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La niña de las escaleras


Enviado por   •  13 de Octubre de 2013  •  Tutoriales  •  5.259 Palabras (22 Páginas)  •  240 Visitas

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La niña de las escaleras

María era una madre que vivía sola con sus 3 hijas, dos hombres y una niña, ella era la más grande. Un día María conoció a un hombre y se enamoró de él, pronto todos se mudaron a una misma casa para vivir juntos como familia, pero aquel hombre le tenía odio a los hijos de María por no ser de él. Repetidamente los golpeaba y los castigaba, pero un día se atrevió a empujar a la niña por las escaleras, rodo y cayó muerta. La madre por querer salvar a la persona que aun amaba decidió huir con él, llevándose a sus hijos. Poco tiempo después esa misma casa fue vendida, los duelos no duraron mucho tiempo ya que decían haber visto a una niña parada en las escaleras.

Un día, cuando otra familia se mudó, comenzó a presenciar cosas fuera de lo común, algunas veces cuando alguien caminaba por los pasillos sentían como si alguien los observara, otras veces incluso se escuchaba que alguien hablaba detrás de ellos, por esta razón nadie ha podido habitar esa casa por mucho tiempo, porque dicen que el alma de aquella niña sigue en su casa.

El fantasma del ascensor

Sally había recibido un ultimátum de su profesor, o entregaba esa misma noche el trabajo que llevaba días posponiendo o suspendería su asignatura. El ritmo de estudio que había en la Universidad de Adelaida (al sur de Australia) era realmente muy duro pero ese no era el motivo por el que Sally había descuidado sus obligaciones. La verdad es que si el ritmo de trabajo era duro el de las fiestas era frenético, y a pesar de que Sally era una buena estudiante se estaba dejando guiar excesivamente por un grupo de “amigas” que la llevaban de borrachera en borrachera.

Su profesor tenía en especial estima a Sally pues había demostrado sus grandes dotes e inteligencia en el primer ciclo del curso, por este motivo decidió darle una segunda oportunidad para entregar, o mejor dicho repetir completamente, su trabajo de fin de curso. Sally estaba desbordada con esta tarea y llevaba prácticamente dos días sin dormir. Se mantenía despierta a base de café, y tanta cafeína la mantenía medio paranoica y muy susceptible.

Eran las tres de la madrugada y tras hacer el último repaso a un trabajo del que estaba realmente orgullosa salió corriendo por el campus para entregarlo antes de irse a tomar un merecido descanso. Estaba un poco lejos del colegio mayor donde residía, en el edificio Napier. Una construcción de forma rectangular que por alguna extraña razón le provocaba escalofríos al recorrer sus pasillos. El hecho es que Sally era bastante asustadiza y la “sobredosis” de cafeína que llevaba en el cuerpo no le ayudaba a mantener la calma mientras recorría de madrugada el largo corredor de la sexta planta que llevaba al despacho del profesor.

Al llegar a su destino introdujo por debajo de la puerta del despacho su trabajo, con la esperanza de que su profesor lo encontrara a la mañana siguiente y le cambiara su calificación, permitiéndola avanzar a un nuevo curso. El camino de regreso al ascensor la mantenía medio paranoica, estaba muerta de miedo mientras caminaba por unos pasillos en los que no había ni un alma. Cuando de repente…

Justo cuando estaba a pocos metros del ascensor apareció la figura de un hombre que salió de una de las puertas del pasillo de enfrente. El hombre con la cara totalmente desencajada avanzaba con un brazo sobre su pecho y otro extendido hacia ella, sus ojos abiertos como platos y una mueca atroz provocaron en Sally tanto miedo que ésta corrió hacia el ascensor y empezó a aporrear los botones como si con este gesto pudiera acelerar la llegada del elevador. Cuando parecía que el hombre la iba a alcanzar y Sally estaba a punto de salir corriendo en dirección contraria (un camino que bien sabía no la llevaría a ningún lado pues no tenía salida) sonó el timbre del ascensor.

De un salto se introdujo en su interior y marcó la planta baja mientras aporreaba el botón que cerraba las puertas, como si de una película de acción se tratase el ascensor se cerró medio segundo antes de que el hombre pudiera sujetar sus puertas y Sally escuchó como golpeaba débilmente el metal que se había cerrado frente a él.

Sally no había corrido tanto en su vida, a gran velocidad cruzó el campus y cerró con llave la puerta de su cuarto. A pesar de su estado de nerviosismo, el cansancio causado por la inesperada carrera y el hecho de que llevara dos días sin dormir provocaron que se derrumbara en la cama y cayera profundamente dormida.

Al día siguiente Sally despertó de mejor humor, recordaba el suceso de la noche anterior pero no le quiso dar mayor importancia. Miró la hora y tras ducharse se dispuso a regresar nuevamente al despacho de su profesor para tratar con él la posibilidad de aprobar la asignatura, estaba casi segura de que cuando viera su excelente trabajo no dudaría en subirle la nota.

Mientras avanzaba por el campus pudo observar un tumulto de gente que se agolpaba junto al edificio Napier, en el que había sufrido el incidente la noche anterior. Al llegar a la zona vio un par de coches patrulla de la policía, una furgoneta y una ambulancia que parecía empezar a abandonar el lugar.

Uno de los amigos de Sally le explicó lo sucedido:

- Parece que esta noche ha muerto el conserje del edificio, el hombre ha sufrido un ataque al corazón y como no había nadie para ayudarle ha muerto mientras trataba de subir al ascensor. Una señora de la limpieza casi se muere del susto cuando al abrir las puertas de la sexta planta su cadáver se ha desplomado a sus pies. Parece que intentó subirse pero este nunca llegó a tiempo y murió apoyado en sus puertas.

Sally se quedó muda, inmediatamente comprendió que aquel hombre que la había asustado la nocheanterior no hacía más que pedirle ayuda. Con su último aliento trataba de llegar a ella para que le ayudara, pero ella en su ataque de pánico le había cerrado las puertas en sus narices acabando de esta forma con su única posibilidad de sobrevivir. Estaba asustada y pensativa cuando sintió una mano sobre su hombro.

- Buenos días Sally – dijo su profesor – Espero que no vengas a entregarme el trabajo a estas horas, te dejé bien claro que anoche se cerraba el plazo.

- Buenos días, disculpe que no le hubiera visto, anoche introduje bajo su puerta el trabajo y precisamente venía ahora pare preguntarle que le había parecido.

- ¿Por la noche? ¿Y no viste nada raro? Al parecer han encontrado al conserje muerto en la misma planta en la que está mi despacho.

- La verdad es que cuando yo fui todo estaba vacío y no vi

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