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Aldivijo - Una Historia De Ciencia Ficcion Escrita Por Hugo Alín Tumalán Mata


Enviado por   •  10 de Abril de 2014  •  3.279 Palabras (14 Páginas)  •  273 Visitas

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I

En el año 3405 la tierra tenia un aspecto desértico, producto de las diferentes batallas que estallaron alrededor del planeta que algún día se caracterizo por ser azul; la civilización era escaza, sobrevivían solo los más fuertes y los que se mantuvieron aislados en la zona más remotas, los alimentos escaseaban en aquellos días y la Tierra estaba en cuenta regresiva para ver su fin, los humanos acabamos con nuestros recursos naturales y con un mineral que era de suma importancia para el equilibrio del planeta. Azcrol, era el compuesto que necesitábamos, resultado de la unión de dos minerales llamados Ogeuf y Olieh; el cual la raza humana acabo con dicho compuesto.

La esperanza de la Tierra era un científico que habitaba en el anonimato, su nombre era el Dr. Xela ,el cual tenia una teoría defendida por unos escritos del milenio pasado que relataban la vida en un planeta cercano a nuestra Tierra pero no perceptible a nuestros ojos, ya que se encontraba en una dimensión que no enfocaba nuestra vista; El compartía ideas sobre la teoría con su fiel asistente la señorita Rome, ellos describían aquel planeta llamado ALDIVIJO con un ecosistema muy diferente al que nosotros conocíamos pues este planeta no tenia efecto de rotación y por aquel motivo por un lado se mantenía al rojo vivo por causa del calor solar y del otro un oscuro paisaje helado, y en sus distintos polos se encontraban aquellos minerales con los cuales podríamos evitar el cercano apocalipsis.

Los escritos relataban un mágico portal ubicado a 55oO a 85oO y de 30oN a 40oN conocido el “Limbo de los perdidos” del cual se conocían ya varias historias y teorías, mas no se habían comprobado su causas.

II

Srta. Rome: Dr. Xela es el momento en el que debemos actuar, la humanidad cada vez

pierde más las esperanzas y su destino esta en nuestras manos.

Dr. Xela: No contamos con el apoyo suficiente aun Srta. Rome, son pocas las posibilidades de que podamos emprender la expedición pues como usted sabe, no contamos con el apoyo de nuestras autoridades, tenemos que planear perfectamente esto...

¡Se equivoca doctor! – Exclamó la Sr. Rome sin dejar terminar las palabras del doctor – Recuerde que contamos con el apoyo de aquel Coronel que conocimos en las playas de Dubái, el cual compartía el mismo interés por salvar nuestra Tierra y creía en nuestro proyecto.

-Tiene razón Srta. Rome hágame el favor de contactar al Coronel Egroj.

Esa misma tarde la Srta. Rome contacto al Coronel Egroj, el cual sin dudar les brindo su total apoyo con un grupo de hombres fuertes, expertos en el arte de la supervivencia.

En menos de diez días tenían todo preparado para zarpar hacia su misión, El Limbo de los perdidos, en el viaje también se encontraba el capitán de la marina Esoj, Perito en el área a explorar, y prácticamente a su lado aseguraban el triunfo de la expedición.

III

El día de la expedición era cálido y tranquilo, pareciera que todo podría llevarse a cabo

con facilidad, sin embargo, llegando al área del Limbo de los perdidos, el clima cambio, El Capitán Esoj con sus habilidades pudo llevar a la tripulación de manera controlada por mucho tiempo, hasta que un rayo misterioso ataco la nave en la que se encontraban a bordo los soldados, la tripulación luchaba contra la marea y la sorpresiva tormenta a la que se enfrentaban, algunos perdieron la vida al instante, mientras los mas suertudos lograron aprehender restos de la nave que usaron para no ser tragados por las aguas,

-¡Dr. Xela! –gritaba con angustia la Srta. Rome mientras el Coronel Egroj la tomaba con un brazo y nadaba contra corriente, en realidad, no se podía distinguir cual seria la manera correcta para direccionar sus brazadas, pues llegaban olas por doquier.

