Comienza con la descripción de un jardín en una casa de campo abandonada, cerca de Talagante

Ánimas de día claro / Alejandro Sieveking

Comedia en dos actos.

PRIMER ACTO:

-Comienza con la descripción de un jardín en una casa de campo abandonada, cerca de Talagante.

En ese momento conocemos a Indalicio y Nano quienes van en búsqueda de Eulogio, que estaba interesado en comprar el terreno. Esperan cautelosos frente a la casa, ya que según dicen, en ese lugar penan. Nano asegura que penan hasta de día. Oña Vicenta (mujer entendida en temas de los muertos) dice que las ánimas son difuntos que no se van ni al cielo ni al infierno, porque están retenidos, debido a que fueron personas que mueren sin hacer lo que más querían, por ello el alma se les queda en la tierra.  Las ánimas que penan en ese lugar, eran unas hermanas que murieron solteronas.

En ese momento, sale de la casa una viejita de ochenta años aproximadamente, logrando que Nano e Indalicio escapen. La viejita es Bertina, un ánima cuyo deseo era ser besada y decide estar de veinte años por si regresan los dos hombres. Luego, aparece Luzmira, hermana de Bertina quien señala que su hermana nunca fue besada debido al lunar que tenía en la punta de la nariz, el que hacía que los hombres se pusiesen turnios. En ese momento, aparece un jinete, salen las otras hermanas (Orfilia, Floridema y Zelmira). El jinete es Eulogio y cuenta que quiso comprar el sitio porque había sido de Talagante y le gustaba el lugar, además quería trabajarlo.

Posteriormente, se aproxima Bertina de unos veinticinco años, conversan y él le cuenta de los damascos que desea plantar y que le gustaba mucho su lunar, además, promete volver a verla al día siguiente. En medio de esto, toman mistela y en ese momento, Orfilia toma un trago y confiesa que ese era su deseo, puesto que, en sus últimos años de vida, se enfermó y no pudo volver a tomar, por lo tanto, al cumplirlo hizo su maleta y pudo dejar la tierra, diciéndole a Bertina que cumpla su deseo de ser besada. Así, Bertina y Eulogio se besan.

SEGUNDO ACTO:

Bertina conversa con su hermana y le dice que se ha enamorado… Eulogio tarda en llegar y cuando por fin llega, explica que se atrasó debido a que su primo Indalicio aseguraba que él estaba embrujado y debía llevarlo donde Oña Vicenta. Le trae como regalo una figurita de dos personas a caballo, Bertina se sorprende y se la lleva a su hermana Floridema, quien la había confeccionado hace muchos años, así Floridema abandona la tierra, pues su deseo era hallar dicha figura. Zelmira, otra de las hermanas, se va con Floridema, pues asegura que si su hermana es feliz, ella también y que no podría estar sin ella.

Luego, se habla de la sexta hermana, Eduvigis quien “Tuvo un mal paso”, se fue con lo puesto, pero feliz cantando, ya que sacrificó todo por su deseo. Posteriormente, llega Indalicio y Nano junto a Oña Vicenta quien las define como “las González, famosas por sus figuras de greda”. Bertina ruega a Oña Vicenta que no diga nada, que espere solo un poco, pero esta, no está dispuesta. La “bruja” confiesa todo a Eulogio, diciéndole que eran ánimas, que no se podían tocar porque eran de aire y que debía darse un baño con diferentes especias. Eulogio comienza a sentir un poco de temor, y Luzmira recuerda que su deseo siempre fue abofetear a Oña Vicenta, lo hace y puede dejar la tierra.

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