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La Eduacion En Mexico

tlakuachita25 de Marzo de 2015

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OEI - Sistemas Educativos Nacionales - México 1

Indice Capítulo 2

2. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO

MEXICANO. ............................................................... 2

2.1 LA EDUCACIÓN EN MÉXICO HASTA 1950. ...................................................... 2

2.1.1 La educación prehispánica........................................................................................ 2

2.1.2 La educación durante la Colonia. .............................................................................. 2

2.1.3 La educación en el periodo postindependiente. ......................................................3

2.1.4 La educación en el porfiriato. .................................................................................... 4

2.1.5 De la revolución mexicana al periodo de conciliación y consolidación (1910-

1958)................................................................................................................................. 5

2.2 LA EDUCACIÓN EN MÉXICO. 1950-1990. ......................................................... 8

2.2.1 La expansión del sistema educativo. ....................................................................... 8

2.2.2 La política educativa del gobierno federal, 1952-1993. .........................................13

OEI - Sistemas Educativos Nacionales - México 2

2. EVOLUCIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO

MEXICANO.

2.1 LA EDUCACIÓN EN MÉXICO HASTA 1950.

2.1.1 La educación prehispánica

La educación en la familia, el trabajo, la religión y la guerra, de acuerdo con algunas evidencias,

tuvo características comunes en las culturas mesoamericanas1. Tal es el caso de los templos-escuelas,

instituciones encargadas de transmitir a los niños y jóvenes, bajo una rígida disciplina, conocimientos

religiosos y militares.

En el Valle de México, a partir del predominio mexica, los gobernantes dispusieron que cada calpulli2

tuviera templos-escuelas, denominados calmécac para los hijos de la nobleza y telpochcalli3 para los

plebeyos. Ahí se preparaban los varones para la guerra. Los jóvenes trabajaban en el servicio

eclesiástico para el dios tutelar, participaban en trabajos colectivos y, como cada calpulli tenía alguna

especialidad profesional, posiblemente aprendían oficios. Según su desempeño, los jóvenes podían

ascender en la jerarquía social del estrato al que pertencieran, noble o plebeyo. Los nobles que

permanecían indefinidamente en ellos adoptaban funciones sacerdotales (López, 1985: 26-28; Escalante,

1985: 17).

Los hijos pequeños de los nobles eran cuidados y vigilados en su conducta por servidores, mientras

que los niños del pueblo aprendían y heredaban el oficio de sus padres y les ayudaban en las actividades

cotidianas. Las niñas aprendían las tareas de la madre, generalmente relacionadas con el trabajo del

hogar o el comercio (Escalante, 1985: 16).

2.1.2 La educación durante la Colonia.

En la Colonia se distinguen diversos tipos de enseñanza: la evangelizadora, el adiestramiento en

artes y oficios, la femenina, la formación de religiosos y la universitaria. Las actividades educativas fueron

asumidas por diversas órdenes religiosas. A partir de la segunda mitad del siglo XVI, los jesuitas llegarían

a ejercer una gran influencia intelectual en la sociedad novohispana.

En la Nueva España, la educación escolar fue una empresa de poca magnitud pero de gran

importancia para la consolidación ideológica y religiosa del dominio español. La Conquista, en este

sentido, no fue sólo producto de la supremacía técnica y militar sino también un proceso de implantación,

sustitución, eliminación y/o combinación de ciertas concepciones y categorías mentales y de nuevos

esquemas y formas de vida. No obstante, la inicial preocupación por la evangelización y la formación

intelectual de los indios fue desplazada por la atención casi exclusiva hacia los criollos. La educación para

los indígenas fue perdiendo importancia y se les excluyó de los niveles educativos superiores (Gonzalbo,

1985b: 9).

Durante las primeras décadas de la Conquista, los franciscanos ofrecieron educación en internados

conventuales a los hijos de señores y principales mexicas, con el doble objetivo de enseñarles la lectura

y la escritura del español y evangelizar a los indígenas. Esos jóvenes mexicas participaron eficazmente

en la labor catequizadora. Los internados adoptaron elementos de los templos-escuelas que guardaban

semejanzas con la educación conventual, como el rigor de la vida de los internos, la retórica ceremonial

y la formación moral (Kazuhiro, 1992: 1-28; López, 1985: 26).

A fines del siglo XVI ya existía una peculiar forma de educación religiosa, destinada a los vasallos:

la educación en el atrio de las iglesias, en donde se congregaba a los conversos para enseñarles la

doctrina cristiana.

