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Conde de montcristo Está en buen estado, usted hará beneficios importantes -

iguana0008Síntesis6 de Febrero de 2018

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“El Conde de Montecristo”

Alejando Dumas

CAPÍTULO I

1815 - Llega un barco de vela, “le Pharaon”, a Marsella que viene de Nápoles. El naviero, Monsieur Morrel, se acerca al borde del barco y se acerca a un joven marino, Edmond Dantés, de 18 años.

Morrel le pregunta a Dantés que por qué el aire se siente triste, Dantés le contesta que el capitán Léclere murió después de tener fiebre 3 días.

  • ¡Qué mal! ¿Y el cargamento? - Pregunta Morrel…

  • Está en buen estado, usted hará beneficios importantes -

Palabras que consuelan al naviero inmediatamente…

Danglars, un hombre de 25 años, un joven con aire poco simpático se acerca al naviero, quien al contrario de Dantes no es apreciado por los demás marinos.

Morrel sigue el trabajo de su tripulación, pero especialmente el de Edmond Dantes.

Danglars se queja con Morrel que Dantes retrasó el viaje un dia y medio en la Isla de Elbe en vez de ir directo a marsella. Y que se creyó capitán cuando murió Leclere y no le avisó a nadie.

Dantes le explica que se detiene porque el capitán antes de morir le da una carta para el mariscal Bertrand, un amigo de Napoleón.

  • ¿Cómo va el Emperador? - Pregunta Morrel

  • Se ve que va bien -
  • ¿Lo has visto? -
  • Sí, estuve en casa del gran mariscal. -
  • El emperador es un gran hombre, hiciste bien en hacer caso a la orden del capitán –

Morrel le pide que no le diga a nadie de esa carta y lo invita a cenar. Dantes se siente honrado, pero le pide 15 días para casarse con Mercedes y luego ir a Paris. Morrel le concede tres meses y lo nombra capitán. Luego le pregunta qué piensa de Danglars.

  • Es un buen contador pero creo que no podríamos ser amigos porque no le caigo bien… -

  • ¡Gracias querido Edmond! Tu juicio es siempre imparcial. Anda, no pierdas tiempo. Corre a ver a tu padre y a tu amada -

Edmond se apresura a ver a su padre, que lamentablemente debe dejar solo cada que parte al mar. Cuando le anuncia que es nombrado capitán llora de alegría.

  • Voy a ganar más dinero y podrás vivir más cómodo. ¡Mira!, te traje regalos de mi viaje: café y tabaco. -

En ese momento entra su vecino, Caderousse, un hombre que << sus labios dicen una cosa y su corazón piensa otra>>

  • He aprendido de mi amigo Danglars que has regresado. Permíteme darte la mano, mi buen Edmond.  Me dijo que ahora serás más rico y capitán, ¿no es cierto? Pienso que esto va a hacer feliz a Mercedes -

  • Es cierto. -  respondió ligeramente Edmond. - Y me gustaría, dice volteando a ver a su padre, querido padre, unirme con ella.
  • ¡La bella Mercedes! Ella tiene muchos pretendientes, querido Edmond. Insinuó de manera hipócrita. No pierdas el tiempo. Vele a anunciar la buena noticia. -

Edmond se despide de su padre y se va a buscar a Mercedes. Caderousse también se va a reunir con Danglars quien lo espera impaciente.

  • ¿Entonces? ¿Él te ha hablado de su esperanza de convertirse en capitán? - Le pregunta el Danglars a Caderousse.

  • Sí, y de manera muy arrogante. No se merece convertirse en capitán -
  • No, no lo es y puede ser que nunca lo sea. En cuanto a su amada, tendrá decepciones, yo pienso… -
  • ¿Qué quieres decir? -
  • Pues bien, imagina que Mercedes siempre está acompañada de un joven al que llama “mi primo”, pero tengo la impresión de que este “primo” hace que la corte. Edmond va a verla, y ya veremos qué pasa. -

CAPÍTULO II

Caderousse y Danglars se sientan en la terraza de un café y ordenan de beber.

Un poco más lejos, delante de una casa en la villa de catalanes, una joven muy bella con cabello negros y ojos relucientes atienden algo con impaciencia.  A su lado, un hombre joven se balancea en una silla, se ve triste y decepcionado.

