La paz en el país de las guerras. “El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar.”

La paz en el país de las guerras.

“El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar.”

220 mil muertos, 25 mil desaparecidos, 5 millones 700 mil desplazados, 27 mil secuestrados, más de 6 mil niños reclutados, 10 mil víctimas de minas antipersonal, 1892 masacres, 95 atentados con bombas; más que cifras son hechos que dan precio al valioso arte de la guerra colombiana. Un mano a mano se da en Colombia después de 50 años de violencia, arrebato, atropello a los derechos y demás situaciones vergonzosas e inhumanas a las cuales se daban vida con el objetivo único de imponerse frente al otro tal cual como lo haría un león frente a su competencia.

La violencia en Colombia tiene sus orígenes en la época de independencia, años en los que se da un conflicto debido a la discusión por parte de los centralistas y federalistas, desembocando en la famosa patria boba, caracterizada por una guerra civil en donde sus actores buscaban imponer un poder ya sea regional como lo planteaban los federalistas o de tipo localizado como lo hacían los centralistas. De ahí surge la inestabilidad política de la época y la visión sobre la guerra como medio para lograr la imposición de una “ideología” o más bien, del poder. En estos eventos bélicos se ve un factor común: el hecho de que no se va a la guerra por un sentimiento patriótico o nacionalista, por el contrario, se dan estas luchas por el sentido de pertenencia, de sincera y eterna entrega ya sea a un movimiento o partido político, como los federalistas y centralistas o en 1830 con los santanderinos y bolivianos, o más adelante con los liberales y conservadores , en cada caso con el fin de buscar el bien común hacia los que pensaban igual a ellos. Más de 9 guerras son las que se desatan en el siglo XIX por la búsqueda del poder, la más importante de todas ellas fue La guerra de los mil días, se da en un periodo posterior a la creación y difusión de la constitución de 1886, sin embargo no es solo la guerra de los mil días una consecuencia de esta excluyente constitución, a partir de ella se origina el conflicto del siglo XX, debido a la total exclusión que se le dio a los partidos, siendo el liberal el que mayor expresión violenta tuvo respecto a sus inconformidades.

La violencia en Colombia tiene su punto culmen a mediados del siglo XX, se da su estallido con la muerte de Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril provocando el Bogotazo el cual en un primer momento se da en Bogotá y desencadena una serie de movimientos revolucionarios en Colombia provocando uno de los más crueles periodos de la historia colombiana. La salida a la violencia que se daba entre los partidos políticos tradicionales para entonces es el frente nacional, efectivamente se soluciona la problemática bipartidista, sin embargo en este nuevo momento del manejo político colombiano se da una exclusión total a cualquier forma de expresión política que no fuera liberal o conservador, es decir, los extremos, generando la formación de guerrillas que en un principio buscaban el correcto cumplimiento de los derechos, adicionalmente luchaban por las distintas problemáticas del país, como lo era la pobreza, las pocas oportunidades de desarrollo que se le daban a los campesinos y demás; sin embargo esto cambia cuando empieza el desesperado sentimiento por recaudar dinero, las guerrillas empiezan a mover fichas en el mundo del narcotráfico, paramilitarismo y terrorismo, haciendo secuestros, exportación de drogas, maltrato a los mismo campesinos para que cosechen cocaína, recaudando “impuestos” por cosechas y demás acciones que vulneraron los supuestos derechos que tanto querían defender, derechos que se veían totalmente afectados con las tomas guerrilleras, las masacres, secuestros, minas antipersonal, los correos humano-bomba y entre otros.

Una vez acontecidos estos hechos, el estado al ver la magnitud de la violencia decide

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