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Las luchas por la soberania y la disolución de la Gran Colombia


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2020  •  Ensayos  •  3.832 Palabras (16 Páginas)  •  106 Visitas

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Las luchas por la soberania y la disolución de la Gran Colombia

Francisca Naranjo

A.-  Propósito:

La Gran Colombia fue una república que nació después de la independencia de Nueva Granada, inspirada principalmente por Simón Bolívar y su sueño de unir a todos los territorios de la América Hispana en una sola nación. Su superficie comprendió los territorios actuales de Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá. Partió como una estrategia militar y política, inicialmente en defensa de las libertades conseguidas, para luego buscar el sostenimiento de su autonomía, buscando las posibilidades de desarrollo, especialmente económico (Blanco, 2007, p.72). Este cambio de objetivo, de hecho, va a ser una de las causantes de los conflictos que se darán posteriormente en la nación.

El Congreso reunido en Angostura, en 1819, marca el inicio de la Gran Colombia. En este se emitió la Ley Fundamental de la República, la cual establece que los territorios de la antigua Capitanía General de Venezuela y el Virreinato del Nuevo Reino de Granada quedaría desde ese día reunidos en una sola república bajo el nombre de “República de Colombia”, con la división de su territorio en tres departamentos; Venezuela, Quito y Cundinamarca, con capitales en Caracas, Quito y Bogotá respectivamente. En la Constitución de 1821, en Cúcuta, se definió la adopción de un sistema centralista de gobierno y de administración, la división administrativa de los poderes del estado en legislativo, ejecutivo y judicial, determinó además que el presidente debía ser Simón Bolívar y el vicepresidente, Francisco de Paula Santander, aunque fue Santander quien se encargó de las tareas ejecutivas, pues Bolívar siguió al mando de los ejércitos libertadores.

Después de instauradas estas Constituciones y hasta 1825, fueron variados los esfuerzos por dar forma y estabilidad al Estado recién creado, sin embargo, fue imposible para el gobierno poder dar respuesta a todos los conflictos por la  soberanía en su territorio, lo que se reflejará en la crisis política de 1826 con el levantamiento de distintos departamentos, que debido a la ausencia del Rey y la reformas borbónicas permitieron dar legitimidad a sus poder locales. En este ensayo se abordara los años claves del conflicto por la soberanía en la Gran Colombia, desde la crisis de 1826 a la convención de Ocaña 1828, para poder identificar y analizar el rol que jugaron en la disolución de la Gran Colombia.

B.- Análisis:

Soberanía popular vs soberanía nacional: la lucha de los municipios contra el poder legislativo                                            

La retroversión de la soberanía como solución al Vacatio regis permitió a las colonias americanas poner en práctica esta doctrina que devolvía la soberanía al pueblo en caso de la ausencia de una autoridad soberana, sin embargo, los conflictos se dieron cuando las discusiones se enfrascaron en quien específicamente recaia el poder. En la instalación del Congreso de Angostura, Bolívar aludió a los representante como definidores del pacto social; “¡Representantes del pueblo! Vosotros estáis llamados para consagrar o supri­mir cuanto os parezca digno de ser conservado, reformado o desechado en nuestro pacto social”. No obstante, la soberanía no volvió al pueblo, sino que existió una progresiva restricción en la soberanía popular reemplazado por las leyes (Palacios, 2009, p. 114). Bolívar y Santander mencionan que; "La soberanía del pueblo no es ilimitada, porque la justicia es su base y la utilidad perfecta le pone término” -Bolivar. "Rivalicemos en cumplir fielmente nuestros deberes, sometiendo nuestra voluntad a la constitución; hagamos lo que la ley nos prescriba, y el mundo entero verá con asombro que en Colombia hay un gobierno de leyes y no de hombres" -Santander (Bolivar y Santander, citados en Palacios, 2009). Por lo tanto, la existencia de un nuevo pacto político no significó que el poder volviera al pueblo, sino que este se vio limitado por las leyes, que ahora era la nueva fuente de legitimidad. Palacios hace un interesante análisis de este nueva forma de legitimidad que reemplazó el monismo eclesiástico-imperial referido a la relación entre Dios y el Rey al de Dios y la Patria. El derecho divino de los reyes fue reemplazado por la soberanía popular como fuente natural, la cual lo depositó en el poder constituyente y este a su vez quedó suspendido al proclamarse la constitución. En el imaginario social esta secuencia de soberanía sucede, en cierta forma, sin perder el vínculo con lo sagrado que sigue siendo la fuente de legitimación por excelencia. (Palacios, 2009, p.116).

Aún con los intentos por deslegitimar las proclamas locales, cuestionando a los representantes de los departamentos y los varios artículos de la Constitución de Cúcuta dedicados a la extinción de las asambleas municipales, el año 1826 fue clave para el pronunciamiento de los departamentos del sur y el norte, quienes van a reclamar cada vez más autonomía y en algunos casos con intenciones separatistas. En el caso de los departamentos del sur, Quito, Guayaquil y Cuenca, vieron el asambleísmo deliberante como fuente legítima de voluntad popular por sobre los parámetros electorales, contemplado en la Constitución de Cúcuta (Cabrera, 2019, p. 5).

José Manuel Restrepo quien era secretario del interior de la Gran Colombia, el 21 de agosto de 1826 instruye a los departamentos: “el gobierno firme en el cumplimiento de sus deberes espera que V. S. como su agente natural, no se permitirá jamás el menor desvío de los suyos, ni tolerará que se introduzcan en ese departamento novedades que arruinarán el crédito de la República y la sumirán en un caos de confusión y disensiones espantosas”. Aunque hay que tener en cuenta que estas “llamadas de atención” fueron lo que más repercutió en el gobierno la oposición del sur. Aún así, podemos rescatar la importancia de las asambleas que se identificaron como representantes ”legítimos” del pueblo, con las cuales la soberanía local prevaleció sobre la soberanía nacional. En estas asambleas se presentaban las iniciativas que buscaban reformar el Estado colombiano y generaron gran parte de las discusiones entre centralización-descentralización.

Por lo tanto, aún cuando los levantamientos del sur no se considero como una oposición feroz a la Gran Colombia, estos pronunciamientos a futuro significaran la paulatina galvanización política y territorial de los departamentos sureños (Cabrera, 2019, p. 20-21).

Hacer sentir a todos los habitantes de un Estado-nación parte de la misma comunidad, como lo soñaron los diputados de Angostura, requería de una élite capaz de convencerlos, a través de instituciones, que formaban parte de ella, o someterlos por medio de armas o formas de aculturación, en especial a los territorios que presentaban resistencia como lo fue el pueblo de Venezuela. Tomás Straka decía que esta resistencia se resumía en su espíritu liberalista separatista. Separatista por sus tendencias nacionalista o protonacionalista y liberal en contraste del gobierno de Bolívar, el cual además veían con temor debido a su inclinación hacia prácticas monárquicas-absolutistas (Staka, 2018, p.180-181).

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