Propietarios Y Proletarios

Introducción:

El manifiesto comunista es uno de los textos más leídos de Marx, sea para aprender algo de él o ya sea para criticarlo. Nace a partir de una realidad, “un fantasma estaba recorriendo Europa, el fantasma del comunismo”. Analiza la historia, los conflictos sociales y políticos elaborando una teoría política completa con el objetivo de cambiar el mundo. Y en la parte final del apartado se habla del sentimiento de fraternidad de los obreros frente a los altos mandatarios y las condiciones de vida de los trabajadores.

BURGUESES Y PROLETARIADO:

En el primer capítulo “Burgueses y Proletariado”, Marx y Engels presentan a la historia de la sociedad, la historia de la lucha de clases, que han producido transformaciones y revoluciones. La prueba de ello son las clases opuestas generadas en cada etapa de la historia, opresores y oprimidos frente a frente siempre. Lucha que solo concluirá con la transformación revolucionaria de la sociedad o por la destrucción común de las clases en lucha.

La sociedad burguesa tampoco ha abolido estas contradicciones, pues esta ha simplificado las contradicciones, dividiendo a la sociedad en dos grandes clases: la burguesía, propietarios de los medios de producción, y el proletariado, los trabajadores asalariados, que se ven obligados a vender su fuerza de trabajo.

Luego del surgimiento de la navegación y los ferrocarriles, y el establecimiento de la industria y el mercado mundial, la burguesía conquisto el poder político, es decir, el control del estado, que traducido a la práctica no es más que “una junta que administra los negocios comunes de toda clase burguesa”

Precisamente así la burguesía a ejercido un papel revolucionario, papel que llevó a destruir las relaciones feudales de dependencia para dar paso al trato frio entre los hombres, movidos por el interés, haciendo de la dignidad personal un simple valor de cambio. En palabras de Marx, la burguesía, “en lugar de la explotación velada por ilusiones religiosas y políticas ha establecido una explotación abierta, descarada, directa y brutal. Sin embargo, estos cambios no serían posibles sino se promueve la constante revolución de los instrumentos y relaciones de producción, y con ello todas las relaciones sociales.

Este desarrollo de la burguesía no solo a forjado las armas que deben darle muerte, sino que también ha producido a los hombres que empuñaran esas armas, los obreros modernos, los proletariados.

Estos hombres modernos despojados de los medios de producción se ven obligados a vender su fuerza de trabajo que es lo único que poseen para poder vivir. No obstante, la maquinización de la producción no lo ha relegado a ser un apéndice de la maquina, quitándole toda capacidad creadora y obteniendo un salario no mayor del que le permita seguir subsistiendo. Sin embargo el proletariado

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