Un viaje a bandurria
arteatros12 de Enero de 2012
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“AÑO DEL CENTENARIO DE MACHU PICCHU PARA EL MUNDO”
Facultad Ciencias Sociales
Escuela Académico Profesional de Ciencias de la Comunicación
TRABAJO:
“UN VIAJE A BANDURRIA’’
Curso: Lengua y Redacción II
Docente: Augusto, Escalante Apaestegui
Presentado por:
Lazaro chinga, Renzo
II ciclo 2012
“El siguiente trabajo
Está dedicado
Al aire”
El viaje
El viaje a bandurria, no dejo de ser relevante en el salón y ya muchos preguntaban por él. Lo que recuerdo de aquel día fue que… aquel día, comenzó tarde y habíamos hecho muy pocas horas de clase, aquel día solo estábamos esperando que llegara Escalante, para ir rumbo aquella caminata, la cual dejo a muchos fatigados y a otros con delirios. Aunque yo no era ajeno a esta primera sensación, en ese momento, quería solo vivir ese paisaje.
Una gris y ardiente playa al lado derecho, claro si vamos al sur. Yo iba casi siempre al último y una que otras veces me escapaba para que pudiera estar.... todo aquel viaje tuve siempre a alguien de compañía, que hacia la trama de esta historia divertida; romper con la monotonía, era lo más esencial. Desde que salimos de manzares -Eso fue lo que llamo, lo que se puede esperar ¿No?-; el calor ya era implacable, y llevo a una compañera a imponer su sistema capitalista y no compartir los marcianos que nos había traído para ese entonces.
había tenido una ligera noción de lo que iba a ser el hambre y la sed para ese momento del recorrido, así que lo que hice fue asegurarme con dos aguas que solo me duraron hasta la entrada del colorado, también lleve algo de fruta, que tampoco fue suficiente, tanto ni para mi, ni como para mis compinches, que estábamos esperando algo mágico para esa muy tarde mañana, algo tal vez como… delfines o tal vez lobos en las aguas de playa chica, era lo justo, pero la única anécdota fue la las zapatillas rotas de Mayra, una compañera que a pesar de su dolor hiso matar de la risa a muchos.
Todas esas formas que dibujaban las peñas, la fuerza de la marea golpeándolas y los que parecían cangrejos con sus movimientos, tan rápidos como las que parecían lagartijas que huían hacia arriba. Todo esto que ya estábamos dejando atrás para llegar hasta donde yo lo llamaría, un nuevo camino conocido –claro que me gustaría ir nuevamente si tuviera la oportunidad, pero esta vez seria en invierno - , yo antes de esto, solo habría llegado hasta playa chica, pero luego, el resto del camino que faltaba era, el doble de lo que era hasta entonces ya habíamos avanzado.
La única persona que se veía con aires de frescura a pesar de lo que ya habíamos avanzado era Escalante, tenía hambre y unas ganas terribles de meterme a nadar al mar, mas luego lo pensaba, con que prendas me iba a tener que ir. Recordé por ese instante la historia de aquel grupo, que llevo una gran olla con un pavo, ¡si un gran pavo!, hubiera estado, hubiera faltado con el hambre que ya muchos traíamos (se les veía en sus caras).
Muy delante de playa chica, hay una subida muy cansada que después de pensarlo acordamos con unos colegas, ir a pasos largos. Otra cosa divertida que logramos hacer, fue caminar sobre las totoras y pensar que en cualquier momento podíamos caer, fue todo una hazaña lograr escapar de aquello al puro estilo Indiana jones, hubo quienes quisieron quitar credibilidad a las novedades que nos traería el viaje, las cuales menos mal ignoraba. Por esto, algunos compañeros faltaron.
La playa con muy poca arena, que con un diámetro del ancho llegaba a tan
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