Revolucion

Después del periodo de estabilidad y progreso que vivió la ciencia en México durante la segunda mitad del siglo XX, su estado actual es de franco estancamiento, y no por falta de talento, sino de apoyo por parte del estado. Esto incluye, entre otros factores, destinar una pobre inversión al sector, mantener una administración deficiente, la infraestructura inadecuada que tienen la mayoría de universidades y centros de investigación, así como la falta de diálogo entre gobernantes y científicos.

Lo anterior se desprende del seminario Reflexiones sobre el impacto de la revolución de 1910 en el desarrollo de la ciencia en México que ofreció aquí el Dr. Salomón Bartnicki García, un investigador del CICESE que, con 57 años de trayectoria en el medio académico, se definió a sí mismo como un observador de lo que ha sido el desarrollo de la ciencia en nuestro país durante los últimos dos tercios del siglo pasado.

Poniendo especial énfasis en el proceso revolucionario de principios del siglo XX, Salomón Bartnicki dividió en cuatro etapas los principales acontecimientos que marcaron esos años:

-De 1900 a 1910, el fin del regimen dictatorial de Porfirio Díaz.

-De 1910 a 1920, la decena trágica, con niveles de violencia increíble.

-De 1920 a 1930, los años de transición y turbulencia política.

-De 1930 a 2000, una etapa que si bien puede verse como 70 años de corrupción, impunidad y violación del sufragio, también significó la sucesión de gobiernos que propiciaron estabilidad y progreso para la ciencia, en especial los periodos de Lázaro Cárdenas y Luis Echeverría.

Las primeras etapas

De la segunda de estas etapa “rescató” la promulgación de la constitución de 1917, y de la tercera, las acciones emprendidas cuando José Vasconcelos asumió la rectoría de la Universidad Nacional y, posteriormente, cuando fue secretario de Instrucción Pública en los gobiernos de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, pues reorganizó la estructura de la universidad e impulsó el más ambicioso proyecto de difusión cultural en el país, con programas de instrucción popular como la primera campaña nacional de alfabetización, edición de libros y promoción del arte y la cultura.

Durante los años del caudillismo de Obregón y Calles, no sólo se fundó el Partido Nacional Revolucionario, primer antecedente del actual PRI, sino que también se fundaron el Banco de México, el Banco Ejidal Agrícola, la escuela de agronomía de Chapingo y se creó la primera línea aérea comercial del país.

Al asumir la presidencia de la república Lázaro Cárdenas en 1934, no solamente puso fin al “maximato” (periodo que debe su nombre a Plutarco Elías Calles -el denominado jefe máximo de la Revolución-, quien subordinó a sus intereses

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