Reportes De Lectura

El libro “De cadenas y de Hombres” de Robert Linhart, militante. En francés, la obra se llama “L’établi” (El establecido). “Establecerse”, es sinónimo de proletarizarse: cuando una persona, por ideología y no por necesidad, se emplea en una fábrica para hacer trabajo político. La historia, cuenta la propia vivencia del autor.

Esta narración se desarrolla a finales de los años 60, quien hace esta narración es un universitario que entra como obrero a una empresa fabricadora de autos (Citroën), después de batallar para adaptarse en algunos puestos de trabajo se convierte en una especie de líder y organiza una huelga, la cual no dura más de tres semanas debido a presiones por parte d la compañía hacia los obreros y por lo tanto eso hacía que perdieran fuerza. Aquí el universitario narra los sucesos tiene como consigna personal no renunciar bajo ninguna presión a su trabajo, pero al final de cuentas con la puesta en marcha de nuevos métodos y formas de trabajo, en un recorte de personal le comunican de su despido. Para Linhart el asunto medular es conocer la existencia del trabajador ahí donde trabaja, y se convierte en tal; por lo que sostiene es de vital importancia acercarse a su práctica cotidiana, y para lo cual estambién indispensable conocer la presencia del capital, pero no como entelequiasino en sus formas concretas, sean estas pequeñas pero visibles o poco perceptibles y personificadas u omnipresentes en un sistema que envuelve el transcurrir de todos los días. Así Linhart muestra un camino para el estudio de las clases sociales, es decir, la investigación participante, pero habría que notar, para hacer justicia

Narra incluso lo que ante sus ojos se presenta como el horror de la división racista de trabajo, de su participación en la resistencia y en la huelga con el cortejo consiguiente de represalias que habrían de restablecer el “orden Citroën”, a veces sutiles, otras brutales. Sin duda, los fines que el autor propone en este libro, es un relato de lo que significa ser obrero en una gran empresa, de Paris o del resto del mundo; es el relato de la fuerza y debilidades de la clase trabajadora; la descripción, el testimonio vivo de eso que Marx llamó relaciones de producción, aquellas que los hombres mantienen entre sí por medio de los objetos.

Linhart, desde sus primeras páginas, nos abre un mundo, el del trabaja en una planta automotriz de la Citroën, situada en los suburbios de París y especializada en la fabricación de los otrora famosos dos caballos, coches de batalla de un sin fin de los recién llegados al ³boom´automovilístico. El trabajo tiene un punto de partida excepcional y es la experiencia del autor en tanto que trabajador de la misma planta; pero cuidado, no estamos frente a un trabajador que decide escribir, Linhart es un militante del 68 francés, el cual decidió ingresar como obrero y vivir como un actor más el mundo´ de la producción; desconocido por muchos militantes, y ya no se diga para los académicos, autores muchas veces de tediosas y concienzudas tesis acerca de las bondades y dificultades del movimiento obrero. al autor, un añadido, no basta con observar y registrar minuciosamente, ni tampoco elaborar un marco teórico conceptual que permita manejar.información y extraer conclusiones, es necesario ir más allá, y para esto pareciera indispensable estar ahí, como uno de tantos. El autor muestra cómo eluniverso fabril supone varias condiciones, es por una parte un lugar cerrado dondela vigilancia por el lado de la empresa es permanente, con el fin de que el trabajo se interrumpa en el menor número de ocasiones y las piezas que se elaboran cumplan con los requisitos estándar. De esta manera, la lucha entre el trabajador y la empresa deja de ser una abstracción, y no deja tregua, un minuto conquistadopor el trabajador es una ganancia que cuesta riesgos y que en ocasiones significa el despido; su contrapartida

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