LA LUZ. SIMBOLISMO Y ELEMENTO ARQUITECTÓNICO
Verónica Sánchez MecaTrabajo26 de Marzo de 2019
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ÍNDICE
1. La catedral gótica y la luz …………………………...1
2. Bruno Taut y el expresionismo alemán……………5
3. La luz en la arquitectura contemporánea………11
4. Conclusión…………………………...…………………16
5. Bibliografía………………………...……………………17
LA CATEDRAL GÓTICA Y LA LUZ
Si hay un estilo arquitectónico que de importancia a la luz y que la utilice como componente primordial para la percepción del espacio, ese es el estilo gótico.
Este estilo, creado y desarrollado en Francia desde el siglo XII hasta el XV y que, posteriormente se extendió al resto de Europa, se caracteriza por dos cosas: la utilización novedosa de la luz en sus catedrales y la nueva relación existente entre forma y función, sin duda un cambio importante con respecto del estilo románico.
Este nuevo estilo nació en Francia, gracias al abad del monasterio de Saint-Denis, Suger, quien fue el primero en construir un nuevo presbiterio de gran altura y lleno de vidrieras que provocó una competición entre las distintas ciudades francesas por conseguir, la iglesia más alta y más luminosa. Esto sucede en la etapa de plenitud y crisis de la Edad Media y la proliferación de catedrales fue en parte debida a la proliferación de una nueva clase social de la época, los burgueses.
El nuevo estilo se fue extendiendo por toda Europa: Alemania, Inglaterra, España, Portugal... Y se diferenció en cinco etapas sucesivas: el gótico inicial, el gótico clásico, el gótico radiante, el gótico tardío y, por ultimo, el gótico flamígero.
Para abordar el estudio de cómo incide la luz en el espacio gótico, hemos elegido una de las obras más representativas y bellas del gótico español: la Catedral de Burgos.
La catedral de Burgos, construida a partir de 1221 y acabada en 1300, forma parte del período clásico, junto con otras catedrales españolas como León o Toledo. Aunque esta catedral pertenezca al estilo gótico, posee en su interior algunos elementos renacentistas y barrocos. Esto se debe a la sucesivas ampliaciones y reformas sufridas a lo largo de su historia como la incorporación del cimborrio, las agujas de las torres, etc.
Hay que tener en cuenta que, en la arquitectura gótica, la luz tiene un significado completamente distinto y sin precedentes, conformando un nuevo tipo de espacio y produciendo un efecto completamente diferente al causado por las iglesias del movimiento artístico precedente: el románico.
La arquitectura románica se caracteriza por la poca luminosidad en el interior de las iglesias, por las escasas ventanas, limitadas debido a las restricciones constructivas de la época. Son iglesias de poca altura, más agobiantes que las catedrales góticas donde todo es enorme y monumental.
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<< La luz aparece como un símbolo a través de la ficción de un sistema de iluminación no-natural >>, como dice Víctor Nieto en “La luz, Símbolo y sistema visual” - a quien citaremos posteriormente -, es el innovador cambio implantado.
Las vidrieras, como por ejemplo las de la “Capilla de los Condestables” de la catedral que nos ocupa, representan una nueva relación entre muro y luz. Estas vidrieras niegan la naturaleza impenetrable de la materia, convirtiendo el muro en algo poroso. Las vidrieras no representan vanos, forman parte del muro, pero de un muro translúcido, un muro que es atravesado por la luz y que crea un ambiente completamente distinto. El interior de la catedral está ahora cromatizado y la luz tiene un papel simbólico. Este símbolo hace referencia a una idea trascendente, una idea de que la divinidad va de lado de la luz, que “Dios es la luz del mundo”.
Esta nueva concepción del vano viene dada por el desarrollo de la construcción. Las alturas superiores a treinta metros ya no son sólo imaginables, también son realizables, gracias al sistema de los arbotantes, creados en Chartres y utilizados en las catedrales posteriores. Con la distribución de las cargas a través de los pilares de estribos ya no es necesario restringirse con los huecos en el muro, de hecho, el muro de piedra queda reducido a lo más necesario, proveyendo de luz a toda la catedral.
Un ejemplo del cambio de iluminación entre estilos en el claustro que se encuentra cerca de la entrada de la catedral por la Puerta Del Sarmental. Este claustro está acristalado con las correspondientes vidrieras, no estando abierto al exterior. Refuerza completamente el aislamiento del interior con el exterior, no teniendo uno relación con el otro. Desde el interior no se abren huecos al exterior, éste esta limitado ya sea por muros o por vidrieras. Se convierte en el espacio aislado que configura una idea sobre el espacio religioso que persistirá durante siglos.