Por otro lado, muy exhaustos el Dr. Xela, el Capitán Esoj y un grupo de hombres lograron apoderarse de un gran pedazo de aquel majestuoso Buque de aspecto indestructible, que al pasar las horas iba menguando tanto el pedazo de buque, como el numero de hombres.

La marea los arrastro a hasta un misterioso remolino que se formaba por las vulnerables corrientes; una vez que creían estar perdidos y en lo profundo de las aguas, comenzó a girar en dirección contraria aquella calamidad, y para sorpresa de nuestros héroes, los regreso a flote y las aguas fueron tomando serenidad.

Marinos e investigadores, un equipo de alrededor de 120 hombres y mujeres con los que contaba la humanidad, fuertes e invencibles según la opinión de cualquier persona que sabe reconocer la valentía, todos fueron tragados por el mar, a excepción de 4 marinos, 5 soldados y nuestro equipo de investigadores, el Dr. Xela, la Srta. Rome, el Coronel Egroj y el Capitán Esoj, que por supuesto fueron resguardados en primer lugar por los fuertes hombres.

Habían llegado repentinamente a una costa un tanto extraña, pues reconocían el perímetro a la perfección, y sabían que no eran las playas de Florida, Puerto Rico y mucho menos la Habana, algo les hacia pensar que llegaron a algún archipiélago sin descubrir, pero cierto pez de aspecto no terrenal, les hizo darse cuenta que habían dejado el planeta Tierra; detrás de ese gran pez de mágicos colores le siguió un gran

banco de peces que se deslizaban por los aires, similares a los que nos brindan su espectáculo cuando logran brincar y engañar al espectador, que sus largas aletas fueran un par de majestuosas alas.

El cielo tenia un aspecto rojizo, similar al atardecer que se refleja en las costas de México en los días de otoño, azorados del espectáculo que percibían, se acercaban a asegurarse en tierra, y al caminar sobre las playas creían soñar, pues los arboles contenían frutos realmente fascinantes, brillaban como focos que adornan un árbol en vísperas de año nuevo, el viento era fresco y al respirar las heridas que aquel desastre inesperado dejo en sus cuerpos agotados, podrían cicatrizar de manera asombrosa.

Atónitos se encontraban aquellos viajeros los cuales concluyeron que realmente habían llegado a su destino, de una manera que tal vez no se imaginaron, pero ahí se encontraban. Mutin era el nombre un marino, el cual se atrevió a bajar un fruto de aquellos arboles y al instante se abrió soltando un destello que causo un brinco en todo el grupo, del fruto cayeron semillas que al hacer contacto con la tierra germinaban de manera rápida.

Exploraban aquel lugar como un pequeño jovencito que entra por vez primera al parque de diversiones, cuando de repente una morada un tanto familiar a las que construyen los hombres en el planeta Tierra capto su total atención, temerosamente dirigieron sus pasos a aquella casa elaborada por unas manos tal vez inexpertas en la construcción, puesto que carecía de detalles a los que un ser humano cualquiera del tercer milenio estaba acostumbrado.

Mutin dio a notar su valor y curiosidad, por lo que fue el que encabezo aquel desfile cauteloso.

Quiero ser precavido en lo que estamos haciendo. -Dijo el Capitán Esoj -Y notablemente puedo presentir que ahí no habita un ser humano, la ciencia es muy avanzada hasta nuestros días y han demostrado que el universo es tan grande como para que la Tierra sea el único planeta que contiene vida.

No serán humanos pero de algo que puedo estar completamente seguro, es que nuestra tecnología es más avanzada que la de ellos, por lo que concluimos –Dijo Mutin volteando a ver a los que venían a sus espaldas y empuñando un arma blanca que portaba en un compartimiento de sus vestimentas. -Que si entrando nos topamos con algún ser que se presente como enemigo, contaremos con la victoria.

¡Fatuo! –Exclamo el Coronel Egroj -¡No concluyas de manera grupal! Recuerda el respeto hacia tus autoridades, y que aunque estemos fuera de nuestro planeta, tus insignias demuestran un cargo menor, somos superiores a la raza que habite en esta casa a simple vista, pero cuentan con armamento del cual nosotros ahorita carecemos.