  • ¿Por qué no aceptas casarte conmigo Mercedes? Tu madre habría bendecido este matrimonio, lo sabes bien. -

  • Fernando, nunca te he mentido: te quiero, sí… pero como un hermano. Sabes bien que mi corazón late por otro. Acepta mi amistad. Es lo único que te puedo ofrecer. -
  • ¿Estás segura Mercedes? -
  • Sí, yo amo a Edmond y no me casaría con otra persona. -

Fernand está desesperado, de pronto su cara se ilumina.

  • ¿Y si se muere? -

  • Yo también moriría -
  • ¿Y si te olvida? -
  • ¡Mercedes! - Grita una voz a lo lejos.

Es Edmond que viene llegando. Se acerca a Mercedes y la abraza. Pero mientras la acerca, se siente observado. Voltea la cabeza y aparece el primo de Mercedes, pálido como la muerte. Dantès le da la mano para saludarlo, pero Fernando se da la vuelta. Edmond comprende la situación es ese momento.

  • No pensé encontrarme a un enemigo en tu casa Mercedes. -

  • Te equivocas Edmond, tú no tienes un enemigo aquí. Fernand te va a dar la mano como a un amigo. Mientras Mercedes ve a Feranand, quien, a pesar del odio por su rival no puede resistirse a su prima.

Se acerca a darle la mano a Dantès para obedecer a Mercedes y se va inmediatamente.

<> pensó mientras se alejaba <>

  • ¿A dónde vas tú así? – grita Danglars, mientras Fernand pasa por ahí. - Ven a sentarte con nosotros –

Fernand se detiene y aparecen Caderousse y Danglars instalados

  • Tienes el aire de un hombre que ha sido rechazado por una mujer – dice Caderousse un poco ebrio, viendo cómo se acerca Fernand.

Fernand se deja caer sobre una silla y comienza a llorar de desesperación.

  • Parce que Dantés va a casarse con Mercedes – dice Caderousse, y que además va a convertirse en capitán del Pharaon.

  • Todavía no sucede esto – dice Danglars en voz baja.

Danglars ve a Caderousse y después a Fernand y piensa: << uno está ebrio de amor y el otro de alcohol. Yo no puedo contar con ellos. Debo actuar solo y rápido porque los votos de Edmond y Mercedes tendrán lugar pasado mañana. Pero pienso, Edmond debe ir a Paris a dar la carta que le dio el gran mariscal… Ah, mi querido Edmond, tú no estás casado todavía y puede ser que nunca seas capitán… >>

Después se refiere al primo de Mercedes:

  • Ah Fernand, me gustaría poder ayudarte. Debe haber alguna solución… -

  • Sí ¿pero, cuál? Había pensado apuñalarlo, pero si él muere, ella también.
  • Dantès no necesariamente debe morir… La boda puede no tener lugar, aunque Dantès este con vida… Es suficente con que los muros de una orisión los separe – agrega Danglars.
  • ¿Y conoces la manera de hacerlo? – le pregunta Ferdinand interesado. Tú también, Danglars, debes tener razones para odiarlo, no?
  • ¡En lo absoluto! Te veo triste, es todo. Esto es simplemente para ayudarte. Pero si mi ayuda no te interesa… - dice fingiendo levantarse
  • ¡Espera! Qué importa después de todo. Lo detesto y no me avergüenza admitirlo. Encuentra una manera, y lo hago, pero que Dantès no muera.

Después de estas palabras, Danglar les pide algo en qué escribir.

  • Papel, tinta y una pluma: los instrumentos más seguros para deshacerse de un hombre…, agrega Caderousse en un momento de lucidez.

<< Él no está completamente ebrio>> piensa Danglars. Y se voltea hacia Ferdinand.

  • Él será fácil de denunciar como agente bonapartista, sobre todo después de su pasaje a la Isla de Elbe donde se encuentra el Emperador.

Danglars agarra la pluma de la mano izquierda y comienza a escribir. Después le da ahoja a Ferdinand para que la lea.

Edmond Dantès, segundo naviero del Pharaon, ha hecho una escala en la Isla de Elbe. Él ha llevado un mensaje al ursupador (nombre dado a Napoleon por los realistas) que le ha dado una carta para el comité bonapartista de Paris. Tendrán la prueba de su crimen detneiéndolo porque encontrarán esta carta en su casa o en su cabina a bordo del Pharaon”

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