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Unificación Italiana y Unificación Alemana


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2015  •  Resúmenes  •  1.506 Palabras (7 Páginas)  •  113 Visitas

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Unificación Italiana

También llamada il Risorgimiento, fue un movimiento político que pretendía unificar los distintos estados de la Península Italiana. Aunque no se tiene fecha exacta de su inicio o su final, se cree que comenzó en el año 1815 con el Congreso de Viena y el fin del Imperio Napoleónico, y terminó en algún momento alrededor del año 1871 con la Guerra Franco-Prusiana y la incorporación de los estados de la Iglesia.

Desde la desaparición del Imperio Romano, los pueblos de Italia no habían logrado unificarse, sino que se hallaban fraccionados en siete estados independientes, a pesar de que todos ellos pertenecían a una misma raza, credo y pasado histórico. Pero, es en la segunda mitad del siglo XIX, que el anhelo nacionalista que agitó Europa, se mostró vigoroso en Italia y fue así como los estados Italianos, tras vencer varias dificultades, y gracias a la labor sacrificada y heroica de muchos de sus patriotas, consiguieron unificarse, formando así una sola nación, que tomaría el nombre de Reino de Italia.

Principales forjadores de la Unificación Italiana.

Los principales protagonistas de esta Unificación fueron: el rey de Cerdeña, Víctor Manuel II de Saboya, su ministro, el eminente patriota Camilo Cavour, y Giusppe Garibaldi, un valeroso y desinteresado patriota liberal. El rey Carlos Alberto de Cerdeña, padre de Víctor Manuel de Saboya, así como José Mazzini desempeñaron también un importantísimo papel en este hecho histórico.

Etapas de la Unificación Italiana

Guerra contra Austria e Incorporación de Lombardía.

El rey de Cerdeña. Víctor Manuel II, y su primer ministro Camilo de Cavour, fueron quienes llevaron a cabo la unificación de Italia. Estaban convencidos de que para llevar a cabo la unificación, debían enfrentarse a Austria, principal enemiga de la unión, y quien se había hecho con los estados de Lombardía y Venecia. Fue así como pactaron secretamente, junto con Napoleón III, emperador de Francia, quien también tenía puesta su mirada en Saboya y Niza.

La campaña militar, que fue de corta duración, dio la victoria a los franco-sardos. Luego, Napoleón III firmó por separado y en forma inesperada, un tratado con Austria, por el cual Lombardía pasaba a poder de Víctor Manuel II, pero quedaba aún bajo dominación austriaca. Por otro lado, este tratado establecía también que Francia obtenía las regiones italianas de Saboya y Niza.

Unión de los estados de Parma, Módena y Toscana.

La victoria sobre Austria despertó el sentimiento nacionalista entre los estados de Italia Central. Un plebiscito realizado en 1860, determinó la incorporación al reino de Cerdeña (base de la futura Italia), de los estados de Parma, Módena y Toscana.

La revolución de las Dos Sicilias.

Giuseppe Garibaldi, eminente patriota, con el apoyo secreto de Cavour, desembarcó en Sicilia y se apoderó de la isla, al mando de Los mil camisas rojas; poco después ocupó el reino de Nápoles.

El ejército Sardo, al mando de Víctor Manuel II, después de conquistar los estados de la Iglesia, excepto la ciudad de Roma, se unió a Garibaldi. Las Dos Sicilias declararon su unión al reino de Cerdeña y, el 13 de marzo de 1863, el primer parlamento nacional proclamó a Víctor Manuel II Rey de Italia.

Incorporación de Venecia.

Para conseguir la incorporación de Venecia a su reino, Víctor Manuel II entró en alianza con Prusia, rival de Austria. Prusia, como ganador de la batalla contra Austria, la obligó a devolver los territorios de Venecia a Italia.

Incorporación de Roma y conclusión de la unificación Italiana.

Con la reciente unión de Venecia, solamente faltaba la incorporación de los Estados Pontificios, y sobre todo, de la ciudad de Roma, para dar por concluida la unificación de Italia. Víctor Manuel II se había comprometido con Napoleón III a mantener el dominio del Papa sobre la capital del mundo católico. Garibaldi propuso una primera tentativa en 1862 para ocupar Roma, la cual fue rechazada por el ejército sardo. Una segunda tentativa, fue rechazada también por la guarnición francesa que custodiaba Roma en 1867, pero la situación cambió por completo tres años después, cuando estalló la guerra Franco-Prusiana, pues Napoleón III debió retirar la guarnición que custodiaba Roma.

Inmediatamente, Víctor Manuel II ordenó a sus tropas italianas ocupar Roma a pesar de la resistencia de la guarnición papal y las protestas del pontífice. Víctor Manuel II se instaló en el palacio de Quirinal, y declaró que Roma era la capital del Reino de Italia. El papa se negó a aceptar la unión de Roma y desconoció la autoridad de Víctor Manuel II. En signo de protesta, el papa se encerró en el palacio del Vaticano, considerado prisionero. Así nació la Cuestión Romana, que se prolongaría por casi sesenta años (1870- 1929)

Por el Tratado de Letrán, firmado en 1929 entre Benito Mussolini y el Papa Pio XI, quedó solucionada la Cuestión Romana. En este Tratado se reconocía la existencia del Estado del Vaticano, el cual quedaba dentro de la ciudad de Roma, y el Papa era reconocido como su soberano.

La unificación Italiana era una realidad.

Unificación Alemana

Hasta mediados del Siglo XIX Alemania no había constituido una nación unificada, sino un conjunto de 38 estados independientes que formaban la llamada Confederación Germánica. Entre dichos estados, sobresalieron por su importancia, el reino de Prusia, que agrupaba a pueblos de origen germánico, y Austria, poblada por diversidad de razas. Las guerras Napoleónicas y el anhelo nacionalista que agito a Europa, hicieron que los pueblos germánicos aspirasen también a formar un solo estado poderoso, una sola Nación, esta fue Alemania.

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