¡Momento! – Interrumpió la Srta. Rome – No venimos a conquistar nuevas tierras ni a vencer un enemigo del que no sabes siquiera si es que tiene vida.

Juntos avanzaron hacia el interior de la casa, la cual se encontraba en malas condiciones, lo único que había en su interior eran unos viejos muebles negros, era totalmente visible que en ese lugar no había estado un solo humano en muchos años, serenos porque sabían que no se encontrarían con algún enemigo que les causara daño, continuaron con su conversación.

Tiene razón Srta. Rome,-Dijo el Dr. Xela -Hemos venido con una misión y aunque no contemos con el grupo de hombres que necesitábamos, contamos con los el libro que nos describe cada uno de los minerales que necesitamos, según sus paginas, nos muestra que se encuentran separados en los extremos del planeta.

Srta. Rome: recuerdo que en un apartado de la pagina 48 venían la coordenadas de los minerales.

Lo siento mucho Srta. Rome. –Dijo el Dr. Xela. –Desafortunadamente el agua penetro la protección que le colocamos al libro, y se perdió mas del 70 % de la información.

¿Qué? - Grito el Capitán Esoj ¡Cuenta con la tecnología mas avanzada del tercer milenio, y no pudo crear una protección especial para un libro tan importante?

Paciencia, tengan un poco de paciencia – Dijo el Dr. Xela. He estudiado por muchos años este libro y la información la tengo completa en mi memoria.

¡No será necesario un libro y su memoria! –Exclamo una voz desconocida que provenía de fuera de la casa. Acto seguido giraron de manera unánime sus cuerpos, y lograron ver la figura de un hombre de aspecto viejo que se oponía al reflejo del sol, y no lograban verlo claramente.

Mi nombre es Algrog, y llegue a este lugar de la misma manera en que ustedes llegaron hace unas horas.

¡O sea que estuvo observándonos todo este tiempo y no tuvo la delicadeza de explicarnos lo que sucedía? – Le reclamo uno de los marinos.

Simplemente quería conocer las intenciones con las que llegaron a este lugar, y compartimos las mismas se los puedo asegurar. –Dijo Algrog

Entonces usted... - Tartamudeo la Srta. Rome. ¡Sí! Tienes toda la razón. –Dijo Algrog.

– ¿Usted es parte de las tripulación de la investigadora Anaid? –Acompleto la Srta. Rome

¡Eso es imposible! - Dijo el coronel. – Eso ocurrió hace más de mil años, y su aspecto es de 60 años, es imposible que alguien permanezca intacto por el tiempo.

En este planeta los años no transcurren como en el planeta Tierra. –se escucho por un costado de la casa. En este lugar contamos con un sistema de traslación muy lento, por lo cual en nuestros cuerpos se han congelado los siglos.

¡Dra. Anaid! – Grito el Dr. Xela. No puedo creer que sea usted, realmente uno nunca cree al 100% en lo que hace hasta que lo comprueba, y hoy me he dado cuenta que años de investigación han dado fruto, ¿Por qué nunca regresaron a la tierra si seguían con vida?

Dra. Anaid: al paso se los años nos fuimos dando cuenta que este lugar era un lugar hermoso, y realmente, en la tierra nadie apoyo nuestra teoría, nos tomaron como unos completos dementes, y en este lugar hemos encontrado nuestra razón de ser, pues es el fruto de nuestras investigaciones.

Dr. Xela.: Pero hoy la tierra nos necesita, tenemos que hallar los minerales para crear el compuesto que traerá nueva vida al núcleo de nuestra tierra.

Sabemos perfectamente donde encontrarlos –Dijo Algrog. –Pero no será nada fácil la hazaña, tenemos que ir al lado este y oeste del planeta, las distancias son realmente cortas, pero los obstáculos son peligrosos, el mineral Ogeuf se encuentra en el lado oeste del planeta, de ese lado se encuentran terribles dragones y puede llegar hasta una temperatura de 150o C

Esa será tarea de Calet, -dijo el Coronel – El ha estado presente en guerras desérticas donde se alcanzan hasta los 85oC no se compara con el ecosistema de este lugar, pero será el más apropiado para la tarea, estas de acuerdo Calet –Por supuesto que si Coronel, si usted cree que yo puedo con esa tarea, será un honor arriesgar mi vida por el futuro de nuestro planeta.

