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Rusia En La Edad Media


Enviado por   •  31 de Agosto de 2012  •  2.319 Palabras (10 Páginas)  •  3.228 Visitas

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Rusia vivía aletargada en la Edad Media, a diferencia de Europa Rusia no había pasando el Renacimiento ni la Reforma los único que había vivido era el despotismo mongol. Los campesinos sólo conocían la dureza de la tierra, el látigo de su señor el murmullo de los pastores ortodoxos de las grandes iglesias Rusas, pero el aislamiento siguió siendo su mayor problema, Había una gran demanda potencial por los productos de sus bosques, pero los Moscovitas no podían aprovechar esos recursos debido a que suecos, polacos y turcos hostiles bloqueaban el mar y, por consiguiente la comunicación marítima con Europa. Solo se podía utilizar la ruta de Arcángel en el Mar Blanco fundado por Iván el Terrible, pero esa ruta solo era navegable en un periodo muy corto de la estación estival.

En 1689 comienza para Rusia una nueva época, pues pocas veces un hombre, un poco por la fuerza, hacia una extraordinaria transformación que lo acercaría a las naciones europeas occidentales, y convertiría a Rusia en un imperio moderno reorganizando el estado y el ejército, ampliando las posibilidades de la economía y haciendo que la población pasara de sus viejas costumbres a las modernas maneras de la Europa del siglo XVIII su nombre era Pedro Alekséyevich el Grande.

Su infancia

Pedro I perteneciente a la dinastia Romanov era hijo del zar Alexis y de su esposa Natalia Kirilovna Narishkina. Nació el 30 de mayo de 1672 en Moscú. El ambiente de inquietud, de terror, de persecución en cuyo seno estuvo sumergida su niñez constituía un temple de suprema fuerza vigorizadora para cualquier muchacho de corazón sano y ardiente. Pedro era menor de edad que su hermanastro Fiodor III(Teodoro III), que reinaría hasta 1682, y también que sus hermanos Iván y Sofía. A la muerte de su padre se abrió una época de confusión y violencia, puesto que Fiodor, enfermizo y débil, no pudo sostener con firmeza las riendas del poder. El desorden creció hasta extremos supremos al fallecer el joven zar, y en el tumulto creado por las pretensiones de la nobleza y del alto clero prevaleció al cabo la ambición de Sofía. La princesa decidió patrocinar la candidatura de Iván, igualmente incapacitado físicamente para el gobierno, a fin de poder ejercer la regencia en su nombre. Con la ayuda de los «Streltsí» (cuerpo militar de élite ruso), Sofia ejercerá la regencia como una autócrata durante la minoría de edad de su incapacitado hermano y de su hermanastro Pedro, mientras tanto, éste tuvo tiempo de frecuentar la llamada «colonia alemana» de Moscú y comprobar que los extranjeros que allí residían eran muy superiores a los rusos en lo que se refería a la educación, la cultura y, especialmente, la técnica.

Los juegos belicos del joven Pedro

Pedro alejado de la corte y ajeno al ceremonial palatino, Pedro pasó sus primeros años de la manera más ruda y silvestre. Vivió por lo general en el campo y cultivó la amistad de los campesinos y comerciantes junto con los cuales pasaba las horas en juegos rústicos y en simulacros de batallas. No dejaba de ser significativa la afición del joven príncipe a estos entretenimientos bélicos, y a medida que fue creciendo en edad les fue prestando más volumen y complicación. Llegó incluso a organizar dos regimientos de muchachos, a los cuales denominó Preobrazhenski y Semenovski, a tenor de los pueblos de donde procedían. Es de hacer notar que estos dos cuerpos sobrevivieron durante dos siglos y que se convirtieron en los dos regimientos más ilustres de Rusia, tanto por su historial militar como por su pompa cortesana. A partir de los doce años, Pedro comenzó a construir para sus juegos fortalezas de madera con cimientos de barro, dotadas de murallas, fosos y baluartes. La mitad de sus huestes juveniles tenía que situarse dentro del castillo, y la otra mitad, mandada por el príncipe, tenía que dar el asalto y tomarlo, cabe destacar que en estos entrenamientos morían algunos muchachos por la extrema violencia de los juegos.

El alejamiento de Sofia

En el verano de 1689, Pedro planeó retomar el poder de las manos de Sofía, cuya posición se había debilitado por culpa de las dos campañas de Crimea fallidas. Cuando se enteró, Sofía comenzó a conspirar con los miembros del Streltsi. Desafortunadamente para ella, Pedro, avisado por el Streltsi, escapó en mitad de la noche al impenetrable monasterio de Troitski, en donde fue atrayendo poco a poco a sus partidarios y a otros, que pensaban que podría ganar la lucha por el poder. Sofía fue depuesta, con Pedro I e Iván V todavía actuando como co-zares. Pedro obligó a Sofía a recluirse en un convento, en donde ella se vio obligada a dejar su nombre y posición como miembro de la familia real. Mientras, Pedro no podía adquirir el control total sobre los asuntos rusos. El poder lo ejercitaba su madre, Natalia Narýshkina, y no fue hasta su muerte en 1694 cuando Pedro consiguió la verdadera independencia. Formalmente Iván V seguía siendo el colega en el puesto con Pedro, si bien no ejercía como tal. Pedro se convirtió en el único dirigente a la muerte del enfermizo Iván V en 1696.

La toma del poder

Pedro,ya mayor de edad, fue proclamado zar. El susceso significaba pasar del simulacro

a la realidad, del juego a la legislación, del dominio sobre unas bandas de muchachos al imperio sobre millones de hombres e implicaba la posibilidad y el deber de convertir en hechos inmediatos los ensueños de la juventud. Pedro tenía que comenzar sus arduos trabajos. Convenía, luego, completar la unión de diversas nacionalidades integrantes del pueblo ruso, sacudir las rémoras espirituales que le mantenían en el atraso y proporcionarle la misma vibración activa que animaba a los occidentales. Pedro impulsó una serie de reformas buscando modernizar Rusia. Influido fuertemente por sus asesores occidentales, Pedro reorganizó el ejército ruso de acuerdo con los estándares europeos de la época, y soñó con hacer de Rusia un poder marítimo. Encontró una fuerte oposición interna a sus políticas, pero acabó con todas ellas, la rebelión de la guardia Streltsi, durante esta última rebelión, el zar se encontraba fuera de Moscú. Cuando Pedro regresó, castigó duramente a los streltsí, llegando a cortar personalmente las cabezas de algunos de ellos. En 1698 los streltsí desaparecieron finalmente. Los Baskires, los Astracán e incluso la gran revuelta civil de su reino, la rebelión de Bulavin todas fueron sofocadas brutalmente.

sus primeros años

A Pedro le obsesionaba la idea de poner fin al distanciamiento con respecto a Europa en el que vivía Rusia y su propósito era abrir un acceso al

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