Investigacion
jineth1222323 de Abril de 2014
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fomenta el trabajo en equipo y la motivación. Las quejas regularmente apuntan hacia la ubicación de una vaca sagrada.
Para poder forjar un medio dispuesto al cambio, es necesario que el personal confíe en el jefe y en el medio, y es necesario que sepan y entiendan que se les aprecia y se les reconoce. Nada es más destructivo para la confianza del personal que robarse el mérito ajeno. Hay que prestar atención, escuchando a los subalternos y finalmente hay que elogiar a alguien por su contribución, esto debe hacerse todos los días, no una vez al año.
Para convertir la resistencia al cambio en buena voluntad para el cambio, tenemos que comprender primero esta resistencia que es impulsada por el temor a lo desconocido, por la sensación de impotencia, por la inercia y por la falta de interés por parte del personal. Debemos vencer esta resistencia neutralizando el negativismo, motivando al personal, comunicandoles la urgencia del cambio, ya que si se sigue como va las consecuencias son sombrías, además de comunicarles el costo de no producirse este cambio.
Esta urgencia crea la chispa, produce la actitud y el ambiente necesario para mover a las personas. La urgencia es la adrenalina que genera un estallido de acción. La inspiración convierte el fuego en un incendio sostenido. La inspiración eleva el espirítu y orienta. Otro motivador es el de concederles a los empleados el máximo control posible sobre su propio destino, facultarlos mediante información, responsabilidades y autoridad para tomar decisiones, y hacerlos responsables de los resultados. Y finalmente delegar en los empleados facultades durante el proceso de cambio, para reducir resistencia.
Otra manera de motivar a nuestros empleados para que se entusiasmen con nuestros planes de cambio es ofrecer recompensas. Hay dos tipo de recompensas, una de incentivos extrínsecos y otra de recompensas intrínsecas.
Es casi imposible motivar a los individuos para el cambio cuando el camino está obstruído por la vaca sagrada del trato igual para todos. Es importante apreciar a todos nuestros empleados y tratarlos a todos con justicia, el secreto para entrenar bien, es reconocer y maximisar las diferencias individuales.
Existen siete características generales que algunas personas pueden poseer frente a la disposición al cambio, entre ellas están: la persona recursiva, que sacan el máximo provecho de toda situación, la persona optimista que reconoce las oportunidades y posibilidades, la persona de espíritu de aventura que se inclina a correr riesgos, la persona con empuje que posee un alto nivel de dinamismo, la persona adaptable que abarca la flexibilidad y la elasticidad, la persona confiada que es segura en lo que es capaz de manejar y la persona tolerante a la antigüedad que mantiene el control ante lo incierto.
Hay diferentes zonas de disposición al cambio; está la zona del desempeño, que es donde se maximiza la eficacia organizacional e individual en cualquier medio de trabajo rápido. La zona de pánico, en donde hay escasez de tiempo y de recursos frente a un gran reto. La zona de sueño, en donde los recursos sobrepasan en mucho a los retos. Y la zona de disposición al cambio en donde se afronta la presión del cambio.
CONCLUSION
Hay que reconocer que en este mundo globalizado, y tan cambiante solamente sobrevive el que está consciente de la necesidad de cambiar sus estratégias y sus prácticas que ya no son oportunas para los nuevos cambios que surgen, en definitiva hay que identificar las vacas sagradas y sacarlas a pastar. Debemos estirpar de raíz las causas de la resistencia al cambio, y así acabar con los temores y ganar la confianza de quienes
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