¿PORQUÉ SE MUEVEN LOS PUEBLOS?

A través de la historia encontramos un fenómeno que se ha presentado desde la aparición de las primeras civilizaciones hasta tiempos mucho más recientes de nuestra era, un fenómeno que sin duda alguna pareciera repetirse en todas y cada una de las etapas de la existencia de la humanidad y que, por mera lógica, seguramente continuará repitiéndose mientras existan asentamientos de grupos humanos habitando la tierra. Este fenómeno es lo que podríamos considerar como “migración masiva” de la población. Considerando que esta situación se ha presentado en todas las etapas de la humanidad, tanto antigua como moderna (con mayor énfasis en las ciudades), es importante tratar de entender cuáles son las circunstancias que por lo general se presentan para dar paso a una “migración masiva”.

Podría pensarse que en las civilizaciones antiguas una razón importante sería la búsqueda de lugares con mejores condiciones de vida, es decir, un mejor clima, tierra más fértil, mayor abundancia de agua para consumo, etc. También es cierto que una de las razones más grandes e influyentes de la historia tienen que ver con la naturaleza del hombre y su sed de poder y dominación. El tratar de conquistar y dominar a otro pueblo solo por demostrar mayor fortaleza es un hecho muchas veces visto inclusive hasta nuestros días. Poblar su territorio es el acto culminante de la victoria. Otros factores también pueden motivar a una población a moverse de una región a otra, tales como cambios en el entorno natural ocasionados por catástrofes y fenómenos meteorológicos, epidemias y evasión de enfermedades, cuestiones ideológicas, religiosas, políticas y culturales. Podríamos pensar que así como el ser humano ha evolucionado en su manera de vivir y de pensar, también algunas de sus razones para migrar han evolucionado, pero nótese que en el fondo las razones del hombre por cambiar de región para vivir como sociedad, son las mismas que desde sus orígenes conocidos, situación que desde mi punto de vista es coherente con el hecho de que la naturaleza humana en cuanto a las necesidades e instintos, es en esencia la misma en nuestros días que hace miles de años.

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