Amar A Madrazos
daniananeli29 de Octubre de 2014
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INTRODUCCION.
La violencia de género, entendida como la exacerbación de las desigualdades entre mujeres y hombres, es el resultado de diferentes factores de carácter cultural, social, legal y familiar, que desde tiempos inmemorables propiciaron que haya impactado en forma dispar el reconocimiento de los derechos de un sexo en perjuicio del otro. Históricamente, el sexo en desventaja ha sido el de las mujeres, lo que ha contribuido a que un alto número de situaciones violentas sea dirigido a ellas en todos los órdenes de la vida civil.
La violencia contra las mujeres no respeta condición económica, nacionalidad, etnia o edad, y ocurre tanto en los espacios públicos como en los privados. Esta puede ser ejercida por hombres desconocidos, conocidos, familiares y por supuesto, por las parejas afectivas.
Desafortunadamente las manifestaciones más frecuentes de violencia contra las mujeres siguen siendo las que ocurren en el contexto de las relaciones familiares y de pareja.
Ahora bien, esta situación no está determinada por la “naturaleza”, ni responde a características “esenciales” de las mujeres y de los hombres, sino a la construcción de subjetividades que se configuran como “femeninas” o como “masculinas” y que han llevado a asociar lo femenino con la sumisión y lo masculino con el dominio. Por esto no es sorprendente que en la mayoría de los casos la violencia de pareja inicie en la adolescencia y juventud, y precisamente en las relaciones de noviazgo, ya que el proceso de socialización y la adquisición de las identidades y roles de género se ven cristalizados en esas etapas de la vida. Es asi que podemos reconocer la importancia que tienen las creencias tradicionales sobre que es “ser hombre” o “ser mujer” para entender lo que sucede en las relaciones de noviazgo entre jóvenes y la posibilidad de que ocurra violencia. Estas creencias están muy influidas por mensajes que recibimos desde la infancia y que se convierten en mandatos “debes ser asi” que moldean muchos rasgos de personalidad y modos de comportamiento.
Estos mandatos se vuelven estereotipos y se utilizan para educar a las personas según el sexo al que pertenezcan. Los principales estereotipos sobre las mujeres es que son pasivas, tiernas, cariñosas, sentimentales, románticas, comprensivas, fieles, maternales, irracionales, exageradas, vanidosas, inseguras, temerosas, débiles y victimas fáciles de la violencia. Los estereotipos que se aplican a los hombres incluyen el ser activos, fuertes, independientes, decididos, inteligentes, exitosos, conquistadores, con mayor apetito sexual, dominantes, agresivos, violentos, rebeldes, descuidados y desordenados.
En la relación de noviazgo existen influencias, negativas en unos casos positivas en otros, que puedes contribuir a la integración o el deterioro de las relaciones afectivas.
Lo que es destacable es que los datos y las estadísticas disponibles muestran índices elevados de parejas jóvenes en los que la violencia se convierte en una constante en sus relaciones, siendo en muchos casos ocultada. Cuando existen relaciones de desigualdad y creencias que nos hacen pensar que somos superiores a otra persona, siempre existe el riesgo de que utilicemos nuestros recursos (la fuerza física, el atractivo, la posición social, el dinero) para influir, controlar o dominar a otros. De esta manera, se puede someter y dañar a personas cercanas con actitudes o comentarios, o llegar a sentirse con el derecho de golpear a alguien más.
Los protagonistas de estas historias han decidido compartir sus experiencias con la intención de evitar que la violencia se repita con otros nombres y lugares.
Cada una de las historias aquí presentadas van acompañadas de conceptos, información estadística y aportaciones de especialistas en el tema. Consideramos que el trabajo periodístico de investigación es una de las alternativas para informar, prevenir, acompañar y generar una reflexión en los diferentes sectores afectados en temas de la violencia en pareja.
RESUMEN
El libro trata de diez y nueve historias de violencia en el noviazgo tanto de mujeres como de hombres, obvio la mayoría en mujeres, habla acerca de los diferentes tipos de violencia que hay o se pueden dar durante el noviazgo, también al final de cada capítulo maneja información de encuestas, definiciones y opiniones de los expertos en el tema, también en la parte superior de cada capítulo viene como un tipo test para saber si el lector se encuentra o paso por un caso de violencia o no.
