la nueva incorporación de estos dioses, los antiguos de carácter aborigen de la ciudad de Roma no desaparecieron, sino que se entremezclaron y helenizaron conforme al desarrollo de Roma.
En conforme se producía el desarrollo religioso, Numa Pompilo fundo la primera orden religiosa de Roma, con esto se iniciaba la entremezcla romana de la religión-jurisprudencia-política-moral. La primera orden romana de sacerdotes fue la de los protectores de los "Liber Actionum", libro romano en los cuales estaban inscritos todos los ciudadanos romanos y sus delitos. Esta orden estaba compuesta por los sacerdotes llamados "Rex Sacroroum". Conjunto a esta orden se fundo además el primer colegio de sacerdotes, llamado "Collegia de Sacerdotes".
Hacia la época imperial romana, el emperador ya era un dios más, mensajero de ellos. Hacia la dinastía de los Flavios, este homenaje a los soberanos se fue dejando de lado, y estos eran considerados como dioses tan solo luego de muertos. El sistema sería renovado y mucho más agudizado durante la tetrarquía, hasta el final de Roma.
Mitología Romana:
Antes de que existiese el universo, según la mitología, los 3 elementos principales del universo –cielo, tierra y mar- estaban combinados en uno solo, lo que ellos definieron como "Caos".
Este equilibrio se habría roto cuando el cielo fue expulsado hacia las alturas y la tierra y el mar se casaron formando un solo mundo en medio del extenso universo. Este acto ocurrió de forma simbólica en la mitología, es decir, el dios del mar, Urano, tomo como esposa a Gea, la tierra, y exilio al Cielo a las alturas, dándole la misión de proteger al mundo, el cual quedaba representado como una bóveda y el cielo eran los limites entre el universo o paraíso del Panteón, tierra de los dioses, y el inframundo tierra de los demonios y cancerberos.
Urano y Gea tuvieron cuatro hijos: Saturno, Océano, Vesta y Anteo.
Saturno, el cual es considerado igual a Cronos en la mitología de Grecia, derroco a su padre y se corono como dios de dioses y de todo el panteón y la bóveda del mundo terrenal. Se caso con una titán (semidiosa, pero no de ascendencia humana), esta se llamaba Rea.
Los dos tuvieron tres hijos, a pesar de que Saturno no los deseaba, estos fueron Neptuno, Plutón y Júpiter. Los primeros dos fueron devorados por su padre, el cual temía que lo derrocaran –como hizo el con su padre Urano-, el hijo menor, Júpiter, fue salvado por su madre Rea, la cual lo escondió en una cueva de la isla de Creta. Rea, la cual recibe el mismo nombre entre la mitología de Grecia, ordeno a algunos de sus sacerdotes-guerreros que protegieran a su hijo y que ayudaran en la mentira ante Saturno, la cual decía que Júpiter murió en el parto, y Rea cuando llevo el cadáver de Júpiter, era en verdad un gran saco de piedras, el cual devoro Saturno.
Júpiter logro vivir, ya que como dijimos antes fue ayudado por un sacerdote-guerrero de Rea, Curetes. Cuando Júpiter tuvo una edad apropiada se entero de todo y ayudado por una titán llamada Metis, es decir la titán de la sabiduría, inicio la guerra contra su padre, la cual duró diez años.
En un principio dio a beber a Saturno una pócima con la cual se vio obligado a vomitar a sus hijos Neptuno y Plutón.
La guerra continua, por un lado Saturno y por el otro Júpiter, Neptuno, Plutón, Ceres, Metis, Vesta, Venus –diosa nacida de una concha marina- y Juno –una titán que se encontraba enamorada de Júpiter-. Luego de los diez años de la lucha, Saturno fue derrotado y desterrado al mundo terrenal, al Lacio, donde habría vivido y enseñado la agricultura a los hombres.
Ahora, Júpiter y los otros dioses del panteón obtuvieron el poder y se lo repartieron. Recordando siempre que Metis estuvo enamorada de Júpiter también, pero murió acecinada por este, cuando supo que se encontraba embarazada. Posteriormente Júpiter tomo como esposa a Juno y tuvieron como hijos a Marte y Vulcano. Si bien tuvieron 4 hijos, Júpiter siempre le fue infiel y tuvo muchos hijos con mortales, com.
