Literatura
victoriagalindo6 de Junio de 2014
3.110 Palabras (13 Páginas)228 Visitas
HISTORIA DE LA LITERATURA LATINOAMERICANA.
EPOCA PRECOLOMBINA
Cuando los españoles llegaron a América encontraron territorios habitados por grupos humanos que tenían diferencias culturales y organizaciones sociales complejas. Específicamente, se puede hablar de las culturas de Centroamérica y la región andina de América del sur: Azteca, Maya e Inca. En el sur del continente se encontraban otros grupos en un menor grado de desarrollo que se dedicaban a la agricultura sedentaria o eran cazadores nómadas. Las grandes culturas fueron sometidas rápidamente por los españoles debido a las grandes rivalidades internas que existían y que los llevaba a traicionarse entre ellos, situación aprovechada por los españoles. Los grupos del sur del continente en cambio, resistieron mucho más y dieron una lucha aguerrida y sangrienta.
En lo que tiene que ver con el contexto cultural se puede afirmar que nuestros indígenas no manejaban alfabetos fonéticos propiamente, pero si habían desarrollado otras formas de comunicación que tenían un sistema de representación visual a partir de gliflos pictográficos, ideológicos y parcialmente fonéticos. Utilizaron la tradición oral como una forma de mantener la cultura, esta tradición era de una gran riqueza, algunas de estas manifestaciones fueron recopiladas por escrito por algunos españoles. Dicha literatura por lo tanto, estaba vinculada con mitos que hacían parte de las ceremonias rituales de los indígenas, presentados en un lenguaje elemental y cuyos temas eran: el origen del mundo, el amor, lo divino. Específicamente, se pueden encontrar todas estas características en el Popol Vuh, libro fundamental de los mayas escrito en lengua Quiche, su nombre significa “libro del concejo” y contiene las más antiguas cosmogonías, mitos e historias del pueblo Maya. Dichas historias fueron recopiladas entre 1554 y 1558 y dadas a conocer en el siglo XVIII. El manuscrito fue descubierto por el padre Francisco Jiménez quien lo tradujo al castellano. Otro importante aporte de la literatura indígena de la época es el Chilam Balam en él podemos encontrar crónicas, genealogías, profecías, cantares mitos y leyendas.
Fue copiado poco después de la conquista y conservado por los indígenas mayas de la provincia de Yucatán. Balam en lengua maya significa jaguar o brujo y Chilam significa sacerdote.
CONQUISTA Y COLONIA.
En el encuentro de dos culturas tan diferentes como la española y la indígena prevaleció un proyecto político de dominación, caracterizado por el saqueo y la violencia extrema que acabó con culturas enteras. El siglo XVI fue un siglo de contrastes y violencia; pero también hubo espacio para la autocrítica. Como se puede apreciar en las leyes de indias y los escritos de Fray Bartolomé de las casas. Se dio una mezcla de razas entre blancos, indígenas y negros con unos roles jerarquizados y diferenciados claramente. Los españoles controlaban el gobierno mientras que los criollos, quienes eran los hijos nacidos en América de los españoles, luchaban por obtener el poder, los indígenas fueron sometidos a diversas formas de trabajo que, junto con las guerras y las enfermedades traídas por los españoles los fueron disminuyendo considerablemente y propiciaron la traída de negros provenientes del África para desempeñar pesados trabajos. Toda esta situación dio origen a un mestizaje racial y cultural de tres continentes.
La vida cultural de la conquista y la colonia estuvo fuertemente influenciada por la iglesia católica, la educación era restringida a unos pocos criollos y esto generó un gran atraso pedagógico-educativo, los libros eran prácticamente inexistentes.
La literatura de este periodo se enriqueció gracias a que los conquistadores escribieron sus aventuras describiendo el nuevo mundo. Se puede afirmar que fue una literatura testimonial que habla de nuestros ancestros.
Se destacan escritores como: Cristóbal Colon con sus Diarios, Hernán Cortés, Cartas de relación de la conquista de México; Francisco López de Gomarra, Historia de las indias; Bernal Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de Nueva España; Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia general y natural de las Indias Fray Bartolomé de las casas Brevísima relación de la destrucción de las Indias,; Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Naufragios; Pedro Cieza de León, Crónica del Perú; Fray Bernandino de Sahagún, Historia general de las nuevas cosas de la Nueva España ;El Inca Garcilaso de la Vega, Diálogos de Amor; Alonso de Ercilla, La Araucana .