Aparte de la función simbólica del espacio, la vidriera también asume una función iconográfica religiosa. En ellas se representan santos y escenas teológicas, con una clara función doctrinal. También éstas se representan por medio de la escultura, siendo los grupos escultóricos teológicos más importantes aquellos que se encuentran más próximos al suelo, y otros de motivos más cotidianos a más altura.
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La entrada de luz a través de la parte superior de la catedral también es nueva con respecto al románico. El cimborrio de la catedral de Burgos, que se encuentra justo en el crucero de la planta gótica, es idóneo para la entrada de luz cenital. Aunque su construcción fue posterior a la terminación de la catedral, tiene concesiones al gótico tardío y contribuye también a la creación de la atmósfera que el estilo gótico quería conseguir.
Otro elemento constructivo de la arquitectura gótica y, sin duda, el más conocido y representativo es el rosetón. El rosetón es conocido por su sublimidad artística y se le atribuye un doble simbolismo: uno relativo a la Virgen, por la apariencia que tiene con una rosa y otro, relacionado con Cristo por ser imitación de los rayos del sol, ambas interpretaciones son comunes para todos los rosetones. La catedral de Burgos presenta dos rosetones, uno en la fachada oeste y otro en la fachada sur. Sendos rosetones fueron elaborados con vidrios provenientes de varias partes de Europa. Crean, junto con las vidrieras, un ambiente místico gracias a la luz coloreada.
Pero no sólo la luz que pasa a través de las vidrieras es importante, la claridad procedente del brillo, del fulgor, de las piedras preciosas, son también importantes en el simbolismo que se presenta en la arquitectura gótica. Varias referencias a ello hace Víctor Nieto, antes mencionado.
Objetos dorados, como cálices y urnas, no eran solo referencia a lujo, ostentación y poder (ese poder que en la Edad Media era sólo de reyes y del clero). El fulgor, el brillo que provenía de los objetos de oro les daba un carácter sagrado, contribuyendo a la atmósfera de lo divino, ya creado en la catedral por medio de la iluminación matizada por las vidrieras. Estos dos posibles valores están fuertemente unidos, ya que según la época, el poder era otorgado por Dios, supremo rey.
Como ejemplo importante de la utilización de este recurso, se encuentra la Escalera Dorada, situada en la pared norte del transepto y que fue, como el cimborrio, construida en el Renacimiento. Esta escalera, recubierta de pintura dorada como su nombre indica y esculpida con muchos motivos animales, vegetales etc., utiliza al máximo el recurso áureo, tanto en la balaustrada como en la barandilla.
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También es significativo, el altar que se encuentra en la “Capilla de San Juan de Sahagún y las reliquias” que contribuye a la percepción de este espacio, junto con la luz que cae directamente desde la ventana y que lo ilumina dándole a la habitación una sensación de suprema divinidad.
La cúpula dorada de la “Capilla de Santa Tecla” también ha utilizado este recurso, mezclándolo con otro de los múltiples retablos áureos que hay en la catedral. También la bóveda de la Sacristía es buen ejemplo del uso del color del oro para dar el toque antes mencionado.
Todo lo parecido al dorado era utilizado para la decoración de catedral, como para cubrir los retablos y en las escasas obras pictóricas, muy poco frecuentes en el período gótico, debido a la supremacía que tenía la construcción sobre el arte gráfico, el fondo era siempre de color dorado, para conseguir el efecto de ingravidez en las escenas.
La combinación de todos estos elementos se ven reflejado en la “Capilla Mayor”, situada en el ábside de la nave central. Esta capilla cuenta con un retablo lleno de esculturas representando los santos más importantes. Sobre él y rodeándolo están las vidrieras, acrecentando, como en la “Capilla De San Juan”, la sensación de lugar sagrado. Retablos también fastuosos son los de la Capilla de Santa Ana, zona dedicada al culto actualmente, y la ya mencionada “Capilla de Santa Tecla”.
Es la unión de todo lo que hace que cualquier catedral gótica sea una obra arquitectónica única, inigualable, un recinto, que, como los maestros constructores de la época querían conseguir, hace que invada al visitante la sensación de estar en un lugar divino y de paz espiritual. Un lugar que sigue causando la misma reacción muchos siglos después de su construcción y que probablemente lo seguirá haciendo muchos más.
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