La salitrera La Verdadera Vida en el Mundo de Las Salitreras.

La Verdadera Vida en el Mundo de Las Salitreras.

 Corro por la pradera, la simple y fresca pradera del campo, todo es tan tranquilo…pero de un momento a otro todo cambia, empiezo a escuchar un ruido insoportable, muy fuerte, despierto y me doy cuenta que toda esa paz y frescura no eran más que un sueño nostálgico de mis recuerdos de infancia, el ruido insoportable por su parte era la alarma que indica que mi jornada laboral inicia. Me presento mi nombre es Ricardo Araya y esta es mi vida en las salitreras.

Como dije antes la alarma me había despertado de mi hermoso sueño-oh que lindo seria estar nuevamente corriendo por esos campos en vez de tener que trabajar todo el día bajo el sol-,debo levantarme, ya que las horas de inicio del trabajo son muy estrictas pero las de termino no, de doce a catorce horas seguidas debo estar dentro de estas malditas salitreras o quizás bajo el sol transportando el salitre, algo que de verdad me tiene cansado, agotado hasta mi alma…no puedo más en este lugar, tan lejos de mi hogar, tan desértico el ambiente, trabajando en condiciones inhumanas. Yo no vine a esto, fui un tonto al caer en el juego de los ‘’enganchadores’’, me dijeron que sería una gran oportunidad de trabajo. Vine con la esperanza de poder conseguir dinero, de tener en un buen estado a mi familia y que no estuviera en condiciones precarias, de simplemente poder vivir, pero al llegar aquí me di cuenta del error que cometí, el dinero de mis ilusiones ni siquiera ha pasado por mis manos ya que el pago se hace en fichas para poder comprar productos en una pulpería, la cual no es más que una tienda de los mismos dueños de las salitreras. Vine pensando que desde el inicio sería un trabajo muy esforzado pero nunca me espere encontrarme con tales abusos como estos, trabajar muchas horas seguidas sin descanso, condiciones terribles para vivir, de verdad es increíble cómo podemos sobrevivir en tales condiciones, y claro los que no logran sobrevivir sus hijos deben pagar el precio, ya que estos abusos no solo nos involucran a los trabajadores sino que también a nuestras familias.

El sol empieza a salir de nuevo se supone que debo irme a trabajar, pero no lo hare ya que me llego el rumor que se hará una huelga en la Escuela Santa María de Iquique  y pienso acompañar a mis compañeros aunque el viaje sea largo, para que se terminen las precarias condiciones de trabajo y como abusan de nosotros. Espero que nos vaya bien y tomen en cuenta nuestras opiniones, adiós.

                                                                                                        Ricardo Araya

                                                                                                       Antofagasta, Chile 1907.

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