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TRICOTOMÍA


Enviado por   •  8 de Noviembre de 2013  •  2.493 Palabras (10 Páginas)  •  275 Visitas

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TRICOTOMÍA

Charles S. Peirce (1888)

Traducción castellana de Uxía Rivas (1999)

MS 1600 [No publicado previamente.] Escrito (probablemente para una presentación oral) a principios de 1888, muy poco después de completar el ítem 19, este escrito mecanografiado de tres páginas (encontrado en uno de las trece cajas de MS 1600) es una especie de resumen de algunos de los principales puntos de "Una respuesta al acertijo." Además, incluye una discusión de las categorías de Peirce aplicadas a los signos (un tema que había sido proyectado para el segundo capítulo no escrito de "Respuesta") y una comparación de sus opiniones sobre el asunto de la expresión dramática y de los principios del ser con los del dramaturgo de Nueva York y director de teatro Steele MacKaye. El título del artículo es una de las alternativas que Peirce había considerado para su proyectado "Uno, dos, tres," que después resultaría ser "Una respuesta al acertijo."

TRICOTOMÍA es el arte de hacer divisiones triádicas. Tal división depende de las concepciones de primero, segundo y tercero. Primero es el comienzo, aquello que es fresco, original, espontáneo, libre. Segundo es aquello que está determinado, terminado, acabado, que es correlativo, objeto, necesitado, reacción. Tercero es el medio, lo que llega a ser, lo que se desarrolla, lo que se produce.

Una cosa considerada en sí misma es una unidad. Una cosa considerada como correlato o dependiente, o como un efecto, es segunda con respecto a algo. Una cosa que de algún modo pone en relación una cosa con otra es un tercero o medio entre las dos.

La Primeridad o frescura puede tener múltiples variedades, o más bien la arbitrariedad y la variedad son su esencia, pero es absoluta y no es susceptible de diferencias de grado. Puede estar presente más o menos, pero no tiene diferentes órdenes de complicación en sí misma. La Segundidad, por otro lado, puede ser genuina o degenerada. La segundidad degenerada tiene dos variedades, ya que un objeto singular considerado como segundo de sí mismo es un segundo degenerado, y un objeto considerado como segundo con respecto a otro con el que no tiene una conexión real, de tal modo que si ese otro se considerara aparte tendría aún esos mismos caracteres que estaban implicados en la relación, es también un segundo degenerado. La segundidad genuina es una conexión dinámica; la segundidad degenerada es una relación de razón, como un mero parecido. La Terceridad tiene dos órdenes diferentes de degeneración. La terceridad genuina es donde, de los tres términos A, B, C, cada uno está relacionado con cada uno de los otros, pero con una relación que subsiste solamente en virtud de un tercer término, y cada uno tiene un carácter que le pertenece solamente en tanto que los otros realmente lo influencian. No sería suficiente decir que la conexión entre los términos es dinámica, ya que la fuerza sólo subsiste entre pares de objetos; deberíamos mejor usar la palabra "vital" para expresar el modo de conexión, ya que donde quiera que hay vida, generación, crecimiento, desarrollo, ahí y sólo ahí hay una terceridad genuina. La terceridad del primer orden de degeneración se da cuando dos de los tres términos son idénticos, de tal forma que el otro únicamente media entre dos aspectos del mismo objeto o donde de alguna manera no hay una conexión vital entre A, B y C, sino sólo una conexión dinámica entre A y B, y otra entre B y C, produciendo entonces una conexión dinámica entre A y C. El segundo orden de degeneración se da cuando ni siquiera hay una conexión dinámica entre los términos o por lo menos cuando la terceridad no consiste en eso [aunque podría ser necesario para el establecimiento de la terceridad] sino cuando los tres términos son virtualmente idénticos o están conectados por simples relaciones de razón.

La expresión es una clase de representación o significación. Un signo es un tercero que establece una mediación entre el objeto representado y la mente dirigida a él. Si la terceridad es no-degenerada la relación del signo con la cosa significada es tal que sólo subsiste en virtud de la relación del signo con la mente intencional; es decir, el signo se relaciona con su objeto en virtud de una asociación mental. Los modos convencionales de expresión, y otros modos que dependen de la fuerza de asociación, entran ampliamente en todos los campos de estudio. Ellos constituyen el grueso del lenguaje. Si la terceridad es degenerada en el primer grado, el signo media entre el objeto y la mente en virtud de conexiones dinámicas con el objeto por un lado y con la mente por otro. Esta es la única clase de signo que puede demostrar la realidad de las cosas, o diferenciar entre cosas exactamente similares. Como si yo camino solo en una noche oscura, y repentinamente un hombre salta de una esquina con un "¡Jop!" y entonces hace que me dé cuenta de su presencia de una manera particularmente viva. Sería imposible seguir una prueba geométrica sin las letras que están vinculadas a las diferentes partes de una figura y que de este modo dirigen la atención a la fuerza al objeto correcto. De igual modo el dramaturgo consigue a menudo el efecto mental deseado en la audiencia a la fuerza al afectar directamente el sistema nervioso, sin apelar a la asociación; o puede despertar la atención de la audiencia, igual que el sacerdote que anuncia a voz en grito el comienzo de una nueva sección en su sermón, o puede dirigirse a una parte particular del escenario, como lo hacen los malabaristas. Si la terceridad es degenerada en el segundo grado1, la idea en la mente intencional, el objeto representado y su representación están conectados sólo por un parecido mutuo. El signo es una semejanza; y este es el principal modo de representación de todo arte. Aquí no hay una nítida discriminación entre el signo y la cosa significada, la mente flota en un mundo ideal y no se pregunta o se preocupa de si es real o no. Este carácter da lugar a una notable diferencia entre esta clase de representación y la segunda; y ésta es la razón por la cual el uso del segundo modo de representación es tan poco artístico. De nuevo, el tercer modo de representación es no analítico, presenta al objeto total tal como existe en las relaciones y puntos concretos y no meramente abstractos de ese objeto; y esto constituye un marcado contraste con respecto al primer modo de representación; y esto es lo que hace que el primer modo de representación sea no artístico. El sr. Mackaye divide la expresión dramática en pantomima, voz y lenguaje2. Una persona a primera vista haría la división en habla y gesto, y esto, sin duda, respondería mejor a algunos propósitos.

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