LA PROSPERIDAD FALAZ DEL GUANO

_LA PROSPERIDAD FALAZ DEL GUANO._

Heidi Nayeli Norabuena Silva

Siendo el Perú un país megadiverso en recursos naturales es de gran importancia analizar el desarrollo histórico y económico de un recurso tan importante como fue en su época el guano.

El guano de las islas, que es el excremento de las aves cuyo alimento se basa, especialmente, en peces del rico mar peruano, se dio su aparición en el siglo XIX, donde significó una solución a los problemas que enfrentaba la agricultura europea, que buscaban tierras más productivas, para alimentar a una población más creciente. Donde el Perú casi tuvo la exclusividad del negocio del guano, (monopolio), la venta de este recurso le significó al país la captación de fabulosas sumas de dinero. Entre 1840 y 1880 se exportaron alrededor de 11 y 12 millones de toneladas de guano que generó un ingreso de 750 millones de pesos de la época, de las cuales el Estado captó alrededor de más del 60 % (432 millones de pesos), esta riqueza natural era explotada por un sistema de concesiones que el Estado otorgaba a los particulares. El favoritismo, la influencia política, los vínculos de parentesco (nepotismo) eran los criterios decisivos para obtener el derecho de explotar y exportar guano. Estos privilegios eran dispensados y distribuidos ilegalmente por los políticos que se sucedían en el gobierno. Esta riqueza no fue en consecuencia utilizada para desarrollar la industria, la agricultura o el comercio.

El Estado firmó numerosos contratos, y a pesar de las grandes ganancias que se hicieron debido a estos, se originó una deuda externa superior a un millón de libras esterlinas con intereses de casi 3 millones de libras. Por ello fue necesaria la firma de un acuerdo con la casa Gibbs que permita el sistema de las consignaciones. Pero debido a la miserable cuota pagada por los consignatarios, el Estado recurrió a más préstamos y añadiéndole a esta creciente deuda, la situación empeoró gracias a los gastos ocurridos en la guerra con España y el aumento de los intereses de las deudas internas y externas. Como consecuencia, el ministro de Hacienda, Nicolás de Piérola se vio forzado a firmar el contrato a la casa Dreyfus, cediendo así el monopolio del guano. En este acuerdo, la casa Dreyfus ofreció comprarle al Perú dos millones de toneladas de guano a cambio de una paga mensual de 700 mil soles.

Este pago le permitió al Perú realizar distintos gastos: Supresión de las contribuciones de los indios y manumisión de los esclavos (7%), Pago de deuda externa (8%), Pago de deuda interna (11%), Construcción de ferrocarriles (20%), Gastos militares (24.5%) y Gastos de burocracia civil (29%).

Al final de toda la prosperidad falaz del guano, fue una oportunidad perdida, que después de la dilapidación de esta riqueza, el país se sumió nuevamente en la pobreza, por el mal manejo de la comercialización del guano, por el mal uso de las ganancias de la explotación del guano, y por la alta corrupción que había en el Estado y sigue habiendo.

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