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Neoclasicos


Enviado por   •  9 de Abril de 2015  •  2.786 Palabras (12 Páginas)  •  187 Visitas

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Del Iluminismo al Positivismo. Esbozos

La segunda mitad del siglo XVIII en América Latina llevó la impronta del reformismo electivo que significó un gran paso de avance y renovación frente a la tradición escolástica imperante. En el plano político también dominaban las ideas reformistas que buscaban un acomodo de cierta autonomía con la Metrópoli.

Pero para los primeros años del nuevo siglo las condiciones habrían de cambiar en las colonias, produciendo una modificación sustancial de mentalidad, y pronto el moderado espíritu reformista y electivo, tanto en filosofía como en política, resultaría obsoleto ante las nuevas realidades.

Iluminismo, Enciclopedia e Ideología

Ya a partir de fines del siglo XVIII y principios del XIX la situación fue otra, y una gran parte de los criollos de muy diversas clases y estratos sociales comenzaron a modificar su actitud hacia la metrópoli y a radicalizar sus posiciones filosóficas y políticas. Fue así que se gestaron primero, y se desarrollaron después, los movimientos y las guerras de independencia contra la dominación colonial.

Este período del devenir de las ideas abarca desde muy finales del siglo XVIII hasta el primer tercio del XIX inclusive. Se caracterizó, en lo fundamental, por el predominio de las ideas del iluminismo, la enciclopedia y el sensualismo, este último sobre todo en su expresión de la Ideología. Hay en él una clara reafirmación de la influencia de la Ilustración que ya se había manifestado entre algunos pensadores que actuaron en el período anterior del reformismo electivo (Espejo, Baquíjano, Belgrano, etcétera).

Para entonces, el poder colonial se había convertido en una verdadera traba para el avance de las colonias que dañaba los intereses de la mayoría de los criollos incluyendo sus capas más ricas y poderosas. Así, cuando en 1808 España sufrió duros golpes en las guerras contra Napoleón, sus colonias en América aprovecharon la ocasión para iniciar los movimientos independentistas. Causas exteriores también coadyuvaron, como fueron las influencias del ejemplo de la liberación de las Trece Colonias Norteamericanas, la Revolución francesa y el aliento que prodigaba Inglaterra, interesada como estaba en los amplios mercados de este lado del Atlántico.

La lucha fue una guerra entre el poder colonial y su metrópoli; en esas circunstancias las inevitables desavenencias internas en el campo independentista pasan, en general, a un plano secundario y los diversos factores que participan en la lucha se presentan como una unidad frente al poder colonial que constituía el enemigo común. Esta situación tuvo su reflejo en el plano de las ideas en el sentido que entre el conjunto de tendencias emancipadoras se mostraron diversos grados de radicalidad ideológica en el terreno económico, político y social; la imagen de la nueva sociedad que se quería no era, en verdad, idéntica para todos.

Con anterioridad, a finales del siglo XVIII, se produjeron una serie de acciones ideológicas, algunas verdaderas rebeliones, que pueden ser consideradas como precursores o antecedentes (según los casos) del independentismo con variadas connotaciones ideológicas y sociales. Algunos de los casos más sobresalientes fueron la rebelión indígena liderada por Tupac Amaru en 1770 en el Alto Perú, los trajines conspirativos de la Infidencia Minera en Brasil en 1889 y las acciones de Miranda en Venezuela. El sentimiento separatista estuvo expresado, asimismo, en muchos de los jesuitas como el grupo de los moderados eclécticos mexicanos y el muy singular padre Viscardo, jesuita también, a quien debemos la anticipadora Carta a los Españoles Americanos.

Visto en su globalidad, este período mostró una clara radicalización filosófica en correspondencia con los tiempos revolucionarios que se vivían. El debate ya no tenía lugar dentro de la escolástica como hasta entonces, sino diáfanamente frente a ella; en esas circunstancias, el espíritu de electismo ponderado tenía que ser rebasado, puesto que las reformas anteriormente propuestas resultaban insuficientes.

En las nuevas condiciones socio—políticas creadas, la temática tradicional fue perdiendo sentido para ser sustituida por otras más vitales que demandaban soluciones apremiantes. Se produjo, pues, un desplazamiento temático y el interés se trasladó de lo religioso a lo político y social. Aquellos pensadores se planteaban cuestiones relacionadas con su situación dentro de la sociedad y proponían soluciones cada vez más osadas. La llamada pasión por los libros franceses llegaría a su clímax y se convertirían en la lectura favorita de los criollos.

En la filosofía política y social propiamente dicha, las influencias partían de pensadores como Voltaire, Raynal, Montesquieu y Rousseau, así como del ideario de los “Derechos del Hombre y del Ciudadano”, sin que todo ello implique una inexistente homogeneidad ideológica.

En el terreno más estrictamente filosófico, se acogieron, en particular en colegios y universidades, las teorías del sensualismo y la Ideología francesa que guió la marcha de la radicalización filosófica hacia la plena modernidad, en el entendido que esta tendencia no significaba una corriente paralela al iluminismo y la enciclopedia sino que ambas aparecían casi siempre entrelazadas en los diversos pensadores; así, por ejemplo, Sucre (Venezuela) hizo obligatoria la enseñanza de la Ideología en los colegios de Bolivia.

Al parecer no predominaba entre los criollos una visión diferenciada del conjunto de ideas políticas y sociales que les llegaban de Europa, sobre todo de Francia, sino que ellas eran percibidas más que nada a la luz de lo que las aproximaba. Dada las condiciones de Latinoamérica no es difícil imaginar el atractivo de muchas de aquellas ideas que se ocupaban de la libertad, el progreso, el hombre, la razón, etcétera Como es sabido muchas de las ideas de la masonería se proyectaron más allá de los iniciados, ganando terreno en las mentalidades, y el culto a la humanidad es precisamente un principio de la masonería.

En las páginas de La Enciclopedia, por su parte, se podían encontrar términos referenciales, definiciones y explicaciones de fuerte inspiración para los seguidores del patio. En ella se argumentaba, entre otros puntos, el objetivo de la felicidad y del deber de las instituciones políticas para procurar el bienestar de los ciudadanos. El universo era una sola y única máquina donde todo estaba vinculado. La Enciclopedia era también, en cierto sentido, un himno al progreso técnico donde los oficios y técnicas encontraron espacio. Los textos sobre “libertad” e “igualdad” eran prudentes y no debían, por tanto, perturbar a los independentistas más

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