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Las repúblicas libres afroamericanas


Enviado por   •  16 de Diciembre de 2014  •  Ensayos  •  2.905 Palabras (12 Páginas)  •  227 Visitas

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Las repúblicas libres afroamericanas

También se crearon en América del Sur algunas repúblicas de afroamericanos que lograron huir de la esclavitud a la que habían sido reducidos por los portugueses, como el Quilombo de los Palmares[14] o el Quilombo de Macaco o los simarrones en Colombia como el Palenque.

La Independencia

El control directo de Europa comenzó a decaer el 4 de julio de 1776 con la declaración de Independencia de los Estados Unidos ante la corona británica, aunque siempre hubo insurrecciones e inconformidad por parte de los nativos, dicho acontecimiento sería un aliciente más para la emancipación de las restantes colonias del continente.

El proceso de independencia en América Latina empezó a principios del siglo XIX, si bien a mediados del siglo XVIII comenzaron las primeras revoluciones "Comuneras" contra el poder español. Entre ellas destacan los Comuneros del Paraguay, 1735 y la Insurrección de los comuneros en el Virreinato de la Nueva Granada. El nombre de "comuneros" se debe al lema de José de Antequera y Castro: "La voluntad del común es superior a la del propio rey".[15] Si bien los comuneros fueron derrotados originalmente (por ejemplo los del Paraguay en la Batalla de Tavapy) poco a poco los diferentes países bajo dominio español obtuvieron su independencia.

América independiente

En 1868 la flota de España atacó las costas de Chile y Perú en razón de un conflicto colonial. También restableció brevemente su dominación en Santo Domingo, entre 1861 y 1865, y mantuvo control sobre Puerto Rico y Cuba hasta 1898. En 1888-1889 Brasil abolió la esclavitud y luego la monarquía para establecerse como república.

Los diferendos limítrofes provocaron guerras constantes entre las nuevas repúblicas de América a lo largo de las décadas posteriores. Las más destacadas fueron la Guerra del Pacífico (1879-1884, Chile contra Bolivia-Perú) y la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870, Argentina-Brasil-Uruguay contra Paraguay). Esta última terminó con una derrota total de Paraguay, que conllevó incluso un desastre demográfico: la población del país, aproximadamente 525.000 personas antes de la guerra, fue reducida a unos 221.000 en 1871, de los que solamente unos 28.000 eran hombres. La consolidación de las nuevas repúblicas no fue pacífica en cambio. No sólo las luchas limítrofes, sino guerras civiles sacudieron los cimientos de los nuevos estados. El expansionismo de países como Estados Unidos que cercenó el territorio de México; Brasil que impuso su soberanía en los territorios amazónicos aún a costa de correr las fronteras de sus vecinos, los conflictos territoriales entre Perú, Bolivia y Chile; la creación del Uruguay, la desintegración de la Gran Colombia que crearía tres nuevos estados: Colombia, Venezuela y Ecuador, son la prueba de una época convulsa causada por la desaparición de las colonias. Esta época de grandes cambios para el continente que trajo el siglo XIX entre independencia y consolidación terminaría todavía con la construcción del Canal de Panamá, un canal interoceánico que partió el continente en dos, a costa de cercenar el territorio colombiano y crear un nuevo estado, Panamá (1903), bajo la creciente influencia de una nueva potencia: Estados Unidos.

Hacia el norte rico y el sur pobre

El siglo XX se caracterizó por dos fenómenos contradictorios, por un lado Estados Unidos y Canadá establecieron libres democracias estables firmemente, mientras que el resto del continente sufrió en muchos de sus países diversos tipos de dictaduras y hombres temibles de todo tipo. Algunas fuentes explican que no es casual esta división, y que esta inestabilidad política es consecuencia de un proceso económico y político de injerencia estadounidense aliada a las clases dirigentes de cada país latinoamericano. A finales del siglo que la mayor parte del continente logró hacerse de gobernantes elegidos democráticamente, aunque no en todas las circunstancias se han establecido instituciones duraderas. El desarrollo económico de los Estados Unidos haría de ese país ya desde principios de siglo la meca de la inmigración, sobre todo desde Europa y Asia, junto a los países rioplatenses de Argentina y Uruguay.