Perfecto. – Dijo Algrog. –El lado Este es totalmente diferente con lo que acabamos de describir, puesto que aquí hay dragones y bestias que lanzan hielo despiadadamente y sus temperaturas hacen que uno quede prácticamente paralizado si no sale en menos de cinco horas, ahí se encontrara nuestro segundo mineral el Oleih.

No hay problema. –Afirmo el capitán. -Esa será tarea fácil para mis hombres, ellos han cruzado por lagos de hielo por hasta tres meses, y cuentan con las habilidades suficientes para pelear con cualquier criatura temible.

Perfecto, -Dijo el Dr. Xela. –Prosigamos con esta tarea, porque puede que acabemos rápido, pero tomen en cuenta que mientras aquí solo han trascurrido treinta años, ¡en la tierra pasaron mil!

Dra. Anaid: Tiene usted toda la razón Dr. Xela. ¡Manos a la obra!

IV

Y así nuestros héroes emprendieron esta hazaña en un lugar desconocido se crearon tres equipos, conformado el equipo de hielo por el Capitán Esoj, y sus cuatro marinos, el equipo de fuego, conformado por el Coronel Egroj y sus soldados, y un tercer equipo encargado por el Ingeniero Algrog, la Srta. Rome, El Dr. Xela y la Dra. Anaid, quienes se encargaron de crear un barco para navegar hasta el centro del mar de Aldivijo, y encontrar el portal que los regresaría de nuevo a la tierra,

Los soldados y el Coronel llegaron a aquel lugar de fuego, y para ser verdad, era sumamente caluroso, había pates por las cuales se elevaban geiseres que lanzaban tiras de fuego que alcanzaban hasta los quince metros de altura, los volcanes los rodeaban como lo hizo el mar cuando llegaron a aquel planeta, nunca creyeron que fuera tan peligrosa la misión, se encontraron con seres que ni los relatos de los titanes griegos se les podían comparar, pues alcanzaban el tamaño la torre latinoamericana.

Por otro lado El Capitán y los marinos encontraron rápidamente el Oleih, el lugar era muy similar a las noches en Alaska, solo se podía ver gracias a que los poquitos rayos de sol se reflejaban en la luna que también la compartían con nosotros como satélite, esta luz de luna se reflejaba en el hielo que tenia el aspecto como el de una Auricalcita de las minas de Durango, realmente era un lugar fantástico, todos dirían que corrieron con mucha suerte, pero para la desfortuna de los Marinos, una criatura con aspecto a dragón chino, pero con un aguijón tenebroso del que humeaba un frio asombroso, apareció rompiendo el hielo por el cual se encontraban corriendo, nadie en la Tierra se imaginaria que el gran Capitán Esoj, grandemente reconocido por encabezar varias victorias contra enemigos que lo triplicaban en numero, fuera a terminar en las garras de ese gran reptil. También dos de sus hombres corrieron con la suerte del Capitán, mas dos de sus hábiles marinos lograron huir hacia el centro del planeta donde se encontraban nuestros genios de la investigación.

El Dr. Xela y los que se encargaron de la nave trabajaban con todo tipo de artefactos que encontraban, por suerte, al echar un vistazo por las costas en las que naufragaron, encontraron piezas importantes de aquella majestuosa nave que los trajo a Aldivijo, entre ellas una guitarra en perfecto estado, unas maletas con víveres, armamento en estuches opacos y balsas inflables como las que usan los marinos en sus practicas nocturnas y aprender a guiarse a través de las estrellas, realmente no podían explicarse como aquella preciosa guitarra negra mate pudo llegar en optimas condiciones. No paraban de trabajar cuando llegaron los dos marinos sobrevivientes con el Oleih, era como un frijol espinoso de 40 kilos de peso, y del tamaño de un bebe de un año; todos estaban preocupados por los soldados que no regresaban, y lamentaban la perdida de aquel Capitán y Marinos que perdieron su vida.

