Análisis del Libro “Matemos a los pobres” de Jorge Fco. Márquez
cesarinYankeesEnsayo30 de Septiembre de 2016
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Análisis del Libro “Matemos a los pobres” de Jorge Fco. Márquez
Presenta: César Carreón García
Índice
Introducción
Capítulo 1: México el pobre cuerno de la abundancia.
Capítulo 2: Fabrica de pobres.
Capítulo 3: El poder de un nuevo enfoque
Capítulo 4: Dinero llama dinero-Pobreza llama pobreza
Capítulo 5: Matemos a los pobres.
Capítulo 6: Los valores y su jerarquía.
Capítulo 7: Somos lo que creemos que somos.
Capítulo 8: El poder de la visión.
Capítulo 9: Tirándole al 100
Capítulo 10: Mexicanos al grito de guerra
Conclusión
Introducción
Este trabajo se realizó con la finalidad de entender a fondo la problemática cultural que existe en México y que tiene a miles de mexicanos en la pobreza. Se analizarán diversas perspectivas de la ideología del mexicano, buscando que el lector comprenda la oportunidad que tiene de crear riquezas de una manera sana, legal y fructífera; esto es posible si se logra entender las inmensas oportunidades que se tienen al vivir en un país con tantas riquezas tanto naturales, culturales, gastronómicas, turísticas, entre otras más.
Se espera que al concluir con este trabajo el lector logre crear un cambio en su forma de pensar, un pequeño cambio que se convierta en el parte aguas de una nueva ideología que pueda empezar a crear un nuevo tipo de mexicanos dispuestos a aprender, arriesgarse e invertir en un mejor presente y futuro personal, y a su vez lograr crear un mejor futuro para el país.
Capítulo 1: México el pobre cuerno de la abundancia.
Nuestro país ha sido abundantemente bendecido con grandes riquezas, tanto naturales, culturales, gastronómicas, gran diversidad de animales y playas hermosas, entre muchas más, que a simple vista al mencionar que toda esta basta variedad de riquezas se encuentren en un solo país, pareciera estamos hablando de un país próspero donde la pobreza a pesar de existir no afecta a la gran mayoría de los ciudadanos, donde la relación de la población con quienes les gobiernan es amena y muchas características más que podrían ser distintivas de lo que se le conoce como un país de primer mundo; pero no es así, porque estamos hablando de nuestro bello país México, donde todas estas riquezas ya mencionadas no han significado que nos convirtamos en la potencia mundial que tanto deseamos ser, o que simplemente disminuyamos una de las grandes “epidemias” de nuestro país, la pobreza. Esto le ha otorgado a México el mote de “cuerno de la abundancia”, a pesar de la gran cantidad de pobres que tenemos.
No podemos negar que todos sabemos a ciencia cierta lo rico que es nuestro país en todos los rubros ya mencionados, aquí lo grave del asunto es que a pesar de conocer esto no aprovechamos todo esto para convertirlo en riqueza.
Con todas las riquezas que Dios ha derramado sobre esta gran nación deberíamos estar orgullosos de celebrar grandes logros, de riqueza, de uno de los primeros puestos entre las potencias mundiales; y no estar preocupados por erradicar la pobreza que cada día alcanza a un mexicano más, que parece que ha quedado exento de gozar de las riquezas de su patria.
México a comparación de otros países primer mundistas es el amo y dueño de la abundancia de recursos que una nación necesita para subsistir sin preocupaciones. Pero como ya dijimos esto no significa que seamos una potencia, de hecho estamos muy lejos de serlo a pesar de lo que sexenio con sexenio nos tratan de convencer, que México está a casi nada de convertirse en una potencia económica, si ese México donde casi la mitad de la población vive en pobreza y que la clase media (mayoría en nuestro país), en comparación con la clase media de otros países parece estar más cerca de la pobreza que de la riqueza.
Como menciona el autor Jorge Márquez los mexicanos “ya hemos llegado a confundir mala administración con destino”, es decir, que hemos llegado a creer que ser un país con altos índices de pobreza y en un eterno subdesarrollo es nuestro destino y que a pesar del esfuerzo de muchos o pocos esto es algo que no va a cambiar. Solo porque no queremos darnos cuenta de que no somos pobres por que el destino así lo tiene escrito sino “únicamente somos malos administradores de los bienes que Dios nos confió”. Y por lo tanto si no empezamos por ahí, por aceptar que tenemos que empezar a trabajar y transformar todos esos recursos en riquezas, todo otro intento que hagamos será en vano.