Fin del siglo

Después del fin de la guerra fría con la caída del Muro de Berlín, el continente vio el avance del Neoliberalismo, un conjunto de propuestas político-económicas con énfasis en la libre circulación de capitales, la privatización de empresas públicas y el desmantelamiento del Estado Benefactor. Los padres de dichos procesos fueron el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Dichas políticas que obedecen a una más compleja red del mercado internacional, si bien puso fin a gobiernos de facto como las dictaduras latinoamericanas, generó por ejemplo la crisis financiera argentina a partir de 1998 que crearía una alarma económica continental

Otra característica del fin de siglo, especialmente en la década de los 80, sería el fortalecimiento financiero de las mafias de la droga que tuvieron como epicentro Colombia, México y Estados Unidos, especialmente. La mafia, ligada a la droga, adquirió un enorme poder económico que llegó incluso a ser un verdadero poder paralelo al Estado. Uno de los nombres claves de la época, que llegó a proporciones de mito, fue el de Pablo Escobar, que, aparte de su enriquecimiento ilícito, llegó a ser el hombre más rico del mundo, con la capacidad de poner en jaque la política colombiana y crear un conflicto internacional que involucró a otros países americanos en la llamada "guerra contra el narcotráfico".

Un nuevo milenio

El 2001 marcó el inicio de un nuevo milenio y un nuevo siglo. Si el siglo XX no fue el siglo de la paz y la prosperidad continental, la manera en la que irrumpió la nueva data cronológica no auguró mejores tiempos. El 11 de septiembre de 2001 tendrían lugar los ataques suicidas que implicaron el secuestro de cuatro aviones de pasajeros, que fueron empleados como bombas aéreas dejando al rededor de 3.000 muertes. Las Torres Gemelas del World Trade Center (WTC) fueron destruidas y el Pentágono resultó dañado. La historia se precipitaría para el mundo entero: el presidente George W. Bush iniciaría las invasiones de Afganistán e Irak y Oriente y Occidente se verían enfrentados en un conflicto que despertó viejas disputas, abrió la perspectiva a nuevas ambiciones y creó nuevas situaciones históricas.

Bolívar y Rodríguez en la Constitución de las nuevas Repúblicas

Las Repúblicas Americanas de Ayer y Hoy.

Hemos querido abordar en este trabajo el pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar y su destacado Maestro Simón Rodríguez, referente a los principios fundamentales bases para el surgimiento de las nuevas Repúblicas Americanas. Esta revisión está guiada principalmente por el rescate de aquellas ideas, que hoy en el debate de una nueva Constitución Nacional y el surgimiento de una nueva república, tengan aun vigencia.

Venezuela y toda la América Latina, después de más de tres siglos de colonización, requería un proyecto para el surgimiento de una nueva realidad económica, política y social. Sin embargo, después de la independencia a pesar de la alta significación de la ruptura colonial con respecto a España, a pesar de algunos cambios ocurridos en el plano jurídico, la realidad económica, política y social pocas transformaciones estructurales presenciaron: 1) La Propiedad Territorial: La economía sigue siendo predominantemente agrícola y pecuaria, pero antiguos y nuevos dueños seguían monopolizando la tierra. 2) La Mano de Obra: Aun muchos años después de la independencia siguió existiendo esclavitud en América Latina (En Venezuela fueron liberados en 1854; 33 años después de la Batalla de Carabobo), pero aun siendo liberados permanecieron diversos mecanismos de esclavitud disfrazada, puesto que los esclavos, ahora hombres libres pero sin tierra, tuvieron que ir a trabajar la tierra pero ahora sin la obligación de los dueños de garantizarle vivienda, salud, educación, a él y a su familia. Como sí lo era en la esclavitud, donde el esclavo a igual que un animal debía ser protegido por el dueño.

Pero así como muchos hombres de los que lucharon con armas y los que lucharon con las ideas contra la colonización, lo hicieron sólo pensando en sus intereses propios y traicionando a quienes les apoyaban, igualmente hubo hombres que a conciencia luchaban por la formación de Repúblicas Americanas estructuralmente diferentes. En este trabajo sólo nos referiremos a Don Simón Rodríguez y a su más importante alumno Simón Bolívar, pero en esta lucha, ayer y hoy no estuvieron solos y hoy tampoco lo están.

Bolívar y su preocupación por lo social:

¿Un Oligarca diferente?

