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Analisis La Siesta Del Martes


Enviado por   •  26 de Marzo de 2014  •  1.478 Palabras (6 Páginas)  •  3.476 Visitas

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LA SIESTA DEL MARTES El cuento “La siesta del martes” escrito por el colombiano Gabriel García Márquez, premio Nobel de literatura en 1982, por su obra Cien años de soledad. García Márquez, utiliza en este cuento ciertos temas predominantes que aparecen en todas sus obras como escritor, novelista, cuentista y periodista: el aislamiento, la justicia social, la violencia, la decadencia, la dignidad del pobre, la muerte, la soledad, la crítica al gobierno y las instituciones religiosas. La siesta del martes, es narrada en voz omnisciente. Según Anderson Imbert (1992), en la literatura, un narrador omnisciente es un narrador ubicuo que sabe todo acerca de la acción, así como los pensamientos, las motivaciones y los secretos más íntimos de los personajes. Éste, no es sólo un cuento que narra la historia de la muerte de Carlos Centeno, (un hombre acusado de robo y señalado por todo un pueblo debido su conducta). El cuento relata los conflictos morales que tienen los individuos, producto de su ambiente social. El autor presenta una historia que se desarrolla entre las once de la mañana y las tres y treinta de la tarde, de un “luminoso martes de agosto” (p.18). Una mujer y su hija de doce años viajan en un tren, a través de las plantaciones de banano, con destino a un caluroso pueblo. Las dos mujeres llegan al pueblo alrededor de “las dos. A esta hora, agobiado por el sopor, el pueblo hacía la siesta”. (p.18), y con el firme propósito de regresar ese mismo día. De tal modo que se deja al tren condicionando la acción del relato, puesto que la mujer, al momento de ir a la casa cural, insiste hablar con el sacerdote, recibe negativas pero, al expresar a la hermana de este “El tren se va a las tres y media” (p.20), ella decide despertar a su hermano. El relato marca que la madre y su hija son pobres, indicando que llevaban “una bolsa de material plástico con cosas de comer y un ramo envuelto en papel de periódicos”, “ambas guardaban un luto riguroso y pobre”, “Tenía la serenidad escrupulosa de la gente acostumbrada a la pobreza” (p.16). Esta visión mísera en el relato también es señalada al describir que Carlos Centeno muere descalzo y con una soga remplazando a su cinturón. Poco antes de que el relato termine, el autor señala las razones del viaje, en un diálogo que sostiene la madre de Carlos Centeno con el sacerdote. El propósito que animó a la mujer a desplazarse a aquel solitario y caluroso pueblo, fue visitar la tumba de su hijo, muerto una semana atrás de un balazo en la nariz, al tratar de entrar en la propiedad de la señora Rebeca.

Posteriormente el narrador explica las circunstancias de la muerte de Carlos Centeno, por medio del contraste del rico y el pobre, donde el autor claramente fija, a través de su descripción, una protesta social. La señora Rebeca, de la que se podría aseverar que representa a la clase burguesa del pueblo, aquella solitaria mujer con delirios de persecución producto de veintiocho años de soledad. Cosa contraria a Calos Centeno, un pobre y marginado social que tiene que robar para que él, su mamá y su hermana puedan comer. El mismo sujeto que para sobrevivir y darle sustento a su familia, se dejaba golpear en los clubes de boxeo los sábados en la noche, perdiendo así todos sus dientes debido a esta actividad; tal como lo decía su madre: “Cada bocado que me comía en aquel tiempo me sabía a los porrazos que le daban a mi hijo los sábados en la noche” (p.24). En el relato, no sólo se denota la desigualdad social entre clases, quizá, hay otro componente de mayor relevancia que expone García Márquez y es el conflicto moralista existente entre el sacerdote y la madre de Carlos Centeno, al condicionar las acciones de su hijo. El diccionario de La Real Academia de la Lengua Española (2001), define moralidad como todo aquello perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia. Según el filósofo prusiano, Immanuel Kant (como se cita en Kropotkin, s.f.), la base de la moral reside en la “conciencia del deber”. Esta conciencia no obedece a consideraciones de utilidad personal o social ni al sentimiento de empatía o de benevolencia, sino que constituye una particularidad de la razón humana. Según Kant la razón humana es capaz de

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