Capítulo 2: Fabrica de pobres.
En nuestro querido país somos muy dados a buscar culpables de nuestras desgracias y problemas tanto personales como sociales en general, esto para que así sean los demás quienes tengan que cambiar para que nosotros mejoremos y no seamos nosotros quienes se esfuercen para salir de hoyo por así decirlo. Y las cosas seguirán igual mientras no nos demos cuenta o no aceptemos que la causa de nuestros males, es nuestra propia mentalidad y nuestra forma de reaccionar a las situaciones que se nos presentan.
Todo esto ha hecho que México parezca una fábrica de pobres, donde creamos mentalidades de escasez y donde parecemos condenar a quienes se quieran arriesgar y a base de sus destrezas y habilidades se aventuren a buscar crear riquezas.
Como comentaba al inicio de este capítulo, los mexicanos somos muy dados a buscar culpables, y si hay algo o alguien a quien siempre se ha condenado culpándole de todas las desgracias que como nación nos aquejan es al gobierno. Pero hay que tener claro que el gobierno son personas que habitan el mismo país que nosotros y que se han visto impregnados por la misma cultura del mexicano promedio. Es decir, “el gobierno solo es una extensión de nuestra forma de pensar y por ende de actuar”
Como se dice tenemos el gobierno que merecemos, es así, que cada vez que lanzamos una crítica hacia el gobierno, no estamos haciendo otra cosa más que criticarnos a nosotros mismo como mexicanos.
A lo largo de nuestra historia se nos ha ido inculcando una creencia donde se dice que el mexicano, el pobre indito de buen corazón ha sido maltratado por el extranjero explotador. Que nosotros somos los buenos y que todos los demás son malos, que para ser rico hay que ser bien malo y pues mejor soy pobre pero de buen corazón.
Simplemente nos han enseñado que México siempre ha sido víctima de los países extranjeros, países ricos; es decir, nuevamente los ricos son los malos del cuento. Así la historia mexicana está plagada de héroes (pobres) que lucharon por el pueblo pobre y de villanos (ricos) que solo se aprovechaban del pueblo.
Hasta en la iglesia hay ejemplos del cómo se condena al rico, tan solo por ser rico, -Es más fácil que una camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre al cielo- es decir pues yo quiero ir al cielo y si soy rico pues ni cómo. Pero aquí es cuestión de interpretación ya que al decir “rico” se refiere al soberbio que nos está dispuesto a compartir o lo que Dios le ha dado.
El ejemplo más caro del porque se puede considerar que México es una fábrica de pobres es el gobierno y sus programas para combatir la pobreza que en lugar de incentivar al que se esfuerza y trabaja más para poder ganar más, que solo apoyar al que no tiene para que siga en su zona de confort sin buscar generar más, “como quiera a fin de mes me llega la ayuda pues pa que trabajo” o “pues entre más hijos tenga, papá gobierno más me da, pues me lleno de chavalos”.
Estos programas a decir verdad no han sido benéficos para el país porque para erradicar la pobreza, no debes atacar a la pobreza como tal dándole al que no tiene; sino más bien atacar las causas que han llevado a que esas persona se encuentren en esa situación, causas que como menciona el autor “radican en la manera en la que nuestra gente piensa”
Los japoneses tienen una Máxima:
“Si me quieres ayudar no me des pescados, enséname a pescar”
Que traducido a la realidad mexicana quedaría así:
“No me des tortibonos ni me controles el precio de la tortilla; dame un trabajo bien remunerado para comprar mis tortillas donde me dé la gana y al precio que dicte el libre mercado.”
En fin, creo que queda más que claro la manera en la que se nos ha ido impregnando una idea en la que creemos que el rico es malo y que lo seguro es que hizo cosas malas para construir su riqueza. También creo que para dejar de convertirnos en la fábrica de pobres que actualmente es nuestro país y ser más bien ese cuerno de la abundancia debemos cambiar esta mentalidad.
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