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Origenes del estado mesopotámico y egipcio


Enviado por   •  6 de Mayo de 2018  •  Exámen  •  1.980 Palabras (8 Páginas)  •  407 Visitas

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        1) Para comprender los orígenes del Estado en Mesopotamia, debemos analizar brevemente las distintas causas y factores que derivaron en su desarrollo como forma de organización social en un contexto temporal y espacial determinado. Michael Mann desarrolla la teoría de “La jaula social” y comienza por hacer referencia a una serie de elementos, caracterizados como “criterios aislantes” descriptos por Renfew a la hora de definir a la civilización como “un aislamiento de la naturaleza”. (Michael Mann, Las fuentes del Poder Social; pag: 115). La aparición del centro ceremonial, escritura y la ciudad. Este autor destaca que el punto en común que comparten las primeras civilizaciones es que todas surgieron e valles pluviales, y desarrollaron una agricultura aluvial y de regadío. Tal actividad económica fue la impulsora del surgimiento del estado y la civilización, en el sentido de que constituyó una inversión de la fuerza de trabajo cooperativa que proporcionó un excedente. A su vez, esta situación requirió el surgimiento de una autoridad centralizada con un fin administrativo y distributivo del excedente producido. Esta autoridad recae en un principio en el templo, el cual cumplía funciones que excedían el aspecto religioso, sino que tenía una función social. En estas condiciones aparecen los primeros signos de enjaulamiento: un cierre de “la vía de escape”, donde se intensifican las relaciones sociales y territoriales, provocando la perdida de ese “estado de libertad territorial” en el cual se encontraban las poblaciones (tal libertad, a su vez tornaba imposible el desarrollo estatal), la aceptación de la civilización, la estratificación social (derivada de la propiedad cuasi privada de tierras y la posición social) y territorial que nacen del desarrollo del poder colectivo y distributivo. Dentro de este enjaulamiento operan en forma simultánea y superpuesta los aspectos ideológicos, económicos, políticos y militares en las relaciones sociales. Mann interpreta que las sociedades son “series de redes de poder superpuestas e intersectantes”.  A su vez nacen y se estrechan las relaciones entre Mesopotamia y las poblaciones periféricas a través del intercambio. Esta nueva interacción enjaulante llevó a una intensificación de la civilización, la estratificación y el Estado, en forma de redes de poder superpuestas, incorporando un poder permanente y coercitivo.  Las nuevas ciudades que iban surgiendo en la periferia no podían ser controladas desde el “núcleo”. Se desarrollaron basándose en la necesidad mutua, creando relaciones de intercambio que permitieron su crecimiento como ciudades Estado autónomas, constituyéndose en Mesopotamia un “Estado segmentado”, cada una con su deidad tutelar que a su vez, tenía su lugar reconocido en un panteón sumerio común.

De la actividad comercial y de la centralización territorial y política de la autoridad, se desprende que los recursos también estaban centralizados, lo cual llevó a la consecuente centralización militar con fines defensivos y eventualmente, expansivos.

Como consecuencia de todos estos factores, siendo central la agricultura fluvial, Mesopotamia avanzó hacia la “revolución urbana” entre 3900 y 3400 a. C. y el desarrollo de la escritura hacia el 3100 a.C.

La producción de un excedente para el intercambio derivó en la complejización de las redes sociales interdependientes entre las ciudades Estado y el aumento de la densidad de la población se tradujo en un refuerzo de la jaula territorial y social en todo el territorio de Mesopotamia.

En la Epopeya de Gilgamesh podemos, por ejemplo, apreciar la existencia de una autoridad política (Gilgamesh) y una asamblea (miembros de la “aristocracia” o ciudadanos socialmente importantes) que decide peticionar a los dioses para librarse de su poder autoritario (existe una estratificación social), además de la aceptación y el sometimiento de la población al poder divino (religioso) de castigar a Gilgamesh con la creación de Enkidu . También se destaca el aspecto ideológico, que legitima la autoridad del rey en la voluntad de los dioses. La conducta de Gilgamesh de dormir la primera noche con las mujeres casadas hace referencia a la vigencia de un conjunto de normas o leyes que regulan los derechos y la conducta de la población. Por último, la construcción de las murallas denota la existencia de una estructura militar y defensiva organizada.  

En el Código de Hammurabi, el prólogo enumera los Títulos otorgados por los dioses (y su linaje) que legitiman su autoridad (de carácter sobrenatural) como gobernante que responde a los dioses. Destaca el título de “pastor elegido” como proveedor y guía hacia la prosperidad de su pueblo y enumera sus obras. En el Epílogo, enumera sus atribuciones y deberes (de administrar justicia) en concordancia con la figura del “pastor”. Además, el Código constituye un complejo cuerpo de leyes que denotan la extensión y variedad de las relaciones sociales sumerias. El sometimiento de la sociedad a estas leyes deja a la vista la fortaleza de la figura real y la aceptación del pueblo a su autoridad.

Por último, el himno sumerio de Lipitishtar, hace referencia a la cuestión de la legitimidad divina del poder del rey, destacando “la buena semilla”, es decir, su linaje como único y legítimo. Exalta las cualidades físicas y de carácter como una consecuencia de esta elección divina (es Rey por la gracia de dios) y enumera a todos los dioses que lo señalan como rey. Además, destaca sus funciones (figura del pastor que lleva el cayado) como proveedor de la abundancia, mantención del culto y lo destaca como caudillo guerrero y administrador de justicia. Es decir, toda una estructura organizada de gobierno bajo su autoridad.

     2) A partir del Período Protodinástico (3200 a 3000 a.C.) comienza la transformación del país en vías al establecimiento de la unificación territorial y el Estado faraónico.

Durante esa etapa se produce un movimiento de la población que abandona los wadis y las terrazas y se concentra en el valle del Nilo. Como consecuencia del proceso de desertización climática, las poblaciones migran hacia las tierras fértiles inundables. Este movimiento trae como consecuencia el establecimiento de intercambios entre poblaciones y también la competencia por el control de los recursos y de las rutas. Se acentúa y complejiza la estratificación social, y el poder se concentró en manos de caudillos. Estamos ante un conjunto de unidades territoriales separadas y políticamente muy fragmentadas que competían por el control de las rutas y de la supremacía que eventualmente derivará en el Estado faraónico.

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