Amar a madrazos es una forma de vida muy dolorosa, en la que los jóvenes se enfrentan al conflicto de saber que están sufriendo, pero con la impotencia de no poder cortar una relación que los perjudica. Nos relata sobre como es la vida en el noviazgo una relación apenas prematura que existe entre jóvenes unos niños se podría decir así, ya que en estos capítulos nos da a conocer como es una relación entre si, por el cambio de vida que se da en una relación en la cual no es muy satisfactoria ya que uno de ellos suele abusar de la confianza de la otra pero esta lo hace asi, sin darse cuenta del daño que le está provocando a su pareja afectiva y se vive en un mundo ya no de amor sino que de dolor, desamor, con golpes, agresiones en donde solo se vive con una timidez de la cual no se creyó tener en un mundo más que nada de dolor por todo lo que se está viviendo ya que ellos aman hasta los golpes. Viven con el miedo de perder la vida y con la fuerza necesaria para sobrevivir un día más esperando que todo cambie.
Aman entre mentiras y justificaciones, ocultan el dolor con blusas de cuello alto y mangas largas, maquillaje y la negación de la existencia de alguien que los lastima en el nombre del amor todo esto solo lo hacen porque ellos creen que realmente están enamorados pero nunca de dan cuenta del daño que estos se están haciendo así mismos.
Algunas veces no encuentran la salida del laberinto tormentoso en el que se han acostumbrado a vivir y se mueren por dentro sin darse cuenta se hacen los fuertes para tratar de salir adelante a pesar de todo lo que están pasando. No saben pedir ayuda porque les avergüenza su sufrimiento pero o se quieren dar cuenta de que no solo son lastimados físicamente sino que no toman en cuenta que también son trastornados por tanto dolor, tanta agresividad sin darse cuenta de que no solo es una cosa sino que son muchas razones por las cuales se tienen que alejar de ellas y en si ver la realidad por la cual están pasando.
Como evidencian algunas historias, la violencia generalmente (no siempre) es cíclica, es decir, se repite, y ambos miembros de la pareja se encuentran “atrapados” en esa situación. En este ciclo se pueden presentar las diferentes formas de violencia, es decir, la física, emocional o sexual, ya sea una atrás de otra, o varias al mismo tiempo. Este ciclo tiene principalmente tres momentos: el de inicio, en el que la tensión por los conflictos no resueltos se va acumulando; el de la explosión de la violencia, y el de la “luna de miel”, que resulta de gran atracción para quien recibió la violencia, ya que la actitud asumida por el agresor es de arrepentimiento, amabilidad, promesas de cambio y demostraciones de afecto. Cuando viene la reconciliación después de una pelea muy fuerte, se dice que estamos en la fase de la “luna de miel”, que es donde una persona se puede volver a “enganchar” porque mira al agresor como si fuera débil y vulnerable. A la larga, esto se convierte en una situación muy difícil de detener.
La violencia se define como un acto intencional que puede ser único o recurrente y cíclico, dirigido a dominar, controlar, agredir o lastimar a otra persona. Por lo general es ejercida por las personas de mayor jerarquía, es decir, las que tienen el poder en una relación, como son: el padre y/o la madre sobre los hijos, los jefes sobre los empleados, los hombres sobre las mujeres, los hombres sobre otros hombres y las mujeres sobre otras mujeres, pero también se puede ejercer sobre objetos, animales o contra el propio individuo. La violencia inhibe el desarrollo de las personas y puede causar daños irreversibles. Cuando se habla de violencia lo primero que viene a la mente es el maltrato físico, sin embargo, la violencia también puede ser emocional o psicológica.
La violencia en el noviazgo es un fenómeno que parece no existir pero es mucho más de lo que pensaba, lo demuestra la Encuesta Nacional de Violencia en el Noviazgo (Envinov), en México el 39% de los jóvenes de ambos sexos de entre 15 y 24 años de edad sufren de violencia emocional en su noviazgo; al igual el 7 % sufre de violencia física dentro del mismo.
El libro “Amar a madrazos” de nos presenta historias de esta violencia de género entre los jóvenes. Esta se da por los estereotipos a los que somos expuestos ya que la mayoría de esta violencia es ejercida por los varones, ya que a la mujer siempre se le ha catalogado como el sexo débil, vanidosas, coquetas, inseguras, irracionales y muchos mas adjetivos que hacen que sean una presa fácil para la violencia.
La violencia en el noviazgo puede ser emocional, física, sexual, económica, psicológica, pero esta se va dando por que uno de los dos quiere dominar y tener el control total de la otra persona al grado de lastimar, aquí es donde entran los celos y la posesividad y esto con el tiempo se va acumulando como conflictos no resueltos que a veces no queremos decir, ni aceptar que tenemos un noviazgo violento por miedo y vergüenza o simplemente el amor nos ciega, el “amor” a veces creemos que los celos o cualquier otro tipo de manifestación de violencia por parte
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