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Comentario crítico Don Juan Tenorio


Enviado por   •  24 de Abril de 2016  •  Trabajos  •  713 Palabras (3 Páginas)  •  2.116 Visitas

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        Esta obra que esclareceremos más adelante, Don Juan Tenorio, del español José Zorrilla, fue estrenada en 1844 en el Teatro de la Cruz. Intentaremos poner en tela de juicio el prototipo de rebeldía, como el Don Juan; además de terceros, y, uniformarnos de forma convergente, pese a ciertos matices de los que discrepo.

        Argumentalmente, el dramaturgo presenta a un joven cautivador y bravucón sin respeto hacia leyes; don Juan Tenorio, que tras ganar una apuesta entre chanzas a su rival, Luis Mejía, pretenderá arrebatar al último su futura prometida; así mismo, a la hija del comendador, doña Inés. De un modo u otro, entre engaños y cohechos, el mujeriego acaba cercado por don Gonzalo, el comendador, quien es asesinado junto a don Luis por el libertino. Finalmente, tras huir de la pugna a Italia por cinco años, vuelve encontrándose un panteón con sus victimas; y don Gonzalo, como espíritu, lo llevará al infierno; no sin antes ser intermediado por el amor de doña Inés, quien otorga el cielo al embaucador.

La obra queda estructurada en dos partes: una primera, en donde se recoge lo relativo al goce terrenal, y la mitificación de Don Juan; y otra segunda, dotada del mundo de ultratumba, y la salvación del protagonista.

En lo que concierne a los personajes, estos tienen un carácter plano; ya que no hay numerosos puntos de vista. No obstante, resaltamos el papel del Don Juan, quien sufre una metamorfosis de arrogante, a temeroso a Dios y arrepentido. Cabe destacar a los criados como un calco de la anterior comedia; dadas las conversaciones entre ambos; e incluso se viste a don Gonzalo y Diego Tenorio como la intransigencia. Zorrilla les otorga el papel de intolerantes a las actitudes románticas.

El tema central es la salvación del pecador por el amor, el que transforma al protagonista; sin embargo, hay existencia de otros residuales, como el honor, la muerte, un Dios clemente etc.

        Como es sabido, nos situamos en pleno movimiento romántico, en donde el sentimiento prevalecerá sobre la razón; puesto que, abandona las reglas y el didactismo del teatro neoclásico. El romanticismo se opone, indudablemente, a las normas sociales y a las reglas de la literatura ilustrada; que del mismo modo prescinde de los elementos horacianos (“ars, res docere”) y aristotélicos (regla de las tres unidades). De forma que lucha contra toda orden y sostiene el “ingenium, verba, deleitare”; claro está, partiendo de orígenes tal como Juan Böhl de Fabel, aludiendo al teatro de los siglos de oro y Shakespeare. En definitiva, se inspira y aplaude  la lírica medieval, en todas sus vertientes (honor, amor, magia etc.); y el teatro de los siglos XVI y XVII.

        En suma, la obra critica al sector clasicista y su afán por las abruptas e innumerables reglas, de las que hacen vanagloria y nacen contra el sentir y la libertad del individuo; aspectos homogéneos que exaltan en este siglo. Zorrilla, es evidente que pretende culminar el romanticismo con esta obra, si bien lo logra; aunque como intención, es rehacer la figura del Don Juan, de Tirso de Molina en El burlador de Sevilla, adaptado a la nueva sociedad. Esto se manifiesta notoriamente en el protagonista, Don Juan Tenorio. Rompe con la unión de Luzán de prosa y verso, quedando un teatro en verso; ya que suena allende lírico, grandilocuente y conmueve mejor (“deleitare”).

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