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Resumen de la Ilíada

yendliliTrabajo22 de Abril de 2014

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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

U. E Colegio Nuestra Señora de Coromoto

Socopó-Estado-Barinas

Resumen de la Ilíada

Integrantes:

Anyela Jaimes #19

Nathaly Escalante #12

Año: 4to “B”

Socopó, Junio de 2013 

ÍNDICE

Introducción: Pág.

Canto XII……………………………………………………………04

Canto XIV…………………………………………………………..04

Canto XV……………………………………………………………05

Canto XVI…………………………………………………………..06

Canto XVII………………………………………………………….06

Canto XVIII…………………………………………………………07

Canto XIX…………………………………………………………..08

Canto XX……………………………………………………………08

Canto XXI…………………………………………………………..09

Canto XXII………………………………………………………….10

Canto XVIII…………………………………………………………10

Canto XXIV…………………………………………………………11

Conclusión………………………………………………………………….12

Anexos……………………………………………………………………...13

Referencias

INTRODUCCION

Conocer sobre las escrituras de homero resulta muy importante e interesante, entre lo más resaltante que se le atribuye tenemos una epopeya griega basada en la lucha de Troyanos y Aqueos conocida como la Ilíada, muy estudiada por las nuevas generaciones; es por ello que se muestran a continuación algunos de sus cantos tales como: el XIII, el XIV o el XV donde interviene de lleno la diosa Hera y demás que estaban muy al tanto de la batalla y las otras rapsodias realizadas por este exponente de la literatura hasta terminar el poema épico, dando punto final en el capítulo número XXIV.

CANTO XIII

Pasando el muro los troyanos, por diversas partes, matan a los aqueos, cuando Poseidón conmovido por la calamidad en su interior por Zeus, se acerca a los que defendían las naves. Oculto bajo forma humana para animar a los que se detenían, exhorta primero a los dos Áyax y después a los demás capitanes. Así los Áyax y otros, rechazan a Héctor de la matanza de las naves en plena fila de combate; al poco, Idomeneo, movido por Poseidón a combatir, habiéndose unido con Merión, socorre por la izquierda a los afligidos aqueos. Después se traba un feroz combate en el que Zeus favorece a los troyanos y Poseidón a los aqueos. Sobresale entre éstos, el valor de Idomeneo. Éste, da muerte a Otrioneo, Asio y Alcátoo y asimismo, en compañía de Merión, Antíloco y Menelao lucha con superioridad contra Eneas, Deífobo, Heleno y Paris. También detiene a Héctor quien hacía poco se hallaba en el centro del lugar y de tal modo lo apremian los Áyax y otros grupos, que ya se retiran los troyanos: pero fortalecido Héctor por el consejo de Polidamante, conduce repentinamente contra el enemigo a los que había reunido. Áyax da comienzo a un nuevo combate y se pelea por ambas partes con grandes clamores.

CANTO XIV

Néstor, atemorizado por el clamorío del combate, sale de su tienda en la que aún se curaba Macaón, para explorar los hechos en el lugar en que se realizaban. Agamenón, Odiseo y Diomedes, doliéndose aún por las heridas, le salen al encuentro cambiándose de lugar por la misma causa; el primero de los cuales angustiado por el éxito de la guerra y viendo ahora abierta la muralla, reflexiona sobre la huida. Odiseo reprueba esta determinación, y así Diomedes persuade a todos a que vuelvan a la batalla y que con su presencia ayuden a todos, dándoles certidumbre y consejos; al mismo tiempo Poseidón conforta a Agamenón que ya se iba y da fortaleza al ejército. Mientras tanto Hera, para elevar la moral de los aqueos, se arregla en su persona y se prepara delante de Zeus en el monte lda para atraerlo con todos los halagos de una esposa; para lo cual se coloca el cíngulo de Afrodita y hace venir desde Lemnos al dios Sueño, quien lo entretiene en el estado de descanso. Poseidón había puesto asechanzas en este tiempo, mediante el consejo de Sueño, la suerte de los aqueos que les devolvió auxiliándolos prontamente .Héctor, herido por el golpe de la piedra que le había lanzado Áyax, estaba sin alientos y fue transportado y curado por sus soldados. Combatiendo los aqueos a los troyanos, elevados ya sus fuerzas y espíritu de combate, los alejan de las naves, persiguiéndolos en primer término Áyax el menor.

