Tras la Revolución, México se encontró con nuevos retos, como el establecer un gobierno diligente de la población nacional
Christian SetrocEnsayo14 de Noviembre de 2016
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INTRODUCCIÓN
Tras la Revolución, México se encontró con nuevos retos, como el establecer un gobierno diligente de la población nacional, que desde todo punto social, homogeneizara y cubriera necesidades “básicas” de un país y no solo de las minorías, entre ellos el rubro de la educación.
Constantemente nuestra nación ha tenido y propuesto diversos moldes educativos que lleven a nuestro país a tener un conocimiento cosmopolita, pero muchos de ellos han sido planeados y/o ejecutados con visiones distintas.
Desde la etapa revolucionaria de México, se encontraron hombres y mujeres con intereses de culturizar a la masa poblacional mexicana, entre ellos encontramos a Justo sierra, José Vasconcelos Calderón y el protagonista de este trabajo Moisés Sáenz.
Moisés Sáenz Garza hermano de Aarón Sáenz, fue el hombre visionario a favor de las clases indígenas, campesinas y mestizas en cuestión social.
El motivo por el cual se ha decidido el tema que ramifica este personaje, es que existen publicaciones variadas sobre las acciones propuestas por él, aunado a una base sólida a partir de libros de su autoría, gratamente útiles para nuestra investigación monográfica. Además de un interés genuino destilado a partir de ideologías visionarias y conciliadoras sobre México y su educación.
IMPORTANCIA EN EL PRESENTE
El tema a tratar en las siguientes páginas aparentará para muchos, una de tantas promesas que se han destinado para el pueblo mexicano, y posiblemente encasillado en un rubro meramente educativo. Pero cabe destacar que ideas previstas por Moisés Sáenz consideraban visiones iniciadas con la problemática social de acuerdo a la pluriculturalidad de nuestro territorio en conflicto de la educación que prevé civilizar a un grupo de personas considerando que esta acción uniformaría. Por ello conocer y concebir los propósitos de la integración de una nueva institución educadora en México pos-revolucionario dejará la simple
Imagen de un cambio de vestimentas (uniformes) de la trayectoria “Primaria-Secundaria-Preparatoria” para comenzar a captar la ideología de los hombres visionarios para el bien social del México moderno.
HIPÓTESIS
El modelo institucional “Secundaria” impulsado en los años 30, a cargo de Moisés Sáenz, permitía una capacitación estudiantil, destinada al México Indio y campesino, para proteger y conciliar su cultura y educación, sin embargo resulto inútil desde sus orígenes, pues es realizado para ellos pero sin ellos.
PERIODO
Consideramos los años de 1924 a 1935, puesto que desde aquellos años Moisés Sáenz comienza su investigación de campo en regiones como San Luis Potosí y otros en materia de educación, observando y haciendo anotaciones sobre el trato y el trabajo que realizan los maestros en las aulas; aunado, al cargo que recibe en la Secretaria de educación Pública, tratando los puntos de su diligencia y posteriores, con sucesores de la Secretaría, hasta el hecho de que en 1935 la educación que México tendría es la otorgada por Lázaro Cárdenas.
PARTES
En el siguiente trabajo se desarrollará el tema de los intereses y objetivos por los cuales se vería involucrado la cultura, fracasos y problemas por los que se enfrentó el modelo educacional de Moisés Sáenz.
CAPITULO I
La idiosincrasia mexicana, ¿Un problema al nuevo modelo de educación?
CAPITULO II
La jerarquía, la educación y la visión de las clases bajas punto de integración nacional.
CAPITULO III
La planeación y ejecución de la secundaría: objetivos, visiones e intereses.
CAPITULO IV
La integración de la sociedad y las instituciones para lograr un cambio verdadero donde cada uno de ellos definirá el rumbo del proyecto.
CAPITULO V
Las fallas de planeación y ejecución del ideal secundaria previsto por Moisés Sáenz.
CAPITULO I
LA CULTURA MEXICANA
Moisés Sáenz Garza nació en Mezquital, Nuevo León, el 16 de febrero de 1888. Educador, diplomático y político mexicano, graduado de la Escuela Normal de México, que tempranamente fijo su interés en el desarrollo del país, esto demostrado con su Tesis “La Educación Comparada (E.U.A y Europa)”. Desempeño cargos como director de la E.N.P., y en 1924 ingreso en la Secretaría de Educación, como oficial mayor que posteriormente en junio de 1925 se le promovía a la subsecretaría.
