ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

LOS BATALLONES ROJOS


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2013  •  1.417 Palabras (6 Páginas)  •  483 Visitas

Página 1 de 6

Los "rojos" de la Casa del Obrero Mundial

Por Elsa V. Aguilar Casas

INEHRM

I. El pacto

“Los obreros que tomen las armas en el Ejército Constitucionalista y las obreras que presten servicios de atención o curación de heridos, u otros semejantes, llevarán una sola denominación, ya sea que estén organizados en compañías, batallones, regimientos, brigadas o divisiones. Todos tendrán la denominación de ‘rojos’”. Así quedó estipulado en el Pacto firmado entre la Casa del Obrero Mundial y la revolución constitucionalista, que se les llamaría “rojos” a los obreros que participaran en la lucha contra los convencionistas; así se crearon los “batallones rojos”, que adquirieron fama particularmente en las Batallas de Celaya.

¿Qué significaba este pacto? Simple, con la firma de ese documento se establecía una alianza que comprometía a la Casa a aportar voluntarios a la causa constitucionalista, y los carrancistas, por su parte, hacían la promesa de convertir en leyes las demandas de los obreros organizados. Eso fue lo que quedó escrito el 17 de febrero de 1915. En la práctica, lo que sucedió a partir de ese momento fue que los miembros de la Casa estuvieron autorizados para portar armas y comenzaron entrenamientos militares para estar listos a responder al llamado de la guerra.

II. El antes

Para entender por qué la revolución se encontraba en tal situación en esos días de 1915, tendríamos que echar un vistazo a los acontecimientos previos que llevaron al rompimiento de las fuerzas. En agosto de 1914, el Ejército constitucionalista consiguió el objetivo que se había propuesto desde que se formó, es decir, derrocar al gobierno espurio que se instaló en Palacio Nacional. El fin de ese periodo en el que México fue gobernado por el general Victoriano Huerta, quien asumió el poder por la vía de la mentira, la traición y el asesinato, representaba la victoria de los constitucionalistas y el fin de la revolución, pues al acabar con el huertismo se volvía al camino de respeto a la Constitución. Pero la realidad fue otra. Sí, terminaba la lucha contra los traidores, pero a partir de entonces comenzaba una nueva etapa de la revolución, en la que los antiguos compañeros de lucha se verían enfrentados unos a otros.

En ese verano de 1914 ocurrió, pues, la escisión entre los grupos revolucionarios, provocada por las diferencias personales de los generales Francisco Villa y Emiliano Zapata con quien era el líder de la revolución constitucionalista, Venustiano Carranza. A partir de entonces, la lucha se daría entre convencionistas y constitucionalistas.

Todos los intentos por resolver los problemas de forma civilizada entre las distintas facciones se quedaron tan sólo en buenos deseos, pues la situación se volvió insostenible y, al paso de los meses, devino en una lucha encarnizada entre los ejércitos revolucionarios.

A mediados de noviembre, la División del Norte —para entonces todavía el ejército más importante de la revolución— avanzó de forma arrolladora sobre las posiciones del general Pablo González en los límites de Guanajuato con Aguascalientes, poniendo a temblar a los cerca de veinte mil hombres del Ejército del Noreste que González tenía posicionados en los estados de Guanajuato, Querétaro e Hidalgo. Muchos murieron, otros miles salieron huyendo de aquellas zonas.

Ese triunfo resultaba esperanzador para los convencionistas. Parecía avisar que la lucha terminaría pronto, máxime que, mientras ocurría el enfrentamiento armado, don Venustiano y las fuerzas del general Álvaro Obregón habían ido a refugiarse a Veracruz. Es decir, parecía que los llamados convencionistas tenían todas las ventajas para triunfar de forma rápida sobre sus enemigos.

Luego, en los primeros días de diciembre sucedieron otros acontecimientos que abonaron en la idea de que los convencionistas llevaban ventaja sobre sus enemigos: el encuentro de Villa y Zapata en Xochimilco, acompañado de la firma de un pacto que hacía oficial la alianza entre ambos jefes para diseñar el plan de ataque contra la gente de Carranza; un desfile por la Ciudad de México y el arribo a Palacio Nacional, de lo cual quedó, entre otras cosas, aquella famosa fotografía de los dos líderes campesinos en uno de los salones del Palacio.

Si bien esas escenas parecían

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (8.9 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com