Obras Importantes Del Neoclasicismo Y El Romanticismo
evaguzman18 de Mayo de 2015
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OBRAS:
DAVID: El Juramento de los Horacios, El rapto de las sabinas, La muerte de Marat y La Consagración de Napoleón.
DELACROIX: La Libertad guiando al pueblo, La Barca de Dante y La muerte de Sardanápalo.
GOYA: El quitasol, La Familia de Carlos V, La carga de los Mamelucos (2 de mayo), Los fusilamientos de la Moncloa (3 de mayo), La maja vestida, La maja desnuda, El sueño de la razón produce monstruos (grabado) y las Pinturas Negras
El juramento de los Horacios:
Tema muy representativo del estilo neoclásico. Inspirado en la Antigüedad romana, y recogido por autores modernos, como Corneille, recoge el momento en el que tres hermanos (los Horacios) juran sobre sus espadas antes del enfrentamiento con sus propios cuñados. El conflicto se desarrolla entre el deber civil (defender la patria) y los sentimientos (hacerlo a costa de enfrentarse con su propia familia), siendo los hombres partidarios del primero, mientras las mujeres parecen vencidas por los sentimientos.
La técnica es el óleo de factura muy lisa, sin que se aprecie la pincelada suelta tan habitual en el Barroco.
Composición muy rigurosa, dividida en tres grupos perfectamente equilibrados que se refuerza con la arquitectura del segundo plano, incluyendo cada grupo dentro de un arco.
Podríamos, por otra parte, hablar de una composición piramidal cuyo vértice superior coincidiría con el tema básico, las espadas.
Todo nos habla de una voluntad de equilibrio que nos podría recordar al Renacimiento, alejándose por completo del dinamismo Barroco.
Línea y color. Predomina la primera sobre el segundo, en un nuevo intento de alejarse de la pintura visual del arte barroco.Las figuras se perfilan con toda nitidez sobre el fondo oscuro y vacío, dándoles una apariencia escultórica, como si nos encontráramos ante un relieve. Existe una voluntad de detalle (ver anatomías o vestimentas), así como un fuerte interés por las texturas.
En cuanto a los colores, se intenta buscar un equilibrio (al modo clásico) entre cálidos y fríos, sin crear focos determinados.
La luz proviene desde la zona izquierda, reforzando los volúmenes, y de esta manera, su sensación escultórica (muy visible en los paños). Se rehuye de los contrastes excesivos que hagan perder claridad a la escena, contentándose con el fondo oscuro que más que dar emoción a la escena, la cierra en profundidad, colocándonos sobre el primer plano.
La perspectiva es lineal y remarcada por las líneas de fuga de los baldosines. Las arquitecturas del fondo, unidas a las sombras bien remarcadas, crean un espacio casi teatral en dondeactúan los personajes, sin que existan detalles o decoraciones que nos puedan distraer. (El espacio es un puro escenario neutro, vacío, ya muy lejano de los ambientes dinámicos y emocionales del Barroco).
Unida a la composición, la perspectiva crea un eje de fuga en la zona central, lo cual contribuye al equilibrio antes citado.
Los personajes adoptan posturas teatrales, algo grandilocuentes, lo cual sería explicable si pensamos en el carácter moralizante del lienzo. Sus gestos son rotundos (en los hombres, decididos por la patria), mientras que en las mujeres podemos observar posturas más curvilíneas y melancólicas que nos traen a la memoria el mundo de los sentimientos.
En todas las figuras encontramos una evidente idealización. Más que personas reales, parecen actores queencarnan determinados arquetipos o ideas, siendo más importante el grupo que cada una de las individualidades (las mujeres, por ejemplo, más que mujeres individuales, son la representación de la tristeza, al igual que los Horacios lo son de la determinación y el sacrificio a favor de unos ideales).
Sus modelos, más que la realidad (como era típico en lo Barroco), los deberíamos buscar en las esculturas clásicas.
COMENTARIO.
David realiza este cuadro durante su segundo viaje a Roma. Durante esta larga estancia su pintura giró hacia un clasicismo evidente en lo que se refiere a la técnica. De esta manera se puede advertir en el lienzo claros recuerdos renacentistas al modo de Rafael e, incluso anteriores, enraizados en la escultura clásica.Desde la composición equilibrada y piramidal a la precisión del dibujo, la idealización de los personajes o el propio ambiente arquitectónico y su representación en perspectiva nos están hablando del aprendizaje clásico que realiza en Italia, siendo claves en la posterior evolución de todo el estilo Neoclásico.
