Club De Los Gourmets - Junichiro Tanizaki

El club de los Gourmets

- Junichiro Tanizaki

Junichiro Tanizaki nace en Nihombashi, un distrito comercial de la ciudad de Edo ( conocido actualmente como Tokio) el 24 de Julio de 1886. Nace en una familia dedicada al negocio de la papelería y la imprenta, a pesar de sus serios apuros económicos, Tanizaki recibe una educación mas que aceptable en el arte y tradiciones japonesas. Se empleo como sirviente en una casa de ricos comerciantes para costear sus estudios, para 1908 a los 22 años de edad ingreso a la universidad imperial de Tokio para cursar estudios de literatura japonesa. Comenzó a escribir relatos, piezas teatrales y critica literaria. Su primera publicación se da bajo la colaboración de la revista Shinshicho de nuevas corrientes de pensamiento que publicó “el Tatuador” un cuento escrito bajo la influencia de Poe, Budelaire y Wilde. A punto de graduarse d ela universidad es dado de baja por no poder financiar las colegiaturas, sin embargo sigue publicando relatos bajo la influencia de los decadentistas europeos. A sus 29 años se casa con Chiyo Ishikawa, de 19 años, una antigua geisha, este será el primer de sus cinco matrimonios a lo largo de su vida.

Trabajo como guionista para un estudio de cine y dedico un ensayo a El gabinete del doctor Calligari a tres años de su estreno, ese mismo año un fuerte terremoto devasta Tokio obligandolo a mudarse a la región de Kanasai, centro cultural de Japón provocando un distanciamiento de las fuentes de inspiración europeas.

Su nombre se menciono con frecuencia como posible candidato al premio Nóbel de literatura, años antes de su muerte publico “Diario de un viejo loco”, obra maestra escrita en la vejez. Tanizaki murió a los 79 años en Yugawara al sur de Tokio en 1965.

Sinopsis:

La trama del Club de los Gourmets arranca como una historia de suspenso en la que un selecto grupo de sibaritas mortalmente aficionados a la comida van buscando platos cada vez más exquisitos, nuevos y maravillosos sabores y raros hallazgos, “amaban los placeres de la maesa tanto como los placeres de la alcoba”

Estaban convencidos que si hubo genios en las artes la cocina debía tenerlos por igual, desde su punto de vista la cocina era un arte capaz de producir efectos artísticos como una experiencia estética, que podían desmerecer a la pintura, la música y la poesía.

El conde G era el mas adinerado e ingenioso miembro del club, ya que solo eran cinco miembros no había necesidad de un presidente formal, pero el sitio de reunión del club era habitualmente la mansión del conde por lo que se convirtió naturalmente en el encargado y el resto colocaba sus mas altas expectativas en la creatividad y descubrimientos del sibarita.

El grupo había alcanzado una encrucijada en su búsqueda por el platillo supremo, las ultimas reuniones se habían tornados insípidas y aburridas por lo que el conde alentado por sus recurrentes sueños los cuales consideraba una especie de oráculo estaba convencido que se encontraba a apunto de hacer algún descubrimiento.

Escabulléndose de una de sus reuniones se dirigió al distrito chino de la ciudad, inseguro de la que buscaba se dejo guiar por su olfato hasta una casa de estilo occidental en donde era evidente por el exquisito olor que desprendía al igual que los sonidos en su interior que se celebraba un banquete.

Una vez que logro colarse se encontró con un Gastronomers club en su interior cuyo presidente le niega su participación dentro del festín de la noche, sin embargo cómplice de uno de los participantes el conde logra presenciar los eventos de la noche espiando desde un cuarto de opio contiguo. De esta forma logra sorprender a su propio club en las siguientes reuniones con “…alimentos cuyos sabores fundieran el cuerpo y elevaran el alma al cielo, platillos que no pudieran evitar comer y mientras mas se comiera

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