Impulsados por Don Vasco de Quiroga en el siglo XVI, los hospitales-pueblo, de corta duración y

situados en sólo dos poblaciones, se distinguieron de los internados conventuales por reunir hombres,

mujeres y niños sin privilegios especiales. Recibían las primeras letras, se les instruía en la doctrina y

trabajaban en beneficio de la comunidad (Gonzalbo, 1985b: 15-16).

El fracaso de la enseñanza del catecismo por mímica o a través de intérpretes, llevó a los religiosos

a estudiar lenguas indígenas y adoctrinar a la población en sus lenguas, iniciativa que tiempo después

volvería a ser retomada por maestros y misioneros que nuevamente intentaron atraer a los indios

(Gonzalbo, 1985b: 17).

OEI - Sistemas Educativos Nacionales - México 3

Las medidas para la educación inicial adoptadas por el estado español poco se cumplieron y no

fueron determinantes. Tal fue el caso de las disposiciones de Fernando el Católico y de Carlos I que

obligaban a los beneficiados por la encomienda a educar a los indios encomendados. Algo semejante

ocurrió con las Ordenanzas de los Maestros en el Nobilísimo Arte de Enseñar a Leer, Escribir y Contar,

que no fueron observadas por los instructores. (Bolaños, 1981: 13-14).

Las instituciones de educación femenina fueron escasas y crecieron poco durante la Colonia. La

mayoría de las niñas y jóvenes no tenía otra escuela que la catequesis dominical en parroquias y

conventos y las enseñanzas de su madre y de mujeres mayores del hogar. Pocas niñas asistían a las

escuelas que daban instrucción cristiana, lectura y, a veces, escritura y aritmética elemental. Algunos

colegios internaban a niñas huérfanas o necesitadas y los conventos recibían jóvenes de cualquier grupo

étnico. Los conventos ofrecían una educación más completa, en especial a las que más tarde profesarían

en ellos. Los internados aristocráticos exigían que las alumnas fuesen españolas o descendientes de

españoles. (Gonzalbo, 1985b: 15-16).

En los primeros años del virreinato, se establecieron instituciones como el Colegio de San José de

Belén de los Naturales, el de Nuestra Señora de la Caridad, el de Estudios Mayores del pueblo de Tiripitío,

el de Santa Cruz de Tlatelolco y la Real y Pontificia Universidad de la Nueva España (Bolaños, 1981: 13).

Dedicado a la enseñanza de indígenas, el Colegio de la Santa Cruz de Tlatelolco, también conocido como

el Primer Colegio de América, fue la primera institución de educación superior, pero tuvo una corta

duración. Los jesuitas, al momento de su expulsión en 1767, tenían 24 colegios, 10 seminarios o

internados y 19 escuelas. Fundada en 1551 y regida por los estatutos de la Universidad de Salamanca,

la Real y Pontificia Universidad de la Nueva España, recibió esa denominación pues, como las demás

universidades hispánicas, se creó por concesión del Monarca y del Papa (Rangel, 1983: 11-12.).

En el último tercio del siglo XVIII, influido por las ideas de la Ilustración, el gobierno Real fundó los

colegios superiores de Cirugía, Grabado, Nobles Artes de San Carlos, Real Estudio Botánico y Real

Seminario de Minería. A fines del siglo la Corona creó la Real y Literaria Universidad de Guadalajara

(Rangel, 1983: 11-12; Tanck, 1985: 16-17).

Las ideas de la Ilustración que circularon en medios académicos e intelectuales no influyeron en

la educación básica. Se sabe, sin embargo, que el ayuntamiento de México ordenó que los frailes y

párrocos establecieran escuelas gratuitas de primeras letras a niños y que se fundaran las dos primeras

escuelas municipales, una para niños y otra para niñas (Tanck, 1985: 19)

A principios del siglo XIX los liberales españoles que luchaban contra el absolutismo borbón y los

insurgentes mexicanos aceptaban la necesidad de atender la educación. Los ordenamientos en la

materia estipulados en la Constitución de Cádiz de 1812 sólo parcialmente fueron aplicados por los

virreyes Venegas y Calleja, entre otras razones, porque coincidían con los anhelos libertarios de los

independentistas. En la Constitución de Apatzingán de 1814, que nunca entró en vigor, los insurgentes

establecieron que la instrucción era necesaria para

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