Se está buscando un arte preciso y ordenado que devuelva a la pintura el rigor compositivo y el dibujo frente a los ambientes vaporosos y el sentido refinado hasta casi la exageración del rococó (comparar con el Columpio). Para ello, igual que ocurre en la arquitectura (ver Villanueva) o la escultura (ver Cánova), se vuelven los ojos a la Antigüedad clásica y al renacimiento, exagerando incluso sus rasgos en cuando a simetría y desnudez decorativa.
(Curiosamente, algunos elementos como el uso del fondo oscuro, la importancia de la línea, la factura lisa, sin pinceladas evidentes, y el gusto por las texturas pueden recordar vagamente aCaravaggio, autor barroco que, volverá a ser empleado en el siguiente y contrario estilo, el Romanticismo. Ver Balsa de la Medusa). Esta actitud contradictoria –se huye del barroco y se cogen cosas del él- ocurre en otros autores Neoclásicos como Cánova que se inspira en Bernini o Ingres en los venecianos yRubens).
Además de esto, existe un nuevo y fundamental cambio, la propia misión que debe tener la pintura. Frente a los temas frívolos y cortesanos del Rococó, surgido en los ambientes aristocráticos de los últimos Borbones franceses, David pretende una pintura con contenidos éticos y morales en relación con las nuevas ideas ilustradas que desembocarán en la revolución francesa. Sus temas ya no recrean escenas cortesanas, festivas o mitológicas sino, por el contrario, busca en la historia antigua asuntos que sirvan para expresar la nueva idea del patriotismo, del sacrificio de los individuos a favor del nuevo Estado (los Horacios anteponen los sentimientos a su deber como buenos ciudadanos romanos).
Esta nueva forma de pintor al servicio de los nuevos valores sociales hará de David el perfecto intérprete de los acontecimientos posteriores de la Revolución, retratándola en su Muerte de Marat o convirtiéndose en el pintor de las glorias napoleónicas (Bonaparte atravesando los Alpes o Coronación de Napoleón I), en los cuales, y sin abandonar nunca el gusto por la línea, la factura lisa y las figuras teatrales, poco a poco se irá advirtiendo un mayor gusto por el movimiento, la decoración y el sentimiento heroico, traicionando en parte el propio estilo que él había forjado y abriendo las puertas, aunque muy tímidamente al romanticismo de sus discípulos. (Igual contracción entre clasicismo y sentimentalismo romántico se advierte en el otro gran pintor del Neoclasicismo, Ingres).
Este nuevo estilo se terminará por imponerse en la generación posterior a David, regresando al barroco y a una visión más emocional y visual tanto de los temas como en las técnicas empleadas (comparar este cuadro con los de Delacroix)
El rapto de las sabinas:
La obra que aquí se analiza representa una escena mitológica en torno a la antigua historia de Roma; según cuenta la leyenda romana cuando Rómulo fundó la ciudad de Roma tan sólo había hombres por lo que los romanos invitaron a los pueblos vecinos para que llevaran a sus mujeres a la ciudad. Sin embargo, la mala reputación de los hombres romanos hizo que ningún padre quisiera entregar a sus hijas a la ciudad; ante tal situación Rómulo invitó a los sabinos a celebrar unos juegos con la intención de aprovecharse de la distracción y raptar a las mujeres sabinas.
Sin embargo David ha escogido una segunda escena para representar en su obra, años después del rapto de las sabinas el emperador sabino Tito Tacio decidió vengarse de Roma desencadenando una cruenta lucha entre sabinos y romanos. Las mujeres, desesperadas ante la muerte de sus padres y maridos, se interpusieron junto con sus hijos en medio de los dos bandos para detener la lucha.
Sin embargo la obra del pintor neoclasicista va mucho más allá de una simple representación histórica, con esta obra el artista planteó la necesidad de una reconciliación del pueblo francés tras los acontecimientos de la Revolución francesa. El tema histórico es utilizado por David como una alegoría de la situación que se vivía en Francia a finales del siglo XVIII.
La composición creada por el artista es abigarrada y caótica, sin embargo los personajes representados no son tan números; el efecto se ha conseguido a través de una multitud de lanzas que salen disparadas de uno y otro lado aunque no se puedan ver los personajes que las sujetan.
A la derecha aparecen los hombre romanos, maridos de las sabinas, y a la izquierda los sabinos, sus padres y hermanos; ellas se sitúan en el centro de la composición junto con sus hijos interponiéndose entre los dos bandos. Especial mención merece en este sentido la figura de Hersilia, mujer de Rómulo e hija de Tito Tacio, que vestida de blanco y con una postura en aspa detiene a los dos guerreros.
Los desnudos anatómicos han sido profundamente estudiados y están basados en la estatuaria clásica; las posturas y gestos son variados y en ellos se aprecia la calidad de la pintura del artista. El dibujo predomina sobre el color sin
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