Oligarquía y caciquismo

                        Oligarquía y caciquismo

         Nos encontramos ante un texto histórico-literario, ya que recoge y da testimonio de una realidad social, y de temática política. Escrito por Joaquín Costas, que fue político, jurista, historiador y economista aragonés, además fue el mayor representante del movimiento intelectual conocido como Regeneracionismo, que cuestionaba el sistema político de la Restauración y pretendía “una regeneración de España”. Escrito en 1901 en Madrid, destinado a toda una colectividad ya que fue publicado en una de sus obras. El texto es una crítica a la oligarquía y caciquismo y a la falsificación electoral.

        A continuación comenzaré con el análisis de las ideas principales del texto. Primeramente comienza explicando quienes formaban esta peculiar forma de gobierno y su posición; en el segundo párrafo nos habla de los tres factores que lo componen: oligarcas a los que denomina “prohombres”, los caciques diferenciados en tres grados que se encuentran repartidos por el territorio, y por último, gobernador civil, el cual hacía de “órgano de comunicación y de instrumento” entre los anteriores. Una vez nombrados estos tres factores nos dice que a eso se reduce todo el sistema de gobierno y culmina con una dura frase “... bajo cuya pesadumbre gime rendida y postrada la Nación”

        En el siguiente párrafo nos presenta su opinión sobre lo que son los oligarcas y caciques, a los que él mismo niega que sean la “clase directora o gobernante”, ya que en ellos sólo se ven reflejados una pequeña parte de la población, y los nombra como “cuerpo extraño” y “facción de extranjeros” que están más preocupados en imponer tributos y cobrarlos que por los verdaderos designios del país.

        Finaliza explicando de manera contundente el sistema electoral que se llevaba acabo, en este último párrafo culpa a las clases conservadoras y gobernantes ya que son las que falsifican el sufragio y corrompen el sistema, ya que abusan de su riqueza, de su posición y del poder que les ha sido dado.

        Este texto fue escrito en 1901, periodo histórico de la Restauración borbónica que se inicia con la llegada a España del rey Alfonso XII, en 1874 con Antonio Cánovas del Castillo como su máximo defensor. Este gobierno trataba de regresar al periodo anterior a la Revolución de 1868. Para ello Cánovas defendía la necesidad de una Constitución moderada y flexible, que establecería una la soberanía compartida por el Rey y las Cortes. De esta manera el orden político y público quedarían garantizados. El sistema canovista se basó en cuatro pilares: el turnismo, la Constitución, la monarquía y el caciquismo. Respecto al bipartidismo turnista, por un lado estaba el partido Conservador, liderado por Cánovas, y por otro, el partido Liberal, por Sagasta. Mediante un pacto establecieron el turno pacífico para gobernar, de esta forma los demás partidos no tendrían opción de gobernar. Esto solo se pudo lograr gracias al caciquismo, los caciques controlaban la vida política, económica y social, compraban votos y manipulaban las elecciones para favorecer al partido al que le correspondiese gobernar. En alguna ocasión se recurría al “pucherazo” o falsificación del censo y el resultado electoral.

A finales del siglo el sistema político estaba en crisis por varios factores: los nacionalismos periféricos (Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía), la cuestión colonial (desastre de 1898) y militar (desprestigio del ejército) y el movimiento obrero (PSOE, UGT, Anarquismo) caminaban en otra dirección. Añadamos la semana trágica de 1909, la crisis de 1917 y la muerte de los líderes (Canovas y Sagasta) que no encontraron sustitutos capaces de formar mayorías estables en el Parlamento.

        Para concluir el caciquismo del sistema canovista se encargó de someter a gran parte del país, desoyendo la voz del país. Joaquin Costas, contrario al régimen de la Restauración, quiso mostrar sus ideales criticando y denunciando la corrupción del sistema, no solo se dedicó a criticar sino que también dio soluciones regeneracionistas como demuestra en sus obras y su labor política. El Regeneracionismo defendía la necesidad que tenía España de “reiniciar” su vida desde otros fundamentos para alcanzar el desarrollo y la prosperidad necesaria.

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