Sobre los ideales de Bolívar se han hecho toda una fantasía, de quienes se lo imaginan desde niño alzando una espada y soñando con la libertad y la igualdad social. Esto contradice cualquier explicación lógica, no sólo por el hecho de pedirle a un niño que siendo parte de un legado familiar de esclavistas y grandes propietarios de la tierra tenga ideas igualitarias, sino que como bien se demuestra en los primeros escritos de Bolívar y más aún en los primeros años de la contienda (1810 – 1814), el proyecto bélico estaba para él aun centrado en la liberación de España y la lucha era fundamentalmente un problema entre blancos.

La derrota de la primera y segunda república (1812 y 1814 respectivamente) y la movilización social producida por el ejército realista encabezado por Boves – que por primera vez despertaba el interés por la guerra a la mayoría de la población, al ofrecer tierra y libertad con respecto al esclavista y propietario de la tierra, es decir, el blanco criollo- dieron pie a la preocupación por lo social por parte del libertador. Así se manifiesta en los decretos de 1816 y 1817, en los que ofrece tierra y libertad a los que acompañaron al ejército patriota. Pero más aun en las propuestas de igualdad y justicia social, educación que propusiera ante el Congreso de Angostura de 1819.

Propuestas para las Nuevas Repúblicas:

La Necesaria Originalidad.

Es sin duda en el discurso ante el Congreso de Angostura en 1819 donde Bolívar mejor expuso las bases que a su parecer debían sustentar la Nueva República, así lo señala a los constituyentistas de entonces "...Siendo nuestras funciones la creación de un cuerpo político y aún se podría decir la creación de una sociedad entera.

Al hacer su propuesta de Gobierno insiste en la necesidad de ser original, de reconocer nuestras diferencias y que por lo tanto no debíamos imitar: "pero sea lo que fuera, de este gobierno con respecto a la Nación Americana, debo decir, que ni remotamente ha entrado en mí idea, asimilar la situación y naturaleza de dos Estados tan distintos como el Inglés Americano y el Americano Español", ya que según su propia apreciación: "Nuestro pueblo no es el europeo, ni el americano del norte, que más bien es un conjunto de África y de América", "No olvidemos jamás que la existencia de un gobierno no consiste en su teoría, en su forma, ni en su mecanismo, sino en ser apropiado a la naturaleza y al carácter de la nación para quien se instituye".

Las Nuevas Repúblicas:

Entre el Deseo y la Realidad.

Desde 1812, en el manifiesto de Cartagena, Bolívar se había pronunciado en contra de las "Repúblicas, ilusorias o aéreas". Para Bolívar las democracias y el régimen federalista eran abundantes en bondades pero débiles para las nuevas naciones americanas:

"Que la historia nos sirva de guía en esta carrera, Atenas la primera nos da el ejemplo más brillante de una democracia absoluta y al instante, la misma Atenas, nos ofrece el ejemplo más melancólico de la extrema debilidad de esta especie de Gobierno (...) cuán difícil es dirigir por simple leyes a los hombres".

Bolívar define lo que para él es la mejor forma de gobierno "el sistema de gobierno más perfecto, es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política" y sobre el federalismo indicó: "cuánto más admiro la excelencia de la Constitución Federal de Venezuela (1811), tanto más me persuado de la imposibilidad de su aplicación a nuestro estado". Pero el Libertador es enfático en la necesidad de las elecciones como mecanismo de participación y cambio político, tanto así que en la propuesta de Constitución para Bolivia en 1826, propuso un poder adicional al legislativo, judicial y ejecutivo: el poder electoral: "las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo ciudadano el poder.

El pueblo se acostumbra a obedecer y él se acostumbra a mandarlos..." (p.67). Sin embargo, en el propio Discurso de Angostura y consiente que la democracia absoluta era peligrosa en las naciones incultas, recomienda la Senaduría Hereditaria constituida por hombres obligados a formarse académicamente en la administración pública, puesto que para el "Todo no se debe dejar al acato y a la aventura de las elecciones: "el pueblo se engaña más fácilmente que la naturaleza perfeccionada por el arte..."

La Formación del Ciudadano Americano:

Educación, Moral e Igualdad.

Para el Libertador, a igual que su sabio Maestro Rodríguez, la formación de ciudadanos debía ser tarea fundamental de las nuevas Repúblicas, para ello era necesario una educación popular y la implantación de un poder moral, lamentablemente sobre este último poco desarrollo hizo en sus planteamientos.: "La educación popular debe ser el candidato primogénito del amor paternal del Congreso. Moral y luces son los polos de una república, Moral y Luces son nuestras primeras necesidades".

