Oratoria

“Sin importar el tamaño de la ciudad o pueblo en donde nacen los hombres o mujeres, ellos son finalmente del tamaño de su obra, del tamaño de su voluntad de engrandecer y enriquecer no solo a sus hermanos si no a su patria”.

Es para mí un honor muy grande presentarme en este lugar para expresar mis ideas sobre la realidad que encaramos como jóvenes en este tiempo y en este espacio. Y quiero explicar “Que necesita México en estos tiempos”.

El gozo que inunda una tradicional noche de 15 de septiembre se reviste cada año con momentos de gran algarabía del que todos somos participes. Nos reunimos frente a nuestro palacio municipal esperando que den las 11:00 p.m. listos para ondear nuestra bandera y gritar todos a una sola voz “Viva Hidalgo, Viva Morelos, Vivan los héroes que nos dieron patria, Viva México”, seguido esto de una gran verbena popular. Pero díganme cuantos de ustedes en cada aniversario le desean a México: muchos años más como un país soberano y sobre todo una gran prosperidad para su pueblo. Pero no, no lo llevamos a cabo por que no entendemos ni analizamos que no fue una fiesta ni un aniversario más si no que es el cumplimiento de dos siglos del inicio de esta gesta memorable que debería ser para nosotros un momento de profunda reflexión histórica, de verdadero aprendizaje del pasado, pero sobre todo, de exhaustiva proyección hacia el futuro.

A pesar de que México se liberó de España, su desarrollo como nación no ha sido fácil, y hasta nuestros días sigue sufriendo una intensa sed de justicia. Sí, nuestro pueblo tiene sed de justicia, porque pocos son los que lo tienen todo, y muchos, los que no tienen nada. Porque nuestra nación se libró del yugo español, pero sigue bajo el yugo de la ignorancia. Porque las conciencias permanecen cegadas y esclavizadas por la mediocridad de una vida estéril. No basta el tener independencia política, es necesaria una política de independencia, que garantice como ciudadano una libertad de hecho, y no sólo de derecho.

Para romper la desigualdad social, la pobreza, la marginación hacia las mujeres y los indígenas, la violación de los derechos principalmente el de los niños; ya que actualmente el vivir en México se ha vuelto una lucha constante. Es más me atrevo a decir que la lucha es contra nosotros mismos.

Es cierto como nación enfrentamos descomunales problemas y agigantados retos, pero también es indudable las contrariedades más arduas que vivieron las generaciones que nos precedieron y ellos supieron salir adelante.

Hace doscientos años nuestro pueblo necesitó héroes, y los tuvo en tantos hombres y mujeres que con arrojo valiente se alzaron en armas contra el opresor. México también necesita héroes hoy, que liberen al pueblo de la tiranía de una política antinatural, héroes que limpien a México del cáncer del crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción, héroes que piensen en la igualdad y en el desarrollo de todos los mexicanos.

Y se preguntaran ¿dónde están esos héroes?.... ellos están justo aquí. Amigos el futuro de nuestra nación, y ese cambio que buscamos depende de nosotros. Ya que es en nuestras mentes y en nuestras manos, donde se forja día a día la libertad de México, tomemos en cuenta que la auténtica libertad no se consigue sólo quitándose de encima un mal gobierno, sino más bien construyendo un modelo social, donde la vivencia de la libertad empiece en el interior de cada hombre, de modo que no esté atado a los banales caprichos de una vida sin sentido; y nosotros, que nos preparamos para servir al pueblo, somos el germen que podrá conducir a nuestra sociedad mexicana a ser libre de verdad.

Esforcémonos pues, en hacer que la libertad de la que gozamos, sea auténtica, porque es una libertad que no nos fue otorgada, sino que fue ganada a sangre y fuego en cada batalla.

Seamos dignos depositarios de la herencia

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