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Robert Boisjoly y la tragedia del Challenger


Enviado por   •  27 de Abril de 2015  •  1.743 Palabras (7 Páginas)  •  925 Visitas

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Robert Boisjoly y la tragedia del Challenger.

Pensamos que el ing. Boisjoly mostro un comportamiento ejemplar en el cumplimiento de sus responsabilidades profesionales ya que dedicó gran parte de su carrera a un proceso de toma de decisiones basado en la convicción sobre los derechos y responsabilidades que tenía como ingeniero y también años después el ing. Boisjoly hablo sobre sus intentos para prevenir el desastre; sin embargo fue frustrado por el lento progreso debido a la falta de atención de la administración sobre su equipo de trabajo.

También penamos que es posible establecer un límite entre las decisiones de la ingeniería y las de dirección y seria que la dirección tendría que posponer el lanzamiento ya que los ingenieros les advirtieron sobre el posible fallo. La ingeniería debería rechazar completamente el lanzamiento por la posibilidad de fallo.

La lealtad que se expone en este caso es la del Ing. Robert Boisjoly por su honestidad e integridad que demostró durante y después del accidente del transbordador del Challenger.

La desobediencia se expone en la NASA ya que bajo la presión de tener que probar que el transbordador servía para lanzamientos sucesivos, las administraciones de la NASA y de sus contratistas prefirieron ignorar las advertencias de los ingenieros.

El resultado fue que una fuga de gas incandescente a través de estas juntas hizo estallar el transbordador con siete astronautas a bordo.

Los resultados fueron muy críticos ya que murieron siete astronautas.

Según la versión más popular, el accidente del Challenger se podía haber evitado fácilmente, ya que poco antes del lanzamiento numerosos ingenieros habían advertido de la inminente posibilidad de un fallo catastrófico en los cohetes de combustible sólido (SRB, Solid Rocket Booster). La NASA, prosigue la leyenda, ignoró estas señales y permitió el desastre. Lamentablemente, esta versión de los acontecimientos no es correcta.

Los hechos

El orbitador OV-099 Challenger resultó destruido el 28 de enero de 1986 a las 16:39:13 UTC, unos 73 segundos después del lanzamiento. La causa del accidente fue el fallo de los anillos aislantes (O-rings) de la junta inferior del SRB derecho. La estructura de estos aceleradores está dividida en varias secciones: algunas de las uniones ya vienen soldadas de fábrica, por lo que un SRB se monta en el Centro Espacial Kennedy a partir de cuatro segmentos solamente. Para sellar estas uniones, cada SRB incorporaba dos anillos de goma Vitton (actualmente son tres). Estos anillos debían impedir la fuga de gases incandescentes del interior cohete para evitar que la estructura exterior pudiera resultar dañada. En caso de producirse un escape, los ingenieros de Morton Thiokol -empresa constructora de los SRB, hoy en día ATK- esperaban que el anillo se comprimiese o se fundiese, sellando la junta. Un segundo anillo serviría de reserva si el principal fallaba.

El diseño era en apariencia correcto, pero presentaba un gravísimo inconveniente: la goma de los anillos era extremadamente sensible a las bajas temperaturas. Por debajo de los 4º C, los anillos sufrían una notable pérdida en su capacidad de sellado. La noche antes del lanzamiento, la temperatura en Cabo Cañaveral alcanzó los -8º C, la más baja registrada en la historia del programa del transbordador antes de un despegue. Paradójicamente, el Challenger debía haber sido lanzado el 27 de enero, un día antes. De hecho, el día 27 la tripulación llegó a ocupar la cabina esperando el despegue, pero un fallo de la escotilla principal obligó a retrasar la misión hasta el día siguiente. De haber sido lanzado el 27, es posible que se hubiese evitado la tragedia.

El día del lanzamiento, los oficiales de la NASA mostraron su preocupación por las condiciones climatológicas, principalmente debido a la presencia de fuertes vientos y a la formación de hielo en algunas de las estructuras de la rampa. Varios equipos fueron enviados a la zona para retirar el hielo, llegando a emplear redes de pesca en la tarea. Los directores del programa decidieron posponer el lanzamiento unas horas para que la luz solar pudiese derretir la mayor parte del hielo, pero algunas zonas del transbordador permanecieron en la sombra. Y entre ellas estaba la junta inferior del SRB derecho.

El mito

Una vez identificados los anillos aislantes de los SRB como los culpables del accidente, se creó la famosa Comisión Rogers para intentar explicar lo inexplicable: cómo había sido posible que un defecto de esta magnitud hubiese pasado desapercibido durante tantos años. La Comisión puso en evidencia los graves fallos en la política de seguridad de la agencia espacial norteamericana y, cómo no, varias miserias humanas. El mito que surgió a raíz de la Comisión nos cuenta cómo un grupo de valientes ingenieros de Thiokol (especialmente Roger Boisjoly) y de la NASA intentaron evitar el lanzamiento cuando conocieron las bajas temperaturas a las que estuvo sometido el transbordador la noche antes del despegue. De haberles hecho caso, la tragedia se podía haber evitado. Sin embargo, la pesada burocracia de la NASA y la cúpula directiva de Thiokol ignoraron estas quejas al estar sometidas a la presión de un exigente calendario de vuelos. Según esta versión, muy popular en la actualidad, el accidente del Challenger fue consecuencia

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