LA CIUDAD NEOCLASICA
wendyemiliaResumen25 de Septiembre de 2018
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LA CIUDAD NEOCLÁSICA
Mercantilismo y Concentración: Durante la Edad Media el número de ciudades creció rápidamente, pero sus poblaciones siguieron siendo reducidas el tamaño físico de las ciudades estaban limitado por el anillo de sus murallas y por el viejo problema de aprovisionamiento de agua y eliminación de los desperdicios. Los habitantes se aprovisionaban de agua en las fuentes públicas. Las comunicaciones entre las ciudades eran lentas, los medios de transporte engorrosos y la necesidad de ayudarse mutuamente en caso de guerra, eran aun urgente.
El comercio mundial y la creciente necesidad de correr, produjo la concentración de poblaciones encrucijadas de caminos importantes. El comercio entre las ciudades y entre los países aumento fuertemente.
La economía mercantilista prosiguió su desarrollo ascendente y el poder de los señores feudales empezó a declinar. La iglesia, en cambio supo acumular vastos territorios y surgieron así dos clases privilegiadas los nobles y los sacerdotes. Las organizaciones de artesanos también entraron en decadencia y la servidumbre medieval se hizo menos patente.
Congestión y Tugurios: La creciente población llevo a la congestión en las ciudades, hasta el punto de construir casa hasta de cuatro pisos. Los espacios interiores libres, dedicados antes a jardines y a guardar a los animales domésticos, fueron ahora construidos. Asimismo, aumento fuertemente el tránsito de vehículos, pero la distancia de la población urbana creció, sin que mejorará simultáneamente los sistemas sanitarios o de aprovisionamiento de agua.
Durante este periodo las ciudades cayeron a una situación inferior a la de roma. Las viviendas de los nobles se fueron haciendo cada día más amplia, pero las del pueblo se tornaban cada vez más hacinadas.
En 1539 un acta del parlamento menciona, “las crecientes incomodidades y peligros que surgen a diario, como consecuencia de albergar en las casas familias agregadas, recibir huéspedes y convertir casas grandes en viviendas colectivas, sin contar las que resulten de la construcción de nuevas casas”.
La invención de la pólvora: en el siglo XV se inventó la aplicación de la pólvora para fines militares, antes de la aparición de la artillería, este insumo aumento el alcance de las armas de sitio, y obligo a construir obras de defensa, mucho más allá de los muros, para aumentar la distancia entre los atacantes y la ciudad.
El Renacimiento: es aquí que los soberanos empezaron a demostrar un gran interés en mejorar el aspecto de las ciudades, como un medio para exhibir su poder y su riqueza, como por ejemplo las familias nobles de Francia, Venecia, Roma y la Lombardia, embellecieron sus ciudades, y los Borgia y los Medicis y los Sforza construyeron suntuosos palacios, decorados con motivos clásicos. La iglesia participó en este movimiento pasando la residencia de los papas a establecerse en roma.
En el renacimiento desapareció ese extraño anonimato que sumió en el olvido a los maestros constructores de la edad media.
La Monarquía y sus Monumentos: El carácter monumental del arte clásico reapareció en las ciudades. Cada forma tuvo así su línea central, y cada espacio su eje. La calidad del arte medieval se vio reemplazada por una forma estructural clásica.
El eje y la línea central toda poderosa fueron los símbolos de la creciente concentración de poder temporal. Los reyes de Francia se convirtieron en monarcas absolutos, los ricos mercaderes de Italia se hicieron duques autocráticos, los grandes terratenientes ingleses pasaron a ser lores, y barones. Los papas fueron los socios benévolos de este nuevo orden.
La artillería de largo alcance eliminó la necesidad de los viejos muros para la defensa militar, y Luis XIV comisiono a Vauban su genial ingiero militar, quien derribo las antiguas murallas y construyo grandes obras defensivas.
La ciudad barroca: Una aire de grandeza rodeo a las cortes reales, donde primo el egoísmo de los soberanos, quienes no soportaron al pueblo, como por ejemplo Luis XIV arrojo a la cárcel al financiero Fouquet, porque tuvo la temeridad de construir un palacio casi tan bello como el del rey.
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