Analisis de poemas gabriela mistral.
gyanineTrabajo13 de Junio de 2016
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Análisis poemas de Gabriela Mistral[pic 2]
ÍNDICE
Introducción3
Poema “Desierto”4
Análisis poema “Desierto”5
Poema “Canción de cuna del ciervo”6
Análisis poema “Canción de cuna del ciervo”7
Poema “Otra canción de cuna del ciervo”8
Análisis poema “Otra canción de cuna del ciervo”9
Poema “En tierras blancas de sed”11
Análisis poema “En tierras blancas de sed”12
Análisis general de los poemas anteriores13
Gabriela mistral, ganadora del premio nobel de literatura, fue una de las grandes poetas chilenas, y como tal, escribió poemas en los cuales describía los paisajes de Chile de Norte a Sur, señalando que la obligación primogénita de los escritores es entregar a los extraños el paisaje nativo. Es así como “Poemas de Chile” contiene poemas escritos durante 20 años por su autora y que al momento de su muerte quedaron dispersos y algunos inconclusos. Es un libro que resume la visión de la poetisa sobre nuestro país.
Este libro señala un recorrido imaginario a través de la geografía nacional que contiene por protagonistas a cada uno de los componentes que configuran el país en que habitamos, vistos a través de La Mamá y el pequeño diaguita.
En este trabajo realizaremos como grupo un análisis de cuatro poemas de Gabriela Mistral, identificando en cada uno sus figuras literarias, hablante lírico, temple de ánimo, actitud lírica, etc.
Esperamos realizar un trabajo óptimo que nos beneficie a nivel cultural, ampliando nuestros conocimientos y visiones sobre los distintos paisajes y lugares que nos relaten los poemas.
Desierto
Vamos a hacer por la ruta
Un pacto de compañeros
Porque ya vamos entrando
Al país del desconsuelo
A la costra que pardea
Al pobre abuelo desierto
El dios de los pastos verdes
Que hizo los huertos tacneños,
Nos dio por su voluntad
La pelambre del Desierto
Y esta calavera monda
Y este crepitar de fuego
Fueron también mi heredad,
Y yo no me los reniego.
Desiertos viví y morí:
Me los tuve y me los tengo
Y de ser fiel, todavía
Su salada arena muerdo.
No mires, que no, la arena
Y el cascajo corto y terco.
A ver si te duermes hasta
Que aparezca un arroyuelo,
Siseo de aguas, rebrillos
De aguas vivas yo no veo.
Parece que a cada paso
Nos tomara su mano ardiendo.
Parece que es el no más
Y su compadrazgo el viento.
Parece que te engañase
Con burla, conseja o cuento,
Pero el desierto se llama
Dentera, castañeteo,
La garganta ensalmuerada
Y todo tactos de fuego.
Tasca tu lengua por agua;
Solo el agua es tu deseo
Y abajándote la arena
Te sollama este brasero.
Si divisase quebradas
Te bajaría corriendo.
Lo que yo te doy de niebla
Y de corto viento fresco,
Es el vaho de mi misma,
Es lo que llevo de cuerpo.
La tierra nada te da,
Pestañudo con miedo
Déjate cargar, llevar,
Aupado, mi pequeñuelo.
No corcovees no rompas
El poco bulto que llevo;
No te revuelques así,
Traveseador, rapazuelo,
Mira que empolvas de más
Cejas y pelambre y cuello.[pic 3]
Sosiega de una vez, cierra
Los ojos, llama tu sueño.
Hablante lírico: Es el alma ya que habla de sí misma en femenino y nombra al ciervo/niño.
“lo que yo te doy de niebla
Y de corto aliento fresco,
Es el vaho de mi misma,
Es lo que llevo de cuerpo.”
Actitud lírica: Carmínica o de la canción, ya que habla en primera persona, expresándonos lo que siente.
“Desiertos viví y morí:
me los tuve y me los tengo
y de ser fiel, todavía
su salada arena muerdo.”
Motivo lírico: Añoranza, ya que piensa en todo lo que le gustaría tener pero ya no tiene.
“Fueron también mi heredad,
Y yo no me los reniego.
Desiertos viví y morí:
Me los tuve y me los tengo
Y de ser fiel, todavía
Su salada arena muerdo.”
Temple anímico: Melancolía, porque el desierto simboliza su soledad y todo lo que le hace falta.
“A ver si te duermes hasta
que aparezca un arroyuelo,
siseo de aguas, rebrillos
de aguas vivas yo no veo”
Canción de cuna del ciervo
Duérmete con tus dos sangres,
En cervato del Desierto,
Bien si acaso te despiertas,
Bien si quedas en el sueño:
Bueno es vivir y morir,
Ser creado y ser disuelto.
Duerme tú, duerme hasta que
En cristiano despertemos.
Jugarreta con lomillo
Y pezuñitas y vellos,
Duerme a mitad de la sal,
La pelambre y el desuello,
El belfo blanco y salobre,
los lagrimales sangrientos.
No te oiga de dormido
El alma del hormiguero,
Ni la araña te repase
Las ancas de terciopelo,
Ni el alacrán te conozca,
Ni te revuele el murciélago,
Ni te halle la bestia hirsuta
Que en la noche hirió a mi Ciervo.
Pedrisco ni piedra hondeada
Del Caín color de infierno,
Ni la flecha envenenada
Te den muerte que le dieron.
No duermas como él dormía,
Fiados alma y alientos.
Blanda y morosa es la hierba,
Viva como Ángel atento.
Duerma la gracia tacneña,
duerma con sus dos alientos,
El color de la piñeta,
La blandura del mansueto,
Con yerba buena en las astas,
Sin sangre sobre los belfos,
cribado de las estrellas,
ebrio de olores disueltos,
Soñando herbazal tumbado
Y pastal que va subiendo:
¡Duerme, chiquito,
Pace tu sueño!
(Y el velludito se va
Como rama desprendiendo,
Cargado del sueño suyo,
Del pedregal y del médano.
Ya está parado en su bien,
Rico de tiniebla y sueño).[pic 4]
Hablante lírico: es una madre ya que podemos ver que el poema es un canto amparador y protector hacia un niño pequeño representado por un ciervo.
“¡Duerme, chiquito, Pace tu sueño!”
Actitud lírica: apelativa porque se le habla a un tu que en este caso sería el niño/ciervo.
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