LA CRISIS: Entre los siglos III y V, el Imperio Romano, que había llevado sus conquistas desde las Columnas de Hércules hasta los ríos Tigris y Eufrates y, en sentido norte-sur, desde los ríos Rhin y Danubio hasta el norte de África, convirtiendo al Mar Mediterráneo en un “lago romano”, entró en un período de agudas crisis que, finalmente, llevaron a su decadencia y caída. Conviene que nos detengamos un momento en el tema de la crisis del Mundo Antiguo, puesto que es una crisis originante, de manera que el fin es, al mismo tiempo, un comienzo, gracias a la lucidez de los protagonistas de aquella época, que supieron rescatar lo mejor del mundo que terminaba para fundar otro. Como sabemos, las crisis en sí no son negativas, si se encuentran las respuestas históricas apropiadas; no obstante, cuando ello no ocurre, se acumula una crisis detrás de otra, agravando cada vez más la situación, llevando finalmente al colapso. Eso fue lo que, de una u otra manera, aconteció con el Imperio Romano.
La crisis de Roma puede ser catalogada como una crisis total, por cuanto abarcó prácticamente todos los niveles de existencia histórica. El fin del expansionismo romano, por ejemplo, afectará a distintos ámbitos del Imperio; de algún modo, significaba pasar del plano del ideal -la conquista del mundo, dada la vocación universal de Roma-, al de la realidad -no es posible continuar expandiéndose más allá de las fronteras, estabilizadas desde el s. III- y al de la ficción -esto es, se sigue actuando como si el ideal ecuménico continuase vigente-. Sin conquistas, ya no habrá botín, y, en consecuencia, faltará una importante fuente de recursos para el estado así como un incentivo para el ejército. Éste, por su parte, no contaba con el número suficiente de efectivos para defender las extensas fronteras, lo que obligó a contratar bárbaros, especialmente germanos, tantos que, para el siglo IV, miles (soldado) era sinónimo de bárbaro. Además, el ejército no estaba en buenas condiciones para hacer frente a las acometidas -cada vez más numerosas- de los bárbaros en las fronteras: a la indisciplina y falta de recursos y entrenamiento, hay que agregar el hecho de que no se hicieron las innovaciones técnicas adecuadas para enfrentar a los enemigos externos del Imperio. Contrasta este hieratismo romano con el caso del Imperio Chino en el siglo II a.C., cuando, enfrentado a la amenaza de los Hiung-nu (antepasados de los hunos), caballeros armados, se cambió la táctica de guerra adoptando el sistema de caballería y repeliendo así en forma exitosa a las hordas bárbaras. Roma, no obstante, siguió confiando en la legión que había hecho grande al Imperio. Un ejército gravoso y poco efectivo implicará que el imperio no es capaz de garantizar la paz dentro de sus fronteras, lo que genera una inseguridad generalizada; algunos hombres poderosos contratarán, en consecuencia, mercenarios a su servicio, los buccellarii, situación anómala y que combatirá el Imperio -puesto que no se puede aceptar la existencia de ejércitos privados dentro del estado-, aunque finalmente sin éxito. Esto último, la crisis y decaimiento del espíritu militar, estará, pues, en directa relación con el debilitamiento del espíritu cívico, público, que lleva a que la ciudadanía ya no considere los cargos públicos como un honor sino como una pesada carga. Un ejemplo es el de los curiales, funcionarios encargados de recaudar los impuestos; una ley del año 396 prohibía a los curiales abandonar sus puestos, por mostrarse impíos hacia la patria. Para evitar que los funcionarios o los soldados dejasen sus puestos, el Imperio aplicó un sistema de fijación social: las personas debían permanecer en sus ocupaciones y en sus lugares de nacimiento de por vida, lo mismo que sus hijos. Ello implicaba, no obstante, una pérdida de libertad del hombre, no ya un ciudadano, sino un súbdito de la Majestad Imperial. Ésta, influida por las formas políticas orientales, especialmente de Persia, había entrado en un proceso de absolutización y sacralización del poder, proceso que alcanzará una acabada expresión con Diocleciano (284-305), emperador que aplicó una serie de reformas que vinieron a dar un respiro a la agotada maquinaria imperial; sin embargo, se trataba de medidas de alcance solamente temporal, que no servirán para salvar Roma, aunque algunas de las reformas tendrán una amplia repercusión en tiempos posteriores. Es, pues, con este emperador, que el Imperio se convierte en una suerte de Monarquía Absoluta, en la cual el emperador es un dios,
...