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Medicina Preventiva


Enviado por   •  18 de Mayo de 2012  •  3.854 Palabras (16 Páginas)  •  867 Visitas

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Inmunización activa. Vacunaciones preventivas

La inmunización activa ocupa un lugar muy destacado en la prevención de las enfermedades transmisibles, y ara algunas, las de reservorio humano y transmisión interhumana, su papel es fundamental ya que en ellas las acciones sanitarias sobre las fuentes de infección y sobre los mecanismos de transmisión son muy poco eficaces. En la actualidad están disponibles más de 20 vacunas que han resultado ser eficaces y seguras y constituyen un instrumento fundamental de la medicina preventiva actual. Probablemente no existe en medicina preventiva ninguna otra medida que sea tan eficaz como la vacunación y cuya relación beneficio/coste y beneficio/riesgo se incline tan favorablemente al numerador. Bases científicas Se afirma que una persona es «inmune» frente a un agente infeccioso cuando está protegida contra la entrada y desarrollo

o multiplicación de este agente en sus tejidos. Para la mayoría de las enfermedades la forma más efectiva de inmunidad es la que se desarrolla después de presentar la infección clínica o inaparente. Para muchas de las enfermedades propias de la infancia (p. ej., sarampión, rubéola y parotiditis) esta inmunidad desarrollada de forma natural protege durante toda la vida. Para otras (p. ej., infecciones neumocócicas) la inmunidad onferida sólo protege contra el serotipo específico causante de la infección pudiendo el individuo ser infectado posteriormente por cualquiera de los otros serotipos del mismo germen. Finalmente, para algunas (tétanos, gonococia) el padecimiento de la enfermedad no supone la adquisición de inmunidad, por lo que puede volver

a padecerse en el futuro si el huésped entra de nuevo en contacto con el agente. El objetivo de la vacunación es precisamente desarrollar en el huésped que la recibe una inmunidad adquirida activa similar a la conferida por la infección natural clínica o inaparente pero sin presentar el cuadro clínico y sin molestias o reacciones, o por lo menos con unas molestias o reacciones lo suficientemente débiles como para que sean aceptables por el individuo y, consiguientemente, por la comunidad. Para conseguirlo se administran al huésped susceptible

antígenos preparados a partir del agente causal, con el fin de estimular una respuesta inmunitaria específica de tipo humoral o celular que le proteja en el futuro contra el agente virulento correspondiente. La protección conferida al individuo vacunado varía en función de la vacuna. En algunas vacunas la protección conferida

es prácticamente absoluta y dura toda la vida (vacunas de virus vivos atenuados) siendo en este caso muy parecida a la inmunidad conferida por la infección natural. Otras veces la protección es muy elevada pero sólo durante un período de tiempo limitado de 5-10 años (difteria, tétanos). Otras veces, en fin, la protección conferida es sólo parcial y de corta duración (cólera, gripe). Clasificación microbiológica de las vacunas

Las vacunas se obtienen a partir de los propios agentes infecciosos, los cuales son sometidos a diferentes modificaciones para eliminar su poder patógeno pero manteniendo su capacidad inmunógena. Desde el punto de vista microbiológico las vacunas se clasifican en virales, bacterianas o protozoarias, según los agentes infecciosos a partir de los que se han obtenido y contra los que protegen. A su vez, según sea el sistema de eliminación de la patogenicidad de cada una de ellas se clasifican en dos grupos: 1) vivas atenuadas, y 2) muertas o inactivadas. Las vacunas atenuadas se consiguen, por lo general, mediante la selección de mutantes avirulentos o de virulencia .

Los métodos de la medicina clínica

preventiva (I). lnmunizaciones preventivas

y quimioprofilaxis

medicina preventiva, inmunización, vacunación, quimioprofilaxis, inmnoglobinas

Como el antígeno no se multiplica en el organismo la primovacunación requiere la administración de varias dosis, pero ocasiona una inmunidad intensa y bastante duradera (unos 10 años). Las vacunas de olisacáridos capsulares son también muy inmunógenas, pero tienen el inconveniente de que con excepción de las conjugadas son poco eficaces en los menores de 2 años. Recientemente se han obtenido vacunas por recombinación genética (hepatitis B). Su mecanismo de acción es semejante al de las inactivadas y además parecen de riesgo al no contener ningún componente natural del germen. En la tabla 1 se presenta la clasificación microbiológica de las vacunas de mayor interés en nuestro país. Clasificación sanitaria de las vacunaciones En relación con los objetivos epidemiológicos de las vacunaciones es preciso considerar dos grandes grupos de enfermedades: las de reservorio humano y transmisión interhumana (la mayoría de las enfermedades bacterianas y virales propias de la infancia, las enfermedades respiratorias, algunas infecciones intestinales) y las de reservorio no humano (zoonosis). Tanto en uno como en otro grupo el objetivo de la vacunación es proteger al individuo vacunado contra la invasión del agente correspondiente. Pero en las enfermedades de reservorio humano y transmisión interhumana las vacunaciones no sólo proporcionan una protección individual, sino también una protección colectiva o comunitaria (inmunidad de grupo) que contribuye a romper la cadena de transmisión y obtiene resultados superiores a la suma de las inmunidades individuales. Esta inmunidad colectiva protege a la comunidad del riesgo de una epidemia,

confiere una protección indirecta a los individuos que no hayan sido vacunados como consecuencia de una contraindicación o de otra causa y hace posible la eliminación de la enfermedad cuando la tasa de inmunidad colectiva es suficiente para interrumpir la transmisión. Con objeto de proteger a los individuos susceptibles y también para obtener esta inmunidad de grupo o colectiva, y así controlar o incluso eliminar las enfermedades de la comunidad, los servicios de salud pública de la mayoría de los países han recomendado la administración de forma sistemática de las vacunas que han demostrado ser eficaces contra las enfermedades transmisibles de reservorio humano y transmisión interhumana (difteria, tos ferina, poliomielitis, sarampión, rubéola y parotiditis). Recientemente se ha incorporado al grupo de las vacunaciones sistemáticas la vacuna antihepatitis B. La vacuna antitetánica ha sido incluida también como sistemática a pesar de que el bacilo tetánico no es de reservorio humano ni de transmisión interhumana, pero en este caso el objetivo es sólo la protección de los individuos, no de la colectividad. La vacuna de la gripe, por el contrario, no ha sido incluida como

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