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Oraculo Del Dilogun


Enviado por   •  17 de Mayo de 2012  •  4.683 Palabras (19 Páginas)  •  1.143 Visitas

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TEMA PÁGINA

El Oráculo del Diloggún 2

Consulta con el Caracol 6

Moyugba 7

Presentación 9

Iré y ossogbo 10

Igbos 11

Clasificación de los Odduns 12

Reglas tirando el Diloggún 13

Elementos de los Odduns 15

Elementos del Ebbó 16

Odduns del Diloggún 17

1

EL ORÁCULO DEL DILOGGÚN

Es una de las vías de comunicación con las deidades del Panteón Yorubá, con los Orishas y con

nuestros ancestros, antepasados o Eggun, quienes proporcionaran ayuda a nuestros problemas

para enfrentarlos positivamente; es decir, no sólo se usa para conocer lo que sucede, sino también,

para indicarnos que hay que hacer para solucionarlo, para pedir consejos, para evitar cualquier

tropiezo en la vida, para sanar. Para ello se utiliza una mano de caracoles. Por el caracol hablan

todos los Orishas Yorubas. Este oráculo, forma parte de la apasionante, ancestral y profunda

filosofía, liturgia y practica mágico -esotérica que se realiza en la religión de los Orishas.

Con el uso de este ritual de comunicación entre los Orishas y sus hijos se intenta conseguir el

desenvolvimiento espiritual y material del ser humano. Por el caracol (tirar el caracol) hablan todos

los Orishas Yorubas. Este Oráculo, forma parte de la apasionante, ancestral y profunda filosofía,

liturgia y práctica mágico -esotérica que se realiza en nuestra Religión.

En el rito, participa además del consultado, el Babalosha o Iyalosha consagrados en Santo, el

Babalawo no hace uso de este sistema sino que hace uso del Okpele o los ikines.

Este Sistema adivinatorio está compuesto por 16 caracoles -cauris -a los que se les ha quitado el

fondo, para que tengan estabilidad y al ser lanzados puedan caer de un lado o del otro, definiendo

así los signos de cada tirada.

Patakí:

Yemayá estaba casada con Orúnmila, gran adivinador de la tierra de Ifé, que hacía milagros y tenía

una gran clientela. Por ese entonces, Orúnmila se hallaba íntimamente unido al secreto de los

caracoles (Diloggún), pues Yemayá, dueña del mar, peces, caracoles y todo lo marino, se lo

comunicaba. El, a su vez, interpretaba esos secretos a través de los Oddun y de las leyendas.

Ocurrió que un día Orúnmila tuvo que hacer un viaje largo y tedioso para asistir a una reunión de

los Awó que había convocado Olofi, y como se demoró más de lo que Yemayá imaginaba, ésta

quedó sin dinero, así que decidió aplicar su técnica y su sabiduría para consultar por su cuenta a

quienes precisaban de ayuda.

Cuando alguien venía a buscar a Orúnmila para consultarse, ella le decía que no se preocupara y

le tiraba el Diloggún. Como era adivinadora de nacimiento, sus vaticinios tuvieron gran éxito y sus

Ebbó salvaron a mucha gente.

Orúnmila, de camino hacia su casa, oyó decir que había una mujer adivinadora y milagrosa en su

pueblo. El, curioso -como todo ser humano-, se disfrazó y, preguntando por el lugar donde vivía

aquella mujer, llegó a su propia casa.

Yemayá, al descubrirlo, le dijo:

"¿Tú creías que me iba a morir de hambre?"

Así que él, enfurecido, la llevó delante de Olofin, sabio entre los sabios, quien decidió que Orúnmila

registrara con el Ekuele, los Ekines y el Até de Ifá, y que Yemayá dominara el Diloggún. Pero le

advirtió a Orúnmila que cuando Yemayá saliera en su Oddun, todos los Babalawos tendían que

rendirle pleitesía, tocar con la frente el tablero y decir: EBBO FI EBOADA.

La verdad religiosa yoruba, estuvo en el pasado fuera de la razón, en el presente está al alcance

de ella. El hombre de hoy ha logrado adentrarse en lo más profundo de la cosmología yoruba, de

sus dogmas, teología y filosofía. A través de la ciencia y la tecnología ha conseguido desmitificar lo

arcano de la Santería.

La necesidad de predecir el futuro, de prever lo ignoto por medio de la adivinación, ha estado

presente en toda la historia de la civilización desde los albores de la humanidad.

2

Los medios utilizados por los distintos sistemas y procesos adivinatorios son extraordinariamente

variados: el agua, la arena, los cuerpos celestes, la corteza de los árboles, las líneas de las manos

y de los pies, los rasgos faciales, la textura de los viejos brebajes como el te, el café, el payote, los

cuernos de ciertos animales, el humo, las semillas y los caracoles, entre otros muchos. Aunque la

adivinación continúa practicándose mundialmente, muy poco se ha hecho en materia de

investigación sobre estos sistemas, incluyendo aquellos que llegaron al continente americano

procedentes de África en las migraciones

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