Jose Maria Marco

José María Marco afirmó: “los americanos no llegaron a ser iguales a través de un proceso histórico complejo y tortuoso, con derramamientos de sangre y convulsiones sociales y políticas a menudo atroces.

Los americanos nacieron iguales, evidentemente había diferencias sociales, desigualdades en la posición, en la riqueza, etc.; había incluso algo peor la esclavitud, pero también es cierto que la nación americana se fundó sobre una sociedad de individuos que no se distinguían unos u otros por ninguna jerarquía, previa a la de sus sucesores.

En la norteamericana previa a la revolución no había más élite que la del talento, mérito y esfuerzo; y cuando se proclamó la independencia esa tradición de igualdad quedó incorporada a la raíz política de la nueva república, la constitución prohibió los títulos nobiliarios y con ellos las jerarquías generadas, es decir, las diferencias sociales.

A ningún conservador europeo, excepto alguno, se le habría ocurrido elogiar a Estados Unidos mucho menos tomarlo como modelo político-social.

Para los conservadores de viejo continente, Estados Unidos era la encarnación de aquello mismo que aborrecía, o tenía igualdad de condiciones, libertad de expresión y de religión, ausencia de jerarquías; y es que los conservadores de Europa lo eran porque no podían dejar de lamentar la desaparición del orden jerarquizado, cerrado y rígida propia del Antiguo Régimen.

En la nueva sociedad los conservadores solo veían caos y destrucción, deseaban parar la historia, para ellos la felicidad consistía en que cada uno permaneciese en el lugar que la había sido asignado por nacimiento, abandonados así mismo, los individuos son peligrosos y además no saben ser felices.

Por eso, cuando el orden antiguo se derrumbó, el Estado se debía de encargar de tratar restaurar los antiguos estados europeos. El estado siempre se abría mejor que los individuos en qué consistía la felicidad de estos.

Esa nostalgia nunca había en Estados Unidos, claro que la nostalgia de un tiempo pasado es siempre mejor que la del presente, es decir, es un sentimiento universal.

En Estados Unidos no había existido nunca un orden como ese, previo al nuevo, en el que sentir nostalgia.

En Estados Unidos nunca había existido el orden nobiliario, ni jerarquizado, tampoco desigualdades de cuna y sangre.”.

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