Influencia del Imperio Romano hacia el cristianismo
KATHERINE GISSEL FERNÁNDEZInforme4 de Julio de 2022
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Influencia del Imperio Romano hacia el cristianismo.
(Desde el Emperador Constantino)
En este documento se realizará un análisis y reflexión acerca de la influencia del Imperio Romano hacia el cristianismo desde que el Emperador Constantino promulgara la tolerancia hacia los cristianos, que hasta ese entonces fueron perseguidos por 70 años aprox. y cada emperador anterior al mencionado solo ideaban nuevas formas de torturarlos y asesinarlos.
Después de la tetrarquía que imperaba Roma, Constantino vino a ocupar el lugar de su Padre, y venció a los otros 3 y tomó el mando como único Emperador Romano (306 d.C).
Conversión de Constantino al cristianismo.
Hay autores quienes dudan de la conversión de Constantino, ya que, en su busca del poder, justo antes de librar la batalla contra Maxencio, triunfo que le aseguraría fortuna y el Imperio, tuvo una epifanía que lo llevo a considerarse cristiano y a usar en sus batallas el estandarte de la cruz.
Sabemos, que ser cristiano es más que un título, idea o religión, puesto que se basa en el arrepentimiento del hombre al considerarse un pecador y Dios lo perdona y salva a través de su Hijo Jesucristo, por lo tanto, no tenemos detalles de que Constantino se haya arrepentido ante Dios, o si solo fue parte de una estrategia política para conquistar el Imperio, además cabe mencionar, que el introdujo como símbolo de adoración “la cruz” al usarla en sus estandarte como referencia a su inclinación al cristianismo, cuando el Señor nos dice en su Palabra: Por tanto, amados míos, huid de la idolatría. 1 Corintios 10:14
Debemos reconocer que, cualquiera que fueran sus intenciones, el logró detener las persecuciones y dio libertad de culto al cristianismo, lo que en consecuencia permitió que los cristianos puedan creer y desplazarse sin temor, sin embargo, aun estando en persecución la Iglesia no decayó, sino que crecía cada día más.
El cargo de Pontifex Maximus.
Todos los Emperadores Romanos tenían el título de Pontifex maximus y Constantino no fue la excepción. El Pontifex Maximus, era la cabeza religiosa del Estado Romano, cuya obligación era conseguir y mantener la paz de los dioses, lo cual consistía en la divina protección que otorgaban los dioses a Roma, cuando la practica religiosa se hacia correctamente y todos los ritos se cumplían de acuerdo con la ley (pax deorum). Así que, para el Imperio Romano, era igual de importante la protección material que podía brindar el ejército, así como también la protección divina. Es por ello, que Constantino, como Emperador Cristiano y autoridad suprema en materias de religión, tenía la autoridad a través de su titulo para moldear a la Iglesia según su visión y dictar concilios cristianos (Concilio de Nicea), además, determinó todo lo relacionado al gobierno de la iglesia, tenía potestad para decidir cuestiones acerca de disciplina eclesiástica entre otras.
Al respecto, Dios nos habla por su palabra: … sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. Efesios 4:15
Cristo es la cabeza de la Iglesia y la autoridad suprema, la Biblia nos enseña un liderazgo que consiste en la pluralidad de ancianos (Obispos/supervisores) y diáconos (siervos de la Iglesia) entre ellos pastores, maestros y dones que Dios entregó a la Iglesia. Muy contrario a la postura que tomo Constantino, la Iglesia Apostólica no estaba centrada en rangos jerárquicos, sino que la iglesia se edificaba en la diversidad de dones, y cada miembro tiene una función específica: Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. Romanos 12:4-5
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