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La Administración A Través De La Historia


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2012  •  3.814 Palabras (16 Páginas)  •  720 Visitas

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Hacia una Caracterización de la Crisis y las Tareas de la Orientación Educativa en el Nuevo Siglo

Jesús Hernández Garibay *

Resumen: El siguiente ensayo tiene como propósito acotar algunos de los temas que contextualizan en el inicio del nuevo siglo al campo de la Orientación Educativa, así como la manera en que inciden sobre esta disciplina. Al respecto, destaca los cimientos educativos sobre los que se ha desenvuelto dicho campo, así como los cambios que éste ha sufrido durante los últimos lustros. Subraya la creciente problemática educativa nacional, el actual deterioro de la educación superior y de manera particular los problemas que le plantea su nudo terminal: el mercado laboral, un tema que atraviesa núcleos sensibles de la Orientación Vocacional. Destaca la manera en que dicha problemática, junto con trascendentes cambios en las esferas cultural, social, de las relaciones familiares y la manera como los nuevos sujetos educativos perciben y toman conciencia del mundo, ponen en entredicho a la Orientación e inciden en la virtual crisis que vive ya desde hace años la disciplina; un panorama que le plantea ser un gris entorno que antes de nacer plenamente ya desaparece poco a poco. Finalmente, destaca algunos de los retos que, en esta tesitura, confronta hoy a los orientadores, tanto como las tareas que requerirían ser tomadas en cuenta para responder a ello en el nuevo siglo.

La Orientación Educativa, un área profesional distintiva y —aunque muchas veces incomprendida— apoyo al proceso de enseñanza-aprendizaje en la educación media y media-superior1, desde sus inicios ha prevalecido bajo la idea de que los jóvenes vinculen intereses y aptitudes con prospectivas que les permitan convertirse en dinamizadores del desarrollo nacional, a la vez que resuelvan su futuro personal. A lo largo de su desenvolvimiento ha estado marcada por las intenciones y deseos de las instituciones educativas, y las circunstancias económicas, sociales y aun políticas2.

Permeada por influencias predominantes en distintos momentos, ha transitado del gabinete del consejero vocacional al salón de clases en la etapa masificada de la educación, de las pruebas psicotécnicas como mágica ciencia instrumental a la problemática real del adolescente de nuestro tiempo, de las aptitudes como supuestos impulsos internos al panorama realista y crudo del mercado laboral, y se ha enfrentado a un mundo cambiante en el que trata cada vez de reinsertarse. La acción de los orientadores ha pasado de apoyo en la solución de proyectos individuales, a facilitador de un proceso más consciente en la toma de decisiones.

En los últimos cuarenta años la Orientación ha participado del desarrollo educativo nacional; con el tiempo su imagen ha querido mejorar y el apoyo institucional al servicio que proporciona en ocasiones ha sido mayor, mientras en otras menor. Hasta los setenta la concepción que prevaleció en la misma fue la de cumplir un papel de consejería vocacional bajo la idea de que el éxito profesional era posible con base en el simple conocimiento de las características individuales de cada uno (Muñoz, 1988). La realidad luego confrontó dicha intención, por lo que tanto el educador en general como el orientador en particular se enfrentaron a la necesidad de respuestas menos subjetivas para el educando, en un medio complejo y cambiante mundo (Hernández, Magaña et al., 1993).

Los años sesenta advertían una problemática institucional en la educación superior que con el paso del tiempo se agrava y hace más evidente. En esa década inician un crecimiento educativo sin precedente, que se torna incontrolable con la creación de nuevas instituciones y el incremento de la matrícula (la de 1989 será 14 veces superior que la de 1960); pero a la vez, a ese extraordinario aumento lo acompaña un alto índice de deserciones estudiantiles (50 por ciento), en un contexto donde contenidos y métodos de enseñanza se tornan caducos, y los egresados ocupan ya empleos subvalorados profesionalmente. Al paso del tiempo se denota una escasa vinculación de la escuela con el sector productivo y la creciente dependencia al financiamiento público. Aparecen problemas administrativos por un deficiente manejo de los recursos, junto con un bajo perfil de profesores y estudiantes, en parte por atrasados planes de estudios y obsoletas técnicas de enseñanza, limitada investigación y desarticulación de la docencia en el entorno de esa masificación (CIDE, 1991).

En este contexto tanto los objetivos como el funcionamiento de la Orientación cambian, y son expresados en distintas teorías3. Todos estos aportes con sus respectivas formas y discursos mantienen una estrecha relación con el momento histórico en el que surgen y las exigencias que la educación le plantea entonces a la Orientación. Al final, independientemente del enfoque, un proyecto más acabado de la ahora llamada Orientación Educativa quiere tomar en cuenta de manera más integral las condiciones sociales y económicas imperantes, tanto como las necesidades escolares y de desarrollo personal que demandan los estudiantes, aunque en medio de una todavía imprecisa crisis.

El Cambio de los Tiempos y la Problemática Educativa

El México de nuestros días está enmarcado en un mundo en constante innovación que impacta las formas de vida y las relaciones sociales todas, las maneras en que se intercambia el conocimiento y cómo se resuelve la formación de las nuevas generaciones. La educación se entreteje con una compleja realidad en la que coexisten circunstancias, oportunidades y posibilidades, con viejos y nuevos problemas que se interponen a las pretensiones, lo que plantea grandes retos a la Orientación. Una educación superior de excelencia se demanda a los gobiernos frente al alto índice de las deserciones estudiantiles, del bajo nivel académico, del escaso personal profesionalizado y la insuficiente vinculación del sector escolar con el productivo que desde inicios de los noventa diagnostican distintos esfuerzos multinacionales (de Allende, Díaz y Gallardo, 1998). Tales deficiencias se acentúan por la ausencia en nuestro país de un verdadero sistema nacional de educación superior, y porque en la educación privada las instituciones particulares se preocupan más habitualmente por minimizar los costos y elevar su demanda, que por la calidad de su enseñanza.

Pero las dificultades son mayores. El mayor inconveniente de la educación superior no está en las instituciones, sino en su nudo terminal: el mercado laboral. La vieja idea según la cual la educación es puerta de entrada hacia un futuro más radiante continúa presente. La teoría del capital humano afirma que la educación dota al individuo de habilidades para

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