Análisis Del "Principito

La primera vez que leí el Principito tenía 12 años y lo leí porque gané un concurso de escritura de cuentos y el premio era este libro. Me pareció una hermosa novela que volví a releer cuando tenía 14 y lo disfruté como aquella primera vez.

Es uno de los libros más populares en el mundo, escrito por Antoine de Saint-Exupery en 1943, y ha trascendido a través del tiempo, afectando de diferentes maneras a todos aquellos que se pierden en sus páginas. Esto es porque habla de valores universales, de la amistad, amor, responsabilidad, respeto, solidaridad y honestidad, que la humanidad debe siempre practicar para vivir en armonía. Estos valores se tocan a través de la inocencia y bondad de la niñez.

Cuenta la historia del narrador, un piloto que se estrelló en el desierto del Sahara, y del principito a quien encuentra mientras estaba tratando de reparar su avión. Durante el transcurso de la historia, conocemos que el principito viene de otro planeta, uno muy pequeño ocupado por 3 volcanes, las peligrosas “baoabs” que si no las corta, podrían invadir todo su planeta y una hermosa rosa, que el principito ama profundamente y que tiene 4 espinas. Sabemos que esta rosa es vanidosa y no aprecia la constante atención que le ofrece el principito lo que causa en él tanto pesar, que decide viajar a conocer otros planetas en busca de un amigo. En sus viajes se topa con un rey sin súbditos, un hombre de negocios a quien sólo le importan los números, un vanidoso, un borracho, un farolero, y un geógrafo. Cada uno de estos adultos de alguna manera, desilusionan al principito y lo hacen darse cuenta de que ha sido un error dejar a su rosa, su verdadero afecto. Mientras tanto en la Tierra se topa con una serpiente que le da su versión pesimista sobre los hombres y lo poco que se puede esperar de ellos. Después conoce a un zorro que le enseña el modo de hacer amigos, creando lazos afectivos para luego revelarle su secreto: “Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.

Para mí logra dos cosas importantes: me hace recordar que alguna vez tuve un alma pura sin miedos y una capacidad de sentir la felicidad con cosas sencillas pero a la vez profundas como el amor a mis seres queridos y la satisfacción de hacerlos sonreír. La otra es que nos demuestra los defectos y vicios que los adultos van adquiriendo y como los llenan de problemas existenciales, avaricia, soberbia, vanidad, egoísmo, lo que complica su vida y los imposibilita para ver lo verdaderamente importante de vivir plenamente, perdiéndose en la preocupación, la tristeza y la convulsionada vida moderna.

A través de ese principito que todos llevamos dentro, nos queda la esperanza de recuperar esos sentimientos bondadosos para llegar a ser mejores seres humanos y a no repetir los errores de los adultos de esta novela.

Anexo2. Una extraordinaria dedicatoria en donde se puede leer entre líneas el gran ser humano que es este autor.

A LEON WERTH

Pido perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona mayor. Tengo una seria excusa: esta persona mayor es el mejor amigo que tengo en el mundo. Pero tengo otra excusa: esta persona mayor es capaz de comprenderlo todo, incluso los libros para niños. Tengo una tercera excusa todavía: esta persona mayor vive en Francia, donde pasa hambre y frío. Tiene, por consiguiente, una gran necesidad de ser consolada. Si no fueran suficientes todas esas razones, quiero entonces dedicar este libro al niño que fue hace tiempo esta persona mayor. Todas las personas mayores antes han sido niños. (Pero pocas de ellas lo recuerdan). Corrijo, por consiguiente, mi dedicatoria:

A LEÓN WERTH

Cuando era niño

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