Pero para Bolívar no era suficiente la garantía de la educación, para lograr ciudadanos era necesario tener hombres libres y por ello ruega a los constituyentistas abolir definitivamente la esclavitud y compensar con tierras a los que lucharon por la libertad: "yo abandono a vuestra soberana decisión la reforma a la renovación de todos mis estatutos y decretos, pero yo imploro la confirmación de la libertad absoluta de los esclavos, como imploraría mi vida, y la vida de la República" (p.95). Sobre el reparto de tierras señala: "Que el Congreso ordene la distribución de los bienes nacionales, conforme a la ley que a nombre de la República fue decretado a beneficio de los militares venezolanos".

Como bien sabemos la mayoría de estas propuestas no se cumplieron, la esclavitud fue abolida en 1854, la educación gratuita fue decretada en 1877, la propiedad territorial fue repartida entre los generales patriotas, la participación política fue negada a las mayorías. Bolívar desde 1821 se avoca a su proyecto integracionista (para garantizar la permanencia de las republicas) luego es mil veces traicionado, haciéndose imposible la concreción de sus sueños.

Simón Rodríguez: La Educación Popular.

A igual que Bolívar, Simón Rodríguez estuvo consciente que la Revolución Política de la independencia era insuficiente para levantar las nuevas Repúblicas, para ello insistió en la necesaria revolución económica que le diera las bases materiales y la revolución educativa que sirviera de base cultural y moral. Así lo expresa en su defensa a Bolívar en 1830, "La América Española pedía dos revoluciones a un tiempo, la política y la económica"(p.16). Rodríguez a igual que su discípulo, creía que América era el escenario ideal para el régimen republicano pero había que asegurar previamente la educación popular:

"yo deje a Europa – le dijo al General Francisco de Paula Otero, desde Lima, 1832- por venir a encontrarme con Bolívar, no para que me protegiese, sino para que hiciera valer mis ideas a favor de la causa. Estas ideas, eran (y serán siempre) emprender una educación popular; para dar ser a la República imaginaria que rueda en los libros y en los Congresos" (p.16-17).

Para Rodríguez no debía confundirse Educación Popular con beneficencia, con lo que algunos gobernantes pretendían estar a bien con Dios, "... Por popular entiéndase General, la educación de todos los dueños del país", como llamaría el Maestro al pueblo.

La Originalidad de América

Pero como sí los ideales ya señalados de ambos hombres no fueran suficientes para su trascendencia histórica y su plena vigencia en la actualidad, debemos insistir en los planteamientos de ambos de que América era distinta y que por lo tanto su proyecto debía ser original. En este asunto fue persistente el pensamiento del sabio y maestro: "La América no debe imitar servilmente sino ser original". Criticó fuertemente a los legisladores que envilecidos pretenden trasladar automáticamente modelos societales extraños a nuestras culturas: "Nada quieren las nuevas Repúblicas, admitir que no traiga el pase de Oriente o del Norte – imiten la originalidad ya que tratan de imitar todo.

La Unidad Latino Americana.

Tanto Bolívar como Rodríguez, tenían conciencia que las Nuevas Repúblicas estaban amenazadas por su debilidad (territorial y económica) a ser presa fácil de agresiones no solo de la vieja España sino de las nuevas potencias: Inglaterra y los EEUU. Desde 1815 Bolívar en el Manifiesto de Cartagena clama por la unidad de la América Meridional o América la Nuestra, como la llamó, y desde 1819- con la Campaña hacia el Sur del Continente, la constitución de Colombia, los preparativos del Congreso de Panamá de 1826-este fue el centro de su proyecto.

"Yo deseo más que otro alguno, ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria".

"Es una idea grandiosa pretender formar de todo el Nuevo Mundo, una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, una costumbre y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes estados (...) ¡Qué bello sería que el istmo de Panamá, fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos!".

Pero así como ayer, el imperialismo, el falso panamericanismo (unidad continental) han desvirtuado la integración latinoamericana, así como los propios intereses de las oligarquías criollas afines a estos intereses transnacionales, hoy la amenaza es mayor, ante un proceso – globalizador – neoliberal que es una fase perfeccionada del imperialismo de ayer.La Independencia

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