EL BARROCO
Fue un movimiento cultural que caracterizó toda una época marcada por la contrarreforma que se estaba dando en Europa, y la cual era una reacción contra el protestantismo. Dicha contrarreforma buscaba dar poderío al Papa, por medio del concilio de Trento la iglesia católica redactara los dogmas fundamentales de la fe católica. Esta contrarreforma se prolongará un siglo entero y tuvo un efecto negativo ya que no se dio el librepensamiento ni se permitieron actitudes desenvueltas. En cuanto al aspecto cultural hay una marcada influencia de las concepciones estéticas europeas, en sus dos manifestaciones el Conceptismo el cual consistía en una marcada preocupación por el contenido y el Culteranismo que daba gran importancia a la forma literaria. Las características más notorias de esta etapa de la literatura se ven en un uso de recursos estilísticos complicados y juegos de palabras como también un continua búsqueda de la novedad y de lo extraordinario, uso de un lenguaje complejo y un estilo lleno de contrastes
La historia de América hecha literatura
MANAGUA.- A lo largo de toda su carrera literaria, Carlos Fuentes llevó adelante la vasta tarea de hacer de la invención un instrumento aleccionador de la historia, o, al revés, en ese constante juego de espejos que fue su escritura, hacer que las aguas revueltas de la historia entraran en el territorio ilimitado de la invención. Que la historia se leyera como una novela, y viceversa, haciendo que los acontecimientos de la vida pública cumplieran el terrible papel que tienen sobre las vidas humanas, que es el alterarlas y trastocarlas, muchas veces destruirlas, y casi nunca redimirlas. El sistemático capricho del destino vuelto literatura.
La suya fue una tarea ecuménica y, por tanto, ambiciosa, libro tras libro. Ningún otro escritor latinoamericano recuerda tanto a Balzac como él, aun en la manera de armar su propia geografía agrupando en un vasto mapa personal, La Edad del Tiempo, el modo en que Fuentes se refería a la totalidad de su obra narrativa. En este sentido, siendo un autor de nuestra modernidad, que él mismo ayudó a crear, fue un escritor que por totalizador parece nacido en el siglo XIX, cuando la narración quitaba brazos y piernas a la historia misma, a la antropología, a la geografía, a la demografía y a todas las demás ciencias sociales, para echar a andar la novela que busca contarlo todo, decirlo todo, interpretarlo todo y, desde los acontecimientos vueltos a relatar, y desde los personajes concebidos como entes incesantes, darles un sentido al pasado, a la vida presente y aun al futuro. Un sentido que en Fuentes nunca deja de ser ético.
Cuando se publicó en 1958 la primera gran novela de Fuentes, La región más transparente , la crítica en México vio cómo, a tan temprana edad, un novelista asumía la inmensa tarea de reproducir la vida presente usando un múltiple entramado verbal, sumamente novedoso, desde la perspectiva urbana, la gran urbe atrofiada que desde entonces era ya la Ciudad de México. En aquellas páginas crecía una polifonía, voces contrastadas y discordantes como en la música dodecafónica, que revelaban un universo oculto, la ciudad que se asentaba en las piedras del sacrificio de la antigua Tenochtitlán y hacía subir su savia secreta, sangre y detritus, hacia las barriadas marginales pobladas por inmigrantes campesinos, y hacia la urbe de los nuevos potentados que, tras la ya antigua revolución, sustituían a la vieja clase porfirista derrotada; los vencedores pobres se habían vuelto ricos y habían "institucionalizado" la revolución. Así nacía la novela moderna, no sólo en México, sino también en América latina.
En La muerte de Artemio Cruz , publicada en 1962, la polifonía se convierte en monólogo. El protagonista, que peleó en las filas revolucionarias y que ha llegado a la cúspide del poder político y financiero, contempla con cinismo el pasado desde su lecho de muerte y busca en ese pasado lecciones que ya nunca le podrán ser útiles, porque la revolución en la que luchó ha sido carcomida por la polilla de la retórica y ya no sirve pensar el mañana. Pero en Los años con Laura Díaz , de 1999, esta mujer que ha vivido también los acontecimientos de la revolución puede mirar el futuro a través de los ojos de su nieto, que se apagarán ante los fogonazos de la masacre de Tlatelolco, en 1968, el acontecimiento que pone fin a cualquier pretensión de que el pasado es redimible. Es la historia que sigue traicionándose a sí misma. Pero en Fuentes el futuro, no sólo de México, sino de toda la América latina, será siempre una ambición desmedida, como lo es su ambición de contarla. Aunque todo haya sido contado, todo está por contarse. Y Terra Nostra , de 1985, y Cristóbal Nonato , de 1987, son novelas para mirar al futuro desde las incertidumbres de la historia, lo mismo que lo es La silla del águila , de 2003. El futuro que pronto será realidad, porque el novelista sabe predecirlo.
Fuentes inscribió la imaginación en el mapa múltiple de América latina, y una novela como La Campaña , de 1990, cumple esa ambición tan suya del recorrido total por el continente. En tiempos del fragor de
...