Por mientras, en el lado de fuego, los soldados más que atacar, esquivaban las llamas de fuego que si se dispusieran a enfrentar, terminarían aniquilados en un par de segundos, avanzaron casi hasta la salida cuando se frente se les coloco un ser con

aspecto de langosta, nadie supo de donde, pero el soldado de nombre Mutin saco una granada con la cual sacrifico su vida y pudieron correr los demás soldados.

Al par de las horas llegaron los cuatro soldados y el Coronel donde se encontraban los demás, ya tenían casi todo listo, a lo que la Srta. Rome dijo. –Pronto, no perdamos más tiempo, no sabes cuanto tiempo haya transcurrido en nuestro planeta.

Por fortuna se lograba ver la tierra desde Aldivijo, era un panorama realmente bello, a pesar de que el planeta no se apreciaba como las imágenes que el sistema les vendía, todos apresuraban el traslado de la nueva nave, hasta que el Ing. Algrog hizo hacer notar algo que desde el comienzo de la construcción de la nave lo tenia con un semblante sumamente serio.

Algrog: El día en que nosotros llegamos a Aldivijo, nuestros investigadores que se rehusaron a usar la bata blanca y vinieron vestidos con trajes negros como los que traíamos la Dra. Anaid y Yo fueron los únicos que sobrevivieron, y las pertenencias que tenemos en casa fueron las que no tuvieron daño alguno.

Después de un rato haciendo conclusiones en base a sus conocimientos, los doctores decidieron hacerle cambios a la nave que habían construido, a la mañana siguiente ya tenían todo listo, los hombres que se encontraban heridos rápidamente sanaron por el aire fresco de aquel mágico planeta.

Al medio día zarparon, todos vestían con ropa oscura y la nave había sido cubierta en su totalidad por artefactos y adornos negros.

Emprendieron su regreso hacia la tierra, sucedía lo mismo que cuando iban hacia

Aldivijo, entre más se acercaban al portal, el clima cambiaba, comenzaron los rayos a

hacer de las suyas, mas eran unos rayos diferentes a los que normalmente conocemos

los terrícolas, estos rayos salen desde las profundidades de las aguas hacia el cielo,

todos temían que la misión, después de tanto esfuerzo no lograra su objetivo, habían

sido ciertas sus conclusiones acerca del color oscuro, los rayos no les caían, mas a

todos los objetos que salían a flote y tenían un poco de color, les azotaba un trueno de

esos misteriosos que provenían desde abajo. Habían llegado al remolino, y se tomaban

fuertemente de donde podían, cuando una ola inesperada golpeo un pedazo de la

cobertura negra, y quedo al descubierto una morada planta que un marinero había

hurtado en secreto, todos se espantaron y perdían el control, cuando comenzaron a

pelear el hombre que hurto la planta, y el Dr. Xela, los tripulantes comenzaron a

calmarlos, cuando en su descuido un rayo impacto la nave y la Srta. Rome cayó al agua,

de manera inmediata el ingeniero Algrog y el Dr. Xela se lanzaron en su rescate, ya se

encontraban a punto de abordar la nave, pero una criatura marina ataco de manera

mortal al Dr. Xela, y al Ingeniero lo lastimo del brazo izquierdo, las lagrimas llegaron los

rostros de todos, mas no hubo cura para aquel brillante doctor.

Pronto se encontraron en el remolino que los llevaría a casa, y tomados todos de las

manos se hundieron para así volver a salir a flote entre las aguas, se encontraban de

nuevo en aquellas aguas saladas que caracterizaban el Caribe de nuestro planeta.

Fueron tan solo tres días los que pasaron en Aldivijo aquellos viajeros, y al regresar, la

tierra ya contaba con otro aspecto, habían durado una década fuera de sus casas.

En sus ciudades natales había esculturas donde honraban la valentía que tuvieron, no

sabían que era lo que había pasado, pero misteriosamente, los relatos contaban que un

grupo de personas del futuro llegaron a la tierra con el Azcrol que necesitábamos.

Nuestros héroes guardaron silencio ante esa historia, por lo que decidieron emprender la

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