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Mitos De Miranda


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2014  •  398 Palabras (2 Páginas)  •  5.803 Visitas

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Mitos

LA FUENTE MILAGROSA

Según relato de Encarnación Duarte, el Padre Isidoro Miranda tenía una gran devoción a la Santísima Virgen. Cuando inició la construcción del templo, en el sitio actual entre la casa cural y éste, en terreno seco, el presbítero ordena cavar unos 2 metros y colocar un calabazo con agua traída de Chiquinquirá. Era una creencia religiosa regional, sembrar esta agua en lugares secos, frescos y sombreados, para que a los pocos años brotara un manantial. La fuente del templo de Miranda es un milagro de la Virgen; cuando se perforó en el terreno no se halló agua, y a los pocos meses apareció pura y cristalina. Aún hoy permanece y sigue curando muchas gentes de sus enfermedades.

Leyendas

Leyenda del Pozo del Ahorcado en Carrizal:

Esta historia se ha transmitido de generación en generación manteniendo su arraigo entre la población de Carrizal. Cuentan que un personaje conocido popularmente como Cara ‘e gafo se ahorcó un día domingo en un árbol de jabillo ubicado en un barranco en el pozo hondo de Carrizal, el cual se formaba antes de la unión del río San Pablo que baja de la finca Guadalupe —hoy es un tramo de la carretera Panamericana—. Luego de este suceso al lugar se le dio el nombre de El pozo del ahorcado y con el transcurrir del tiempo pasó a ser El barranco del ahorcado, siendo por mucho tiempo el sitio escogido por personas que tomaban la determinación de terminar con su existencia.

Leyenda del Espanto de la Roca:

Según cuentan se trata de un enano de gran cabeza y ojos encendidos que aparece en un lugar llamado La Roca, cerca de la antigua propiedad de los Velutini, próximo a Carrizal. Esta aparición ha sido vista por obreros, arrieros, y transeúntes especialmente al atardecer. Su historia es muy antigua, muchas personas lo atribuían al hecho de que en ese lugar existió una capilla y un antiguo cementerio; otras personas dicen que se trataba de jugarretas de los muchachos del pueblo, quienes al anochecer amontonaban paja seca, le prendían fuego y lo tapaban con láminas de zinc y hojalata, mientras simulaban una danza indígena sosteniendo en sus manos una tapara con una vela encendida, esto a fin de asustar a los transeúntes agitando la tapara, supuesta cabeza del enano. Esta aparición dejó de verse luego que el grupo de muchachos fue detenidos por la denuncia de uno de los participantes.

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