CANTO XV

Despertando de su letargo Zeus, ve a Poseidón dando ayuda a los troyanos contra los aqueos .Enseguida, reprende ásperamente a Hera y manda llamar del Olimpo a Iris y Apolo; se sirve de ellos como de sus ministros para restituir sus fuerzas a los troyanos y simultáneamente predice toda la serie de designios hasta la destrucción de la ciudad. Habiendo regresado Hera a la morada de los dioses, Ares sabe por ella lo referente a la muerte de su hijo Ascálafo y se apresta para la venganza; Atenea reprime su cólera. Apolo e Iris se presentan ante Zeus y por mandato de éste obliga a Poseidón bajo amenazas a que abandone la guerra. Éste a pesar de estar lleno de temor aún se atreve a resistirse. Apolo alienta a Héctor, ya sanado y retirado del combate por esa causa, y renueva la suerte de los troyanos. Héctor acomete a los fortísimos aqueos que dejando de combatir se retiraban a las naves; mata a una parte de ellos; a otros los hace huir, yendo delante el dios, quien agitando su égida estremeció de temor a los aqueos y fortaleció a los troyanos, pues derribando el muro, preparó el camino para destruir al ejército. Por esta terrible desgracia que le comunicó Eurípilo, Patroclo regresó ante Aquiles y lo exhortó para que los ayudara en ese último trance. Mientras tanto los aqueos combaten terriblemente ante sus naves cayendo muchos de ambas partes. Finalmente ellos se retiran sin dispersarse entre las filas de las naves, desde las que Áyax Telamonio defiende del fuego, armado con una lanza, porque ya Héctor amenazaba quemar la nave de Protesilao.

CANTO XVI

Aquiles le presta a su amigo Patroclo que le suplicaba y pedía ayuda, sus propias armas y tropas para salir a combatir bajo la condición de que se contentase con rechazar a los troyanos de las naves y no se expusiese a mayores peligros .Debilitado ya el mismo Áyax, no pudo impedir que se pusiese fuego a la nave. Visto lo cual Aquiles, llama a su amigo a las armas, prepara las filas de los suyos, les habla y hechas las libaciones y las preces los despide. De pronto, habiendo visto el jefe de los mirmidones, aterrorizados a los enemigos, el engaño de la figura de Aquiles, libra del ataque a la nave y apaga el incendio. Comienza de nuevo la batalla y a los que huían cegados por el pavor, los persigue sobre la trinchera y aun a campo abierto .Enseguida, Glauco mata a Sarpedón, hijo de Zeus, habiendo quedado así vengadas las matanzas. Éste juntamente con Héctor y otros de los en terrible combate con los aqueos que arrastraban los despojos, les quita el cuerpo de Sarpedón. Apolo ve esto y por mandato de Zeus es lavado el cuerpo y ungido y llevado a Licia por sus amigos. Por aquel tenor de los acontecimientos el feroz Patroclo persigue a los troyanos hasta la ciudad, sube a su muralla pero es apartado de aquel lugar por el dios ; sin embargo, resiste de nuevo a Héctor que irrumpe lleno de fuerza, mata a su auriga Cebrión y se lleva el cadáver después de haberlo despojado. Finalmente mata a muchos de la masa de soldados hasta que Eufrobio lo hiere, aterrorizado él mismo por la fuerza de Apolo y despojado de sus armas; Héctor le da muerte e insta a Automedonte a encaminar el carro de Aquiles llevándolo junto a las naves.

CANTO XVII

Muerto Patroclo, Menelao mata a Euforbo y lo despoja de sus armas. Héctor por consejo de Apolo dejando de perseguir a Automedonte le quita los despojos y regresa, mientras Menelao hace venir a Áyax el mayor, para que cuide el cadáver. Héctor se retira ante Áyax, pero incitado por la reprensión de Glauco vuelve nuevamente, luciendo soberbiamente las armas de Aquiles, a fin de arrebatar el cuerpo y lleno de fortaleza anima a cada uno de los suyos en el mismo campo de batalla; simultáneamente llamados por Menelao acuden con presteza los más valientes aqueos. Así en un mismo lugar se origina un terrible combate entre Menelao y Héctor con cada una de sus tropas y pelean uno y otro con distinta suerte. Ellos para defender el cuerpo de Patroclo y éstos para que lo arrastren y sea causan de ludibrio. Zeus vuelve el vigor a los caballos de Aquiles que se dolían por la muerte de Patroclo y Automedonte los regresa al combate en unión con Alcimedonte. Héctor, Eneas y otros, atacan el carro de Aquiles para apoderarse de los nobles caballos y los aqueos sostienen con fiereza el ímpetu de aquellos, quienes tratan también de rescatar el cadáver. Entonces Menelao implora nuevas fuerzas a Atenea, y Apolo exhorta a Héctor con la aprobación de Zeus . Finalmente viene a menos la fuerza aquea, y aun el mismo Áyax Telamonio, tiembla,

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