Línea Del Tiempo De La Historia De México
Javier8185 de Febrero de 2015
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Línea del Tiempo de la Historia de México
Romero Viveros José Víctor Manuel
Matricula: 136196
Grupo: 204
Materia: Historias del Derecho Mexicano
Cuatrimestre: 2do
04 de febrero del 2015
Cultura Olmeca (Cultura Madre)
En la actualidad se discute si los orígenes de la cultura olmeca se encuentran en la costa del Golfo de México o corresponden a la tradición del Itsmo de Tehuantepec, que se ha formulado durante las fases Locona y Ocós. En cualquier caso, está identificada en algunos sitios de la fase Bari (1.400-1.150 a.C.) en torno a La Venta y en Ojochí (1.500-1.350 a.C.), Bajío (1.350-1.250 a.C.) y Chicharras (1.250-1.150 a.C.) de San Lorenzo, a lo largo de las cuales se pasa desde los característicos poblados Ocós a la planificación de un gran centro ceremonial, en cuyos registros aparecen objetos ceremoniales y de status: figurillas huecas con engobe blanco, cerámica confeccionada con caolín y objetos de piedra verde, que se pueden considerar antecedentes directos de las formas olmecas; de ahí que se haya denominado a esta fase como Proto-olmeca o, también, Olmeca I.
La gran civilización olmeca tuvo lugar a lo largo de Olmeca II (1.150-400 a.C.), que incluye el florecimiento y decadencia de San Lorenzo (1.150 a 900 a.C.) y de La Venta (900-400 a.C.). Algunos investigadores han interpretado la existencia de dos amplios horizontes de uniformidad cultural en Mesoamérica sobre la base de estos dos desarrollos, lo que implicaría la valoración de la cultura olmeca como la cultura madre de las civilizaciones mesoamericanas; sin embargo, las posturas actuales sobre este particular están muy enfrentadas, y hoy se duda de la existencia de estos dos horizontes.
Las relaciones del pueblo olmeca con el exterior han sido objeto de fuerte controversia. Su expansión a Mesoamérica pudo estar conectada con el ascenso de un pequeño grupo dirigente sancionado por la divinidad, y por el acceso diferencial a los productos existentes en el área metropolitana. Para manifestar su poder y prestigio, demandaron artículos exóticos y estratégicos, por medio de los cuales, y de su redistribución, aumentaron de manera paulatina la desigualdad de la sociedad. Para mantener esta estrategia, hubieron de poner en funcionamiento, y potenciar allí donde ya existía, una enorme red de intercambio y de comunicación interélites, que en su momento de máximo apogeo alcanzó 2.500 kms. desde el centro de México a Costa Rica. Como es natural, en un territorio tan amplio la relación fue muy variable y en muchos casos aún no está determinada con rigor. En principio, se estableció con grupos ya evolucionados, que estaban en condiciones de captar los complejos elementos olmecas y que a su vez disponían de materias primas o se asentaban en puntos estratégicos de vital importancia para el desarrollo económico del área metropolitana. Es así como se ha detectado la influencia olmeca en Tlapacoya y Tlatilco (Cuenca de México), en Las Bocas y Chalcatzingo (Morelos), en Oxtotitlan y Juxtlahuaca (Guerrero), en San José Mogote (Oaxaca), a lo largo de los ríos San Isidro y Grijalva y de la costa chiapaneca, en sitios como Pijijiapan, Batehon, Xoc, Tzutzuculli y Tonalá; y su expansión por la llanura costera del Pacífico de Guatemala y El Salvador, en sitios como Abaj Takalik, Monte Alto, El Baúl y Chalchuapa.
En estos centros podemos detectar rasgos olmecas, que a veces consisten sólo en pequeñas figurillas, en otras ocasiones cerámica y arte portátil, en algunas escultura monumental, y en las menos arte mural que, sin duda, requirió el traslado a tales lugares de artistas olmecas y la comprensión del mensaje representado por parte de las poblaciones nativas. Obsidiana, jade, caolín, pirita y tal vez cacao y otros productos perecederos, fueron requeridos por un pequeño grupo asentado en el poder en los centros del área metropolitana. Estas materias primas fueron transformadas en dichos centros, de manera que es muy posible la existencia de especialistas a tiempo completo desde la época de San Lorenzo. Los objetos ya acabados fueron repartidos entre la gente de alto status y resultaron de vital importancia para emprender grandes obras en arquitectura y escultura monumental.
Con esta situación ventajosa, los olmecas difundieron, y en ocasiones inventaron, gran parte del equipo cultural utilizado y reformulado por otras civilizaciones de Mesoamérica. No hay duda de que sus relaciones con este área cultural fueron simbióticas, y que ellos también adquirieron rasgos procedentes del exterior, pero tampoco debe dudarse de que jugaron un papel importante en la evolución de la civilización mesoamericana.