Sáenz mencionaba que México es un país de variedad y contraste. En el hecho biológico: con una descendencia original indígena, con posteriores corrientes Ibéricas, logrando la mezcla imprecisa del mestizo; Culturalmente, como un pueblo de regiones llamadas por él “Patrias chicas”1.
Para comenzar a comprender el matiz complicado de la tradición cultural mexicana y su riqueza, tenemos que considerar el hecho de que la mayor parte de nuestras costumbres son de origen indígena, articuladas con lo mucho que de España tenemos; ambos son anticuados y nos ha llevado al estancamiento de la evolución de la propia idiosincrasia. Por ello un proceso de cambio de la vida del pueblo conllevaría a reestablecer o adecuar los intereses básicos de la vida primitiva2
- Como conservar la vida.
- Como ganarse la vida.
- Como formar la familia.
- Como gozar de la vida.[pic 5]
1 Sáenz, Moisés. México Integro. P.90.
2Ibid., p. 94
Estos intereses son los que rigen a cualquier persona perteneciente a una comunidad y se presentan como retos a los cuales, una educación integra, tendrá que enfrentarse, en primer punto, porque la vida se desarrolla más fácilmente y segunda, el hecho de que se encuentra arraigada como esencia de cada persona. Actividades que a partir de la revolución se comenzaron a establecer “conocidos” ahora como básicos: el cambio en una dieta variada, introducción al pueblo del agua potable, revivir el ingenio artístico y las acciones coordinadas, son propuestas que desde el punto de vista inicial de la revolución no se tenía vislumbrados, puesto pasaban a tomar un papel secundario.
Las características del pueblo mexicano pueden entablase en su convivencia meramente tradicional y emotiva, donde el medio de comunicación es oral y los conocimientos son guardados localmente con recelo.
Aunado a un México individualista lleno de organismos autocráticos3 : La iglesia, el Estado y el Capitalismo, autoritarios y centralistas, mismos que se han encargado de dominar y explotar a cada uno de nosotros.
Y por último un ideal que cree el concepto “individualista” como comunal, puesto que nuestro país es de y para la familia, donde se trata de vivir posiblemente escondido, pero en paz; donde se satisface con comer diariamente y donde por un apoyo y un sentimiento paternalista hacia ellos, se convierta en motivo por el cual someterse, que a pesar de ser un pueblo surgido de la tierra y con gran sentimentalismo fraternal sigue des-privilegiando propiamente a su gente siendo todos iguales pero con caminos diferentes. Ese fue y aún sigue siendo nuestro México. Un país de apariencias.
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3 Sáenz, op. Cit. p. 98.
CAPITULO II
LA EDUCACIÓN
Ciertamente a pesar de la problemática que nuestro país tenga para desarrollarse como lo que es “una nación”, debe de tener características aunque no iguales, similares; por ello manifestar la prioridad del modelo de Sáenz con respecto a la educación en un país de tales caracteres, somete a una especificación del hecho que tomara un agente civilizador “la escuela”, que no se refiere a uniformar a la población, sino por el contrario, homogeneizar la pluralidad ideológica de la sociedad. Por ello dejar de plantear a la escuela solamente como un instituto de aprendizajes “académicos” donde se ilustra, se enseña a leer, se establece normas, y sujeta la actividad y cultura del individuo, rigiendo sus propios modelos para llevar a una educación posiblemente cosmopolita, pero con la pérdida de su identidad como raza4 y como nación.
El manifestar en las masas el hecho de compartir y por supuesto convivir conlleva al molde socialista donde se pretende establecer el equilibrio entre el individuo y el grupo, molde en el cual la educación tomara parte fundamental del cambio no solo idiosincrático puesto que a partir de este, surgirá el hecho práctico. Llevando así los anhelos revolucionarios intentando no aprender a leer y escribir por el mero gusto, sino por el hecho de compartir, puesto que comunicarse no solo se limitaría a la forma oral, sino integrara la práctica de lo que se aprende, donde se goce de los resultados y por supuesto donde el conocimiento se mantenga en constante traslado pasando de dejar ser local a lo nacional, abandonando no solo el conocimiento internacional llamado “básico”, sino también a la integración de la tradición y de las costumbres, permitiendo seguir con nuestra identidad y así mismo colocándonos en el plano internacional como competentes.
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