Robando Africa

En Ruschlikon, un pequeño pueblo suizo, sus adinerados habitantes están recibiendo más impuestos de los que pueden usar desde que llegó Ivan Glasberg, el presidente de la gigante firma minera Glencore. Sin embargo, en Zambia, donde Glencore es dueña de la mayor parte de las minas de cobre, los impuestos son un asunto que está contribuyendo a la pobreza…

IMPUESTOS PARA LOS POBRES

Glasberg hizo una ganancia neta de $9.6 billones cuando su compañía se hizo pública en el 2011. El pago de impuestos por esta suma sobrecogió a las arcas públicas del pueblo, hasta el punto que el alcalde decidió bajar la tasa de impuestos al 7%.

Menos afortunados son los ciudadanos de Zambia, en donde Glencore es dueña del 73% de las minas de cobre Mopani (una de las operaciones mineras más grandes del país).

Desafortunadamente, las minas de cobre de Zambia no han hecho rico al país. Son compañías multinacionales quienes son las dueñas y se llevan las ganancias que, en los últimos diez años, equivalen a US$29 billones. Sin embargo, Zambia sigue estando en la lista de los veinte países más pobres del mundo. 

¿Por qué no se ha reducido la pobreza en Zambia mientras sí se han mejorado las condiciones de los habitantes de Ruschlikon?

Una vez más, la respuesta está ligada a la evasión de impuestos por parte de las multinacionales en Zambia. Esta evasión le cuesta a los países pobres cerca de US$160 billones al año, casi del doble de lo que reciben en ayuda para el desarrollo. Esa suma sería suficiente para salvar las vidas de 350.000 niños y niñas menores de 5 años.

Por cada dólar dado por la cooperación para el desarrollo, US$10 se pierden. Estos dineros son vitales y podrían ayudar a un país pobre a pagar sus servicios de salud, educación, pensiones e infraestructura. Este dinero permitiría a países pobres depender menos de la cooperación para el desarrollo.

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