Cultura Maya
Para muchos arqueólogos, lo que caracteriza a la civilización maya es el conjunto de los cuatro rasgos culturales siguientes: una escritura jeroglífica que tiene más de setecientos signos diferentes, un procedimiento particular de cubrir los edificios mediante la aproximación de hiladas y el hormigón, un complejo escultórico y ritual que incluye en asociación estelas y altares, y un sistema de medir el tiempo que parte de un punto inicial o "comienzo de era". Es evidente que hay que reconocer además como típicamente maya el estilo artístico que se desarrolló en una región de las tierras bajas tropicales mesoamericanas durante más de mil años, así como ciertos patrones de asentamiento sociales, políticos y religiosos. El territorio cubierto por tales manifestaciones es el de los estados mexicanos actuales de Yucatán, Campeche, Quintana Roo y zonas de Chiapas y Tabasco, con los departamentos guatemaltecos del Petén e Izabal, el noroeste de Honduras y la antigua colonia británica de Belice. Todo él se sitúa por debajo de los 1.000 metros de altitud, tiene altas temperaturas durante todo el año y una abundante vegetación natural que no tolera las heladas.
Los tres períodos en que se divide la evolución de la cultura maya son: el Formativo o Preclásico, entre el siglo X a.C. y el siglo III d.C.; el Clásico, entre los siglos III y X d.C.; y el Posclásico, entre el siglo X d.C. y la conquista española.
Durante el Formativo, gentes que bajan del altiplano de Guatemala van ocupando las orillas de los grandes ríos y lagos del Petén. Vestigios de sus aldeas han sido identificados en sitios como Altar de Sacrificios y Ceibal, en los ríos de la Pasión y Usumacinta. Estos grupos igualitarios, que cultivan la tierra y poseen cerámica, se extienden poco a poco hacia las selvas interiores fundando nuevos poblados, y en ese momento, pocos siglos antes de la Era cristiana, reciben aportaciones de la cultura de Izapa, cuyo ámbito de expansión llegaba desde la costa del Pacífico de Chiapas hasta el lugar de Kaminaljuyú en los altos. Estimulados por estas influencias, los mayas construyen los primeros templos sobre basamentos piramidales e inician los procesos de diferenciación social que habían de culminar en el período siguiente.
A lo largo de los siglos IX y X, y por razones todavía desconocidas, son abandonados los centros ceremoniales del Petén, Belice y valles del Motagua y Usumacinta. No se vuelven a grabar fechas completas en las estelas, y la civilización, localizada ahora en el norte y la parte media de la península de Yucatán, toma nuevos derroteros. Este último período, el Posclásico, se suele dividir en tres fases:
Predominio de Chichén Itzá:
Esta vieja ciudad clásica fue ocupada hacia el año 987 por un grupo étnico procedente del sur, de la costa de Tabasco probablemente, que se conoce como Itzá. Algo más tarde, otras gentes, mandadas quizás por un señor de nombre Kukulcán, fundan Mayapán. Todos ellos introducen en tierra maya rasgos culturales toltecas originados en el altiplano de México. Los linajes Itzá, Cocom y Xiú se imponen a las poblaciones preexistentes y modifican de manera sustancial sus costumbres y creencias religiosas.
Predominio de Mayapán: Después de algunas intrigas, Hunac Ceel, señor de Mayapán, declara la guerra a Chichén Itzá y, posiblemente con la ayuda de mercenarios mexicanos, destruye la ciudad hacia 1200. El poder del linaje Cocom durará hasta 1441 en que, aliados varios jefes maya-toltecas bajo la dirección de Ah Xupán Xiú, saquean Mayapán y matan al Halach Uinic y a sus hijos.
Desintegración: Con la caída de Mayapán desaparece la última poderosa ciudad-estado de Yucatán. Sigue en la mitad norte de la península un tiempo de guerras y desorganización política, durante la cual más de veinte pequeñas provincias se mantienen en conflicto permanente. A pesar de ello, los españoles tardarán casi veinte años (1527-1546) en conquistar y pacificar el territorio. El último reducto maya en las tierras bajas, Tayasal, logrará mantenerse independiente hasta 1697 amparado en la densa selva petenera.
Cultura Tolteca
La Historia Tolteca Chichimeca afirma que los toltecas llegaron desde el norte a la cuenca de México, donde ejercieron presiones hasta ocupar el norte del valle y sus aledaños conducidos hasta Ixtapalapa por su héroe mítico, Mixcoatl (Nube Serpiente). Desde este asentamiento se trasladaron a Tula dirigidos por Ce Acatl Topiltzin, Quetzalcoatl, lo que sucedió hacia el 960 d.C. Poco más tarde, una facción liderada por un sacerdote adscrito al culto de Tezcatlipoca se enfrentó a él, venciéndole y expulsándole de la ciudad junto con sus seguidores. Tula inició entonces un dominio político sobre un vasto territorio hasta que en 1.156 Huémac dedidió su traslado a Chapultepec, donde murió en 